• 01/07/2023

Los hipopótamos de Pablo Escobar, un desastre ecológico para Colombia

Los hipopótamos de Pablo Escobar, un desastre ecológico para Colombia

Cuando estaba en la cúspide de su imperio, Pablo Escobar gastó dos millones de dólares en construir un zoo con 1900 especies exóticas en su mítica Hacienda Nápoles, centro de operaciones del cartel de Medellín en el departamento colombiano de Antioquía.

Treinta años después de su muerte, cuatro de aquellos animales –tres hembras y un macho de hipopótamo– ponen en jaque a la biodiversidad de la cuenca del Río Magdalena, que ocupa el 24% del territorio nacional.

Después de que los mamíferos escaparan de la hacienda, sus descendientes se establecieron en la cuenca. Sin depredadores como leones y hienas, ni sequías que los mantuvieran a raya, se reprodujeron tan rápido que hoy forman la mayor población fuera de África.

La situación está llena de contradicciones. Cuando las fuerzas de seguridad mataron a un macho agresivo en 2009, la foto de los soldados posando con el cadáver causó una ola de indignación nacional. Y mientras algunas comunidades lucran con el turismo que generan los hipopótamos, otras, sobre todo de pescadores, viven atemorizadas por las bestias capaces de arrancarle el brazo a una persona.

La conocida como ‘Hacienda Nápoles’ tenia, entre muchas excentricidades, un zoológico. Escobar hizo que le trajeran desde África muchos animales exóticos. Rinocerontes, jirafas, elefantes o cebras murieron cuando la familia abandonó el complejo o fueron reubicados en instalaciones adecuada, pero los hipopótamos camparon a sus anchas por la zona.

Los cuatro animales que Escobar tenía en su zoo personal, un macho y tres hembras, se sirvieron de la principal arteria fluvial del país, el río Magdalena, para ocupar un área de cerca de 2.000 kilómetros cuadrados. Su nuevo hábitat les gustó tanto que en 25 años los 4 hipopótamos originales han pasado a ser una población de 80 animales.

Ahora, los científicos de la Universidad de California en San Diego, en colaboración con un equipo científico en Colombia, han proporcionado la primera evaluación científica del impacto que los hipopótamos (Hippopotamus amphibus) están teniendo en los ecosistemas acuáticos del país.

Entrada de la Hacienda Nápoles, ahora un parque temático que alberga un santuario de fauna salvaje y un parque acuático.
 

Los cuatro animales que Escobar tenía en su zoo personal, un macho y tres hembras, se sirvieron de la principal arteria fluvial del país, el río Magdalena, para ocupar un área de cerca de 2.000 kilómetros cuadrados. Su nuevo hábitat les gustó tanto que en 25 años los 4 hipopótamos originales han pasado a ser una población de 80 animales.

Ahora, los científicos de la Universidad de California en San Diego, en colaboración con un equipo científico en Colombia, han proporcionado la primera evaluación científica del impacto que los hipopótamos (Hippopotamus amphibus) están teniendo en los ecosistemas acuáticos del país.

«Está claro que este efecto podría incluir consecuencias negativas para la calidad del agua y los recursos hídricos al alimentar algas y bacterias dañinas”.

Jonathan ShurinProfesor en la Universidad de California

“Esta especie tiene un gran impacto en su ecosistema autóctono en África, y descubrimos que tiene un impacto similar cuando la importas a un continente completamente nuevo con un entorno y un elenco de fauna completamente diferente”, asegura Jonathan Shurin, Profesor de Ciencias Biológicas en la Universidad de California en San Diego. “Está claro que este efecto podría incluir consecuencias negativas para la calidad del agua y los recursos hídricos al alimentar algas y bacterias dañinas”.

Los hipopótamos habitan un área de 2.000 kilómetros cuadrados alrededor de la principal arteria fluvial del país, el río Magdalena.
 UC San Diego.

Durante dos años, el equipo de investigación realizó una evaluación exhaustiva de la calidad del agua, los niveles de oxígeno y las firmas de isótopos estables, comparando los lagos con poblaciones de hipopótamos y sin ellos. Los investigadores también compararon los microbiomas en los lagos, junto con evaluaciones de insectos, crustáceos y otros organismos.

Dado que estos animales son nocturnos, se alimentan en tierra la mayor parte de la noche y pasan el día refrescándose en el agua, generan una grandes cantidades de desechos en el agua que están alterando la química y el oxígeno de los lagos. El estudio, publicado en la revista Ecology, revela que los hipopótamos invasores están cambiando la calidad del agua al aportar grandes cantidades de nutrientes y material orgánico.

«Descubrimos que los lagos son más productivos cuando tienen hipopótamos. Esto puede cambiar los tipos de algas y bacterias y puede generar problemas como la eutrofización o un exceso de producción de algas que pueden generar floraciones de algas nocivas similares a las mareas rojas”.

Jonathan Shurin Profesor en la Universidad de California

”El efecto de fertilizar todas esas bacterias y algas aumenta la productividad en el agua”, asegura Shurin. “Descubrimos que los lagos son más productivos cuando tienen hipopótamos. Esto puede cambiar los tipos de algas y bacterias y puede generar problemas como la eutrofización o un exceso de producción de algas que pueden generar floraciones de algas nocivas similares a las mareas rojas”.

Los investigadores estiman que la población de hipopótamos continuará creciendo dramáticamente en los próximos años. Se estima que puedan llegar a alcanzar una población de más de mil en las próximas décadas.

Este crecimiento plantea retos y dudas sobre la interacción de la población en expansión con los animales locales, incluidos los manatíes, los caimanes y las tortugas gigantes que habitan en los ríos colombianos.

Los hipopótamos de Pablo Escobar, un desastre ecológico para Colombia© National Geographic.

«Es urgente decidir qué hacer con ellos. La pregunta es: ¿Qué debemos hacer? La situación es mucho más fácil de abordar ahora con 80 hipopótamos que cuando hayan miles”

Jonathan Shurin Profesor en la Universidad de California

”En las próximas dos décadas podría haber miles de ellos. Este estudio sugiere que es urgente decidir qué hacer con ellos. La pregunta es: ¿Qué debemos hacer?”, explica Shurin. Según el experto, la situación es mucho más fácil de abordar ahora con 80 hipopótamos que cuando hayan miles.