• 29/10/2022

El Menchi Sabat

El Menchi Sabat

Por Juan Carlos Bataller

Tanto me habían hablado de él que cuando lo tuve frente a mi me pareció estar ante un prócer del periodismo.
Hermenegildo Sabat ya era en 1.976 una personalidad del mundo de la cultura.

Uruguayo de nacimiento, tenía en aquellos días 43 años (es nacido en 1.933).

Según me contó, su padre Juan Carlos Sábat Pebet, también dibujante, periodista, docente y ensayista, le puso Hermenegildo por su abuelo español, un dibujante y caricaturista que se dedicó a la docencia y llegó a dirigir la Escuela Nacional de Artes y Oficios de Uruguay. 
Aquel dibujante español influyó, a través de sus obras, en la vocación de Menchi.

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Sábat publicó su primer dibujo a los 15 años en el diario Acción, de Montevideo, donde también fue periodista, fotógrafo y diagramador. Menchi siempre se definió como “un periodista que dibuja”. Antes de dejar Montevideo, en 1965, le ofrecieron ser secretario de redacción de El País, cargo que rechazó.
-Por qué si sos un periodista bien formado tus dibujos son mudos?-, le pregunté un día.
– Porque aprendí que si a alguno de esos dibujos le hubiera puesto palabras, habría sido boleta. 

1979 – Sabat en San Juan, conversa con el profesor  Eloy P. Camus, el ingeniero Juan Victoria y mi esposa, Silvia Plana.

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Eran los días iniciales de la dictadura y en esos días el diario no le permitía a Sabat dibujar a los nuevos dueños del poder. El primer dibujo sobre un integrante de la junta debió esperar más de dos años.

Pero cuando salió uno, le siguieron otros hasta llegar al famoso Videla como la Pantera Rosa, Un día, un mensaje telefónico anónimo y amenazante le “sugirió” que no era precisamente el humor lo que caracterizaba a aquellos militares y que si seguía con sus dibujos, lo iban a tirar de un avión.
Pronto descubrí que detrás de una apariencia hosca, se escondía un hombre tímido, muy sensible y afectuoso cuando su interlocutor le caía bien.

No sé por qué yo estaba entre los que le cayeron bien.

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Por eso tal vez, cuando le pedí que presentara una exposición con sus dibujos en la nueva agencia de Clarín en San Juan (ubicada en la Galería Estornell, frente a la Plaza 25) aceptó y nos visitó cuando se inauguró el local en 1979.

Y por eso, tal vez, aceptó ilustrar la tapa de mi primer libro, “Cómo y porqué sobrevive Italia”, editado por Hachete en 1983.

Y lo hizo aunque yo ya no integraba el equipo de Clarín.

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Hermenegildo Sábat es, sin duda, una de las personalidades indiscutidas de esta parte de América. Ciudadano argentino desde 1980, se fue convirtiendo en este tiempo, especialmente en periodos en que la libertad de expresión se vio seriamente limitada, en una de las voces más valoradas y prestigiosas.

Menchi no fue sólo un dibujante. Artista plástico y docente, publicó una veintena de libros acerca de sus pasiones: la pintura, la música, la literatura, la actualidad argentina e internacional.
Su trayectoria ha sido distinguida con varios Premios importantes, entre ellos Personalidad Emérita de la Cultura Argentina (Secretaría de Cultura de la Nación 1997), el María Moors Cabot Award (Periodismo, Columbia University, New York 1988), el premio Nacional Pedro Figari de Pintura (Montevideo 1997).y en el 2005 recibió el premio Homenaje de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano que dirigia Gabriel García Márquez.

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Realizó numerosas exposiciones de dibujo, pintura y fotografía en el país y en el exterior, siendo las más notables sus retrospectivas en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, en el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo, en el Museo de Arte de San Pablo y en el Museo de Arte Moderno de Rio de Janeiro.

Sus trabajos han sido publicados en varios de los principales medios periodísticos y gráficos del mundo: The New York Times, L´Express , American Heritage , Punch , O Globo, entre otros..

Desde 1997 es Ciudadano Ilustre de Buenos Aires. Y en 2003 fue nombrado Doctor Honoris Causa de la Universidad de Montevideo, Uruguay.

Por todo eso y por demostrar cómo con dibujos mudos se puede hacer temblar a todos los gobiernos que no respetan el trabajo de un artista, Menchi Sabat siempre ocupará un lugar en mis afectos. Junto con un reconocimiento al dibujante que nos enseñó otras posibilidades de expresión de este hermoso oficio de periodista.

Menchi murió en Buenos Aires el 2 de octubre de 2018.

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La nota tendría que terminar acá, con la muerte de Sabat.

