• 07/10/2023

La famosa «culebrilla»

La famosa «culebrilla»

La culebrilla o herpes zóster es una erupción de sarpullido o ampollas en la piel. Es causada por el virus de la varicela-zoster, el mismo que causa la varicela. Después de tener varicela, el virus permanece en su cuerpo. Se trata de la reactivación, en algún momento de la vida, de ese  virus que no es eliminado del organismo. No tiene cura, pero existen distintos tratamientos médicos para paliar sus síntomas.

El herpes zoster o «culebrilla» constituye la reactivación, en algún momento de la vida, del virus de varicela-zoster adquirido durante la infancia en más del 90% de los casos. La causa de la reactivación generalmente se desconoce, pero parece estar asociada con el envejecimiento, situaciones de estrés o alteraciones del sistema inmunitario. Por lo general se presenta en adultos de más de 50 años o en personas con trastornos inmunológicos y con raras excepciones, los pacientes sólo lo sufren una vez.

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La erupción ( vesículas pequeñas) suele estar precedida durante varios días por dolor en la zona afectada.
D espués de una infección con varicela, el virus reside en estado letárgico en las vías nerviosas que emergen de la columna. Cuando se reactiva, se disemina a lo largo de la vía nerviosa, causando primero dolor o sensación de quemadura. La erupción típica aparece dos o tres días después de que el virus llega a la piel y consiste en parches rojos en la piel con pequeñas ampollas que son muy similares a la varicela en su etapa inicial. A menudo, la erupción se maximiza en los siguientes tres a cinco días y luego las ampollas se rompen formando úlceras pequeñas, las cuales se comienzan a secar y a formar costras, que a su vez se desprenden en dos o tres semanas y dejan la piel rosada en proceso de cicatrización.

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Pero, ¿por qué le dicen culebrilla? Según el Diccionario de Mitos y Leyendas , se denomina así porque los gauchos de la Pampa Húmeda de la Argentina suponen que su contaminación proviene del paso de una víbora o culebra sobre la ropa extendida para su secado sobre los cultivos (generalmente de trigo). Visualmente, la enfermedad «provoca una erupción en la piel siguiendo una línea. Se cree que cuando la línea (culebra) une sus dos puntas (la cabeza se junta con la cola) tiene consecuencias fatales para el portador». Esto significa, según el diccionario, que la creencia «incluye la certeza que si la erupción, que aparece en la superficie dérmica sobre el nervio afectado (generalmente una rama sensitiva intercostal) circunda el cuerpo traería consecuencias fatales para el paciente, cosa imposible por la simetría bilateral hace que no haya conexión entre los nervios intercostales izquierdos y derechos, la infección es de consecuencias graves cuando ataca a los pares craneales, a causa de lo cual las vesículas pueden llegar a opacar la cornea».

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Están las que pueden padecer las personas con culebrilla óptica (en que el virus ha invadido el nervio oftálmico) que van desde inflamaciones dolorosas del ojo que pueden dejarlas ciegas por un tiempo hasta dañarles permanentemente la visión.

«Cuando aparecen las lesiones en la piel, el diagnóstico es sencillo, usualmente mediante la observación médica. Los estudios de laboratorio (raspado de lesiones para cultivo o métodos directos) se reservan para casos dudosos. A veces, la erupción se acompaña de síntomas gripales, cefalea, malestar general o molestias estomacales», explica la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos (FUNCEI). Y aclara que «l os territorios más comúnmente afectados son la base del tórax, en general de un costado incluida la espalda, correspondiente al área de distribución de los nervios intercostales torácicos, y la cara, por compromiso de la rama oftálmica del nervio trigémino. En esta última situación, se hace necesaria la evaluación y control por el oftalmólogo, para evitar complicaciones como opacidades corneales residuales».

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Entre las complicaciones, menciona el National Institute of Neurological Disorders and Stroke ( NINDS ), están las que pueden padecer las personas con culebrilla óptica (en que el virus ha invadido el nervio oftálmico) que van desde inflamaciones dolorosas del ojo que pueden dejarlas ciegas por un tiempo hasta dañarles permanentemente la visión. Si la culebrilla aparece en la cara y afecta el nervio auditivo, también puede producir complicación en la audición. Las infecciones de los nervios faciales pueden llevar a una parálisis temporal de la cara. Pero esto no es todo, destaca el NINDS; algunas veces, y sobre todo en las personas mayores, los síntomas de la culebrilla pueden persistir por largo tiempo después de que el brote haya sanado. Estos casos pueden resultar en una parálisis facial, dolor de cabeza y dolor persistente. Este dolor, llamado neuralgia post-herpética, «es uno de los más terribles conocidos por el ser humano, el tipo de dolor que conduce al insomnio, pérdida de peso, depresión y una preocupación absoluta».

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«El herpes zoster es mucho menos contagioso que la varicela que es altamente transmisible por vía aérea desde 48 horas antes de la erupción hasta la etapa de costra. El herpes zoster contagia casi exclusivamente por contacto y solo a personas susceptibles a varicela, es decir, que no hayan padecido varicela en el pasado», aclara FUNCEI. Y se estima, agrega, que aproximadamente el 50% de las personas que viven más de 85 años pueden sufrir por lo menos un episodio de zoster durante su vida. Tal como ocurre con los otros virus, el de la varicella zoster no tiene cura. Sin embargo, la culebrilla se puede tratar. El tratamiento puede acelerar el tiempo de curación, disminuir el dolor y demorar o prevenir las reactivaciones.

En la actualidad, explica FUNCEI, «se utilizan antivirales específicos como el aciclovir y el valaciclovir, activos