• 29/04/2023

El pasado no vuelve

El pasado no vuelve

POR MARCELO DELGADO

Economista

Los aficionados de la inteligencia emocional recomiendan proyectarse a futuro evitando que el pasado, sea un ancla para lo nuevo. En materia económica, podemos decir que las recetas del pasado, no siempre son útiles en el presente y futuro, sino que cada contexto, requiere herramientas particulares.

Así las cosas, tanto las neurociencias, como la economía se proyectan a futuro. Ahora, cuando lo que viene, parece mucho más oscuro e incierto que lo que tenemos, o hemos vivido, la tentación de mirar para atrás en búsqueda de soluciones, es inevitable. Procuramos patrones, herramientas y caminos; que sirvieron para salir de situaciones difíciles. Recordamos las posibilidades que ya no tenemos, como adquirir una casa, un cero kilómetro o un viaje al exterior.

En tiempos turbulentos como los que estamos atravesando, aparecen recetas que se aplicaron desde las gran crisis de 1929, hasta el año 2.001. En todos los casos, el único patrón en común, es que cada salida, tuvo un alto costo para muchos argentinos. Las crisis, en general, dejan numerosos agentes económicos fuera del sistema, y la recuperación, incorpora nuevos actores a los mercados. Estos datos, son probablemente, los únicos factores comunes de cada ciclo. Las soluciones, fueron muy diferentes en cada caso, aunque en la mayoría de las situaciones, el cambio de la moneda, estuvo incluido.

Llama la atención que muchos especialistas, analistas y profesionales en materia económica y política, insistan en alternativas que funcionaron en otros contextos. Por ejemplo, volver a la convertibilidad. Recordemos que el tándem Menen – Cavallo, pudieron sostener un esquema convertible, como consecuencia de alto nivel de endeudamiento, y los ingresos de las privatizaciones. La salida de la convertibilidad, con Kirchner – Lavagna, se acompañó de un creciente precio y demanda de las commodities,  como la soja, los granos en general, y las cuentas públicas licuadas por la devaluación de la moneda. La situación actual, tiene muy pocos puntos comunes con las salidas de las últimas dos grandes crisis. A la incertidumbre y volatilidad económica, le debemos agregar la falta de conducción política, que finalmente, es la que encamina con firmeza, las alternativas para resolver la situación actual. Tampoco podemos ignorar, que la situación social está relativamente contenida con las ayudas, planes y asistencias; pero a las claras es un modelo agotado, que debe ser sustituido por otros modos más productivos y dignos de ayudas.

En este contexto podemos afirmar con claridad, que 2023 será un año de transición, turbulento e incierto, pero al mismo tiempo, será la pista de lanzamiento de las soluciones y salidas para nuestra querida república. ¿Será mirando el pasado, y cometiendo los mismos errores, o bien nos proyectaremos al futuro, con nuevas herramientas y un grana cuerdo social? Veremos.