Pero a raíz de su fallecimiento wikipedia agrega un comentario que me parece muy interesante reproducir. Esto dice:

“En 2008, durante el conflicto patronal agropecuario, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, manifestó en un acto su rechazo hacia una ilustración de Sábat —en la que él la había dibujado con la boca vendada—, calificándola como «mensaje cuasi mafioso».​

Personas afines a la presidenta, como el periodista Horacio Verbitsky, quien además es el titular del Centro de Estudios Legales y Sociales, defendieron al dibujante:

Rozar con la sombra de una sospecha al gran maestro del periodismo, que desde hace cuarenta años regala excelencia y ética, a una persona exquisita como Menchi Sábat, que cuestionó las peores atrocidades cuando nadie se animaba, es una tontería indigna de quien la cometió. Sábat no es Clarín, como antes no fue La Opinión, ni Primera Plana, ni Atlántida. Es un artista maravilloso y el mejor analista político del país. Su obra admirable requiere de un esfuerzo de interpretación. CFK entendió que era un mensaje para que no dijera algo. Pero, ¿por qué dar por sentado que el autor del mensaje es Menchi y no que, gracias a su impresionante sensibilidad para detectar corrientes profundas de la sociedad, interpretó con ese dibujo la intolerancia de las patronales rebeldes, que intenta silenciar a quien apenas lleva cien días de gobierno? La obra de un gran artista no es obvia ni unívoca. En cualquier caso, Sábat tiene derecho a opinar lo que quiera sin que nadie ponga en duda que lo hace de buena fe, como cada acto de su vida, de trabajador austero y obsesivo. Por eso, éste sí es un mensaje mafioso. Los admiradores incondicionales del Maestro decimos: «No se metan con el Menchi».​

El dibujante respondió «No hubo ni militares ni civiles que me acusaran de acosar al sexo masculino», agregando que su única opción era «No dibujarla más». Sabat recordó que, entre otras mujeres, había dibujado a Billie Holiday, Alicia Moreau de Justo, Tita Merello y Frida Kahlo y afirmó que hasta ese momento nunca se le había acusado de abusar, opinar o atacar de manera canallesca al sexo femenino.​

El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) expresó su «rechazo» por los dichos de la presidenta y afirmó que Sabat «es un maestro de periodismo y un artista reconocido a nivel internacional por su talento y convicciones democráticas».​

En 2012, en el marco de un fallo judicial contra la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual —impulsada por la presidenta— y favorable al Grupo Clarín, Sábat publicó en ese diario una caricatura de la presidenta con un ojo golpeado, que suscitó repudios de diversos sectores.

Días después, la Legislatura porteña repudió la caricatura al entenderla como un «acto simbólico de violencia de género». La consideró sexista, misógina y que constituía violencia simbólica contra la mujer, prohibida por la ley 26 485. Sábat publicó en Clarín varios otros dibujos sobre la ex presidenta en la misma línea, de interpretación controvertida, incluyendo uno en que se la muestra reducida de tamaño y arrodillada frente al juez estadounidense Thomas Griesa.​

Sobre esto habló en la última entrevista que dio:

[…] Cuando veo lo mío de aquella época [los años 1970], confirmo que un dibujante no puede derribar gobiernos. Jamás pensé que mis dibujos eran más importantes que lo que sucedía. Los dibujos pueden enojar, pero no alterar la vida tuya ni la de una nación. Como cuando Cristina de Kirchner se enojó con dos míos, uno de 2008 (con dos curitas en la boca, durante la pelea ante el campo) y el otro, del ’12 (con el ojo morado, tras un revés judicial).

Al primero lo calificó de «mensaje cuasi mafioso». Preferí callarme y no entrar en el juego, pese a que me costaba no contestar.

Pronto vinieron a verme: «Sería importante que tomara un café con la Presidenta». Querían que cambiara los pasajes de un viaje arreglado. No accedí.

 Para el segundo, hubo alcahuetes que se pusieron la camiseta, intentando defender los altos valores de la Cristinidad. Y al mismo tiempo, cercanos a ella que me bancaron.

El 6 de septiembre de 2017, Eduardo van der Kooy escribió en el diario Clarín sobre Santiago Maldonado en momento de hallarse desaparecido; la caricatura de Sábat con la que editorializa las notas mostraba el rostro del joven con sus rasgos modificados; la iconografía a la que Sabat parecía estar recurriendo al alterar la foto icónica de Maldonado alargando su cara y angulando sus cejas son imágenes de Rasputín y el Judío Errante.

En otra nota, días después de la muerte de Sábat, Verbitsky ratificó sus dichos de 2008 sobre el dibujante.