• 19/11/2022

Confesiones rapiditas de un fiscal

Confesiones rapiditas de un fiscal

Por Eduardo Quattropanni
Fiscal General de la Corte de Justicia de San Juan

►En la vida, por lo menos en la pública-funcional, es necesario fijarse objetivos estratégicos de mediano y largo cumplimiento.

►Como Fiscal General, sin perjuicio de exigir, ya, el cumplimiento riguroso de la misión que a cada uno le asigna la ley, ello basado en el trabajo en equipo y en un compromiso innegociable, me impongo, a mí mismo, una tarea y obligación de más largo alcance.

►En efecto, el dotar al Ministerio Público Fiscal y al Ministerio Público Pupilar de una personalidad propia, de una clara identidad funcional, del derecho a ser merecedor de un juicio de valor como tal, constituye estrategia de mi mandato que no reconoce obstáculo alguno para lograrlo.

►Lo pongo en claro, hoy podría irme a mi casa con la tranquilidad de haber sido parte de la transformación más importante del Ministerio Público (ello ocurrirá cuando sea incapaz de estar a las 7am en mi despacho y cuando me sienta incapaz de conducir el Ministerio Público, quizás no sea un tiempo muy lejano) pero, creo, hay que consolidar lo logrado.

►Se perfectamente que algunas mentes “atolondradas” creen que ello es imposible sin contar con un presupuesto propio o por ser un organismo del Poder judicial y no extra poder, ese error conceptual es más conveniente para desarrollar la estrategia, pues duro sería luchar contra quien o quienes sostuvieron propuestas racionales diferentes, siempre digo que la mediocridad y la conducta paralizante vienen, siempre, “en modo derrota”.

►Jamás me quedaría en el cargo para entregar lo mismo que recibí, ni con el pensamiento de que ya aporté todo lo que se puede aportar, los desafíos, las luchas, el combate contra las conductas paralizantes, es el combustible que se necesita para no rendirse, por acá sobra.

►La vida pública me enseñó que no se puede pretender ganar 10 a 0, así que estoy preparado para recibir, como mínimo, 3 o 4 en contra.