Por Gustavo Ruckschloss La humanidad le debe al lavarropas y al inodoro más que a ningún otro invento. Se puede

Por Gustavo Ruckschloss Todos fuimos jóvenes, sin importar la edad. Todos fuimos lindos, aunque no lo seamos. La alegría embellece.

Por Gustavo Ruckschloss Caminaba con mi bolsito al hombro, cuando, al pasar por el Auditorio, me salí de la vereda

Por Gustavo Ruckschloss En aquel barrio común, con poca o ninguna sombra, la única que había era la de un

POR GUSTAVO RUCKSCHLOSS En una charla con Dimitri, que es el nombre del gato de mi vecina, le pregunté:-Dimitri es

Por Gustavo Ruckschloss Decía Henry Matisse que siempre hay flores para quien desea verlas. Yo digo lo inverso: el insulso,

Por Gustavo Ruckschloss Pasaba frente a un local de venta de ropa y vi puesta una vieja máquina de coser,

Por Gustavo Ruckschloss Siempre que comienza la primavera y brotan muchos y ricos perfumes de las flores, me hacen pensar

Por Gustavo Ruckschloss Parece que a Dimitri no le gusta Boca. Recién acababa de consagrarse campeón ese equipo cuando, como suele