• 26/05/2024

La difícil vida de los hombres gigantes

La difícil vida de los hombres gigantes

UNA PEQUEÑA GLÁNDULA ES LA RESPONSABLE DE LA HORMONA DE UN CRECIMIENTO DESMEDIDO

 «La única prueba admisible sobre la verdadera altura de los gigantes, es aquella que ha sido realizada bajo supervisión médica imparcial».

De acuerdo con el libro de los récords Guinness, el hombre más alto que ha vivido en la Tierra llevó por nombre Robert Wadlow. Se hizo conocido con el mote de “El gigante gentil” o “El gigante de Alton”, debido a la ciudad que lo vio nacer.

La pequeña glándula que se sitúa en la base del cráneo es responsable por las hormonas del crecimiento. La causa más común para una actividad acelerada de la glándula es un tumor benigno (adenoma) que provoca una producción excesiva de hormonas.

Actualmente, las intervenciones quirúrgicas pueden controlar el problema e incluso el medicamento. Pero hace un siglo no había tratamientos disponibles. Por eso, Robert y otras personas siguieron creciendo.

Ser un gigante no es fácil. Son muchas las dificultades y desafíos que impone la normalidad. Pero, además, al tratarse de un problema de salud, son muchos los dolores que soportan quienes sufren de la altura.

Para los norteamericanos, el gigante más alto se llamó Robert Wadlow. Un repaso por su vida puede dar una idea de los inconvenientes que atravesó el gigante.

Las actrices Maureen O’Sullivan y Ann Morris, junto a Robert Wadlow.

El hombre más alto registrado por Guinness

Una vida en constante crecimiento

Robert Pershing Wadlow vino al mundo el 22 de febrero de 1918, en la ciudad de Alton, en el estado de Illinois. Fue el primogénito de la familia integrada por Harold y Addie Wadlow, y nació como un bebé perfectamente normal, pesando 3.8 kilogramos. Sus padres y 4 hermanos menores también tuvieron una estatura normal.

Sin embargo, tras el nacimiento Robert empezó a crecer de una forma acelerada. Alcanzó los 14 kilogramos con apenas 6 meses de edad, el doble que un bebé de esta edad normalmente pesa. Al año ya pesaba 20 kilogramos, y 6 meses después 30 kilogramos. Cuando tenía 2 años contaba con 91 centímetros de altura.

Robert Wadlow a los 13 años

Con apenas 5 años, Robert ya pesaba 48 kilogramos y medía 1.63 metros. Estamos hablando del tamaño promedio de una mujer en la actualidad. Cuando entró a la educación primaria, tenía que usar ropa de adolescente. Sus profesores informaron que era un niño muy bien portado e inteligente para su edad. Su mayor dificultad era encontrar bancos lo suficientemente grandes para sentarse cómodamente.

A los 9 años, Robert ya podía levantar a su propio padre. Con 10 años pesaba 95 kilogramos y tenía 1.95 metros de altura.

Poco antes de su cumpleaños número 12, la familia llevó a Albert al hospital Barnes, en St. Louis. Ali, en ese entonces un niño con más de 2 metros de altura, fue diagnosticado con una hipófisis muy activa.

Wadlow de pie junto a personas de estatura promedio, resaltando su altura impresionante.

Ser un gigante no es tarea fácil. Para empezar, Robert requería de grandes cantidades de comida. Un desayuno típico de su adolescencia estaba compuesto por 8 huevos, 12 rebanadas de pan, varios vasos de jugo de naranja, 5 tazas de café y mucho cereal.

Tener un cuerpo tan grande también representa una dificultad para los órganos. Su corazón debía trabajar al máximo para bombear sangre a todas partes. Con apenas 10 años, sus pies no recibían suficiente circulación sanguínea, provocándole que se pusieron morados. Por ello, Albert no tenía mucha sensibilidad en las extremidades. Podía lastimarse en estas regiones y sólo se daba cuenta cuando la situación era muy seria.

Robert Ludlow junto a los Ringling Brothers, una compañía circense de enanos de la época

Cuando tenía 14 años, Robert se tropezó mientras empujaba el triciclo de un niño, y se rompió uno de los huesos del pie. Después de esto tuvo que usar un dispositivo ortopédico de hierro en el pie el resto de su vida. Cuando llegó a la adultez, también requería de dispositivos en las piernas y de una andadera para poder caminar.

El gigante de Alton también contaba con las Manos más grandes de la historia, que median 32,3 cm (12,7 pulgadas) desde la muñeca hasta la punta de su dedo medio.

Además de los problemas físicos, también tenía dificultades al vivir en un mundo demasiado pequeño para él. Para usar las mesas comunes, debía estirar completamente las piernas, exponiendo sus pies al otro lado de la mesa y provocando que las personas tropezarán con ellos.

Frecuentemente las sillas también se rompían debido a su peso. Además, tenía que agacharse para atravesar las puertas y la mayoría de los techos no eran lo suficientemente altos para que pudiera mantenerse de pie. Requería que varias camas fueran dispuestas lado a lado para que entrara. Actividades cotidianas como ir al cine eran imposibles para él.

La última vez que fue medido el 27 de junio de 1940, el estadounidense se había estirado hasta lograr los 2.72 metros de altura , en St. Peterburg

A medida que Robert fue ganando edad, no dejó de crecer. A los 19 años tenía una estatura de 2.62 metros y fue nombrado el hombre más alto del planeta. Sus manos median 32.4 centímetros y cuando levantaba los brazos al lado del cuerpo, alcanzaba los 2.9 metros de extensión. Sus zapatos median 47 centímetros. Alcanzó un peso máximo de 223 kilogramos y llegó a consumir 8000 calorías al día.

En 1936, a los 18 años, Robert hizo una gira por los Estados Unidos con el circo Ringling Brothers. De forma general, su mayor fuente de ingresos provenía de sus apariciones en público. Cuando cumplió 20 años se convirtió en la figura publicitaria de la empresa de zapatos International Shoe Company, que le proporcionaba enormes y costosos zapatos completamente gratis. En esos viajes llegó a visitar 800 ciudades en 41 estados al interior del país, recorriendo más de 500 mil km.

Robert era conocido por una personalidad tranquila y bondadosa. Por eso se ganó el mote de El gigante gentil. Cuando no estaba en su ciudad natal, Robert apenas y podía caminar en las calles, pues una multitud de curiosos lo seguía. Cuando le preguntaron si toda esa conmoción le molestaba, él respondía: “no, yo veo por encima de ellos”.

El ataúd pesaba 450 kilogramos y medía 3.3 metros de largo. En la foto, dos miembros de la Logia DeMolay, de su ciudad natal, hacen guardia de honor en el funeral de Wadlow.

La muerte del gigante

El 4 de julio de 1940, a los 22 años de edad, Robert participaba en un desfile en Michigan. A la mañana siguiente presentaba una fiebre de 41°C. Llamaron a un médico que constató que su nuevo aparato ortopédico para las piernas le había causado una seria herida en la piel. En situaciones normales, la herida hubiera sido terriblemente dolorosa, pero como su circulación en las extremidades estaba comprometida Robert no tenía sensibilidad en la zona, no se dio cuenta del problema.

El sepelio de Robert tuvo lugar en su ciudad natal de Alton, un evento al que asistieron más de 40000 personas. Se necesitaron 18 personas para cargar su cuerpo y el ataúd.

Robert no pudo ser llevado a un hospital pues no había una cama lo suficientemente grande para él, así que lo mantuvieron en el hotel, recibiendo atención médica. Pese al enorme esfuerzo del equipo médico, la situación empeoró y murió por la infección mientras dormía, la madrugada del día 15 de julio de 1940.

El sepelio de Robert tuvo lugar en su ciudad natal de Alton, un evento al que asistieron más de 40000 personas. Su ataúd pesaba 450 kilogramos y medía 3.3 metros de largo. Se necesitaron 18 personas para cargar su cuerpo y el ataúd.

En el año de 1985 construyeron una estatua de tamaño real en honor a Robert en la Facultad de Medicina Dental de la Universidad del Sur de Illinois, en la ciudad de Alton.

El gigante turco

Con sus 29 años, el turco Sultan Kosen está acostumbrado a que todo le sea más chico de lo que necesita. El mundo no es un lugar preparado para sus 2,51 metros, que le valieron que figure en el Libro Guinness de Récords como el humano de mayor altura. También, como se dice vulgarmente, hasta hace unos años le “quedaban chicos” los intentos para ayudarlo a parar de crecer.

Por suerte para el hombre récord, científicos del Centro Médico de la Universidad de Virginia (UVA) de EE.UU., anunciaron que Kosen dejó de crecer después de someterse a un nuevo tratamiento al que se somete desde 2010.

El gigante turco sufre de acromegalia, un trastorno causado habitualmente por un tumor en la glándula pituitaria que exacerba la producción de la hormona del crecimiento y que puede llevar al gigantismo si el trastorno ocurre antes de la pubertad.

Esta condición puede causar una amplia gama de problemas de salud. “Su esqueleto sencillamente no puede sostenerlo”, explicó Mary Lee Vance de la universidad de la UVA, quien puso a Kosen bajo tratamiento con un nuevo medicamento.

Dado que el tumor de Kosen se había propagado en áreas de su cerebro en las cuales no se podía realizar una cirugía tradicional, un neurocirujano de la UVA efectuó una radiocirugía con rayos gama en agosto de 2010. Este procedimiento no invasivo dirige haces de radiación concentrada a un punto específico en el cuerpo del paciente.

Sultan Kosen junto a su esposa

Según el informe del instituto, hace tres meses los médicos de Kosen en Turquía informaron que su paciente había dejado de crecer.

“El tratamiento que proporcionamos detuvo la producción excesiva de la hormona del crecimiento y paró el crecimiento del tumor mismo”, señaló el neurocirujano Jason Sheehan.

“El tratamiento para alguien que mide más de dos metros no es diferente del que se da a alguien que mida 1,52 metros”, comentaron los especialistas, quienes afirmaron que lo “importante es detener la producción excesiva de la hormona”.

Los científicos explicaron que de seguir creciendo, “su vida estaría en peligro” y apuntaron a que el tratamiento “salvó su vida”.

No saben cómo medirlo

Sulemana Abdul Same es un joven de 29 años, más conocido como Awuche, que a finales de 2022 descubrió que mide aproximadamente 2,89 metros. De acuerdo con la BBC, Awuche comenzó a crecer de manera descontrolada a los 22, lo que le ha provocado diversos problemas que debe chequearse mes a mes. Así, en diciembre, Same llegó a su cita médica y su enfermera se encontró con la sorpresa que medía más que la cinta métrica. Tuvo que buscar refuerzos y entre un grupo de enfermeras lograron medirlo con un palo. Y logran dar con un número: 2 metros y 89 centímetros.

Tras la difusión de la noticia, diversas organizaciones han intentado medir a Awuche. Pero solo lo ha logrado un reportero, armado con una cinta de cuatro metros, que pidió a un vecino que se montara sobre un taburete para intentar conseguir su altura exacta. De acuerdo con Favor Nunoo, el corresponsal de la BBC, Same mide 2,30 metros. Pese a ello, es muy difícil saber si aquel número es correcto por la forma rustica de medir al gigante.

Actualmente Same vive con su hermano, no tiene pareja, tiene amigos contados con los dedos y ya ni siquiera puede hacer deporte, porque sus piernas no lo acompañan. «Yo solía jugar al fútbol. Pero ahora solo puedo caminar distancias cortas», revela. Pese a ello, dice que ha aprendido a aceptarse tal como es. «Soy como Alá eligió que fuese y yo estoy bien. No tengo ningún problema con la manera en que Dios me creó», confesó el pasado 2 de enero.

El más alto y la más baja

Sultan Kosen, que vive en Mardin y mantiene el título de «el hombre más alto del mundo» en el Libro Guinness de los Récords con una altura de 2 metros 51 centímetros, y Jyoti Amge de la India, la «mujer más baja del mundo» con una altura de 62,8 centímetros, se encontraron hace un tiempo en Irvine, California, EE. UU.

Kösen entró en el Libro Guinness de los Récords en 2009. Además de su altura, entró en el Libro también por sus manos de 27,5 centímetros de largo y sus pies de 36,5 centímetros de largo. Se encontró con Jyoti Amge en la ciudad Irvine de California después de 6 años y desayunaron juntos.

El dúo pasó un rato divertido y se tomó fotos de recuerdo después del desayuno.

Anteriormente, el dúo se reunió en la capital, El Cairo, en 2018 por invitación del Ministerio de Cultura y Turismo de Egipto y visitó las Pirámides de Giza.