¿Entendieron el mensaje del votante?

Parte de la dirigencia política y de las instituciones en general, no ha querido leer el resultado de las PASO.

Hay un porcentaje muy importante de argentinos que no ha querido ir a votar. Muchos de ellos pasaron del “voto bronca” por el cual iban a votar “en contra de”, a la indiferencia.

Otro porcentaje importante vota “en contra de”. No quieren cambiar el sistema, buscan cambiar a los que manejan el poder. Y los dos principales destinatarios de ese voto bronca son la vicepresidenta Cristina Fernández, y en menor medida el expresidente Mauricio Macri.

Alguno que otro vota seducido por un proyecto. Creen convencidos que el peronismo es justicia social o que Juntos por el Cambio representan los valores democráticos.

Y están los hartos del sistema. Que cuestionan incluso la existencia de las instituciones. Al punto que ponen en duda si debe existir el propio Estado.

Ese votante –que se fue en mayor medida con Javier Milei- es el que interpela fuerte a la forma de apropiación de lo público por parte de la política. Y su connivencia con gremios y un empresariado que creció al calorcito de lo público. Mete en la misma bolsa a la Iglesia encabezada con el papa Francisco, al sistema universitario que incluye el Conicet y al propio periodismo, acusándolo de intermediario para imponer “lo que quiere la casta”.

Javier Milei logró encauzar ese hartazgo. Y repite una y otra vez, como un credo, las consignas que lo llevaron a ser el candidato más votado en agosto pasado. A tal punto es un fenómeno de la anti política, que sus candidatos en las provincias se esconden para no hablar, para no hacer declaraciones, porque es como van a sacar más votos.

Y a tal punto logró Milei marcar agenda e interpelar el accionar de una dirigencia enquistada en todo lo posible, que el libertario logró ser a prueba de todo. Incluso con referentes bastante elementales en sus pensamientos, al votante de La Libertad Avanza le importa más que Milei encabezará la cruzada contra “las castas” que el futuro del país.

Cierto sector de la política no entendió el mensaje de buena parte del electorado. De quienes no fueron a votar o de quienes votaron a Milei. Y no lo entendió porque en realidad el mensaje es “que se vayan”. Irse significa que no puedan existir los “Chocolate” que cobran las cajas negras de la política. Tanto a nivel país, en las provincias, en los municipios y hasta en las uniones vecinales.

Entender el mensaje es cambiar una forma de hacer política. Es terminar con privilegios. Es dejar en evidencia a quienes se enriquecen en su paso por la función pública.

Ahora, ven peligrar lo construido en años. Tanto tensó de la cuerda un sector de quienes manejan el poder, que puede llegar a romperse.

Todavía falta para que se defina. Hay que ver si hay segunda vuelta, quiénes llegan y quién logra convencer a la mitad más uno de los votantes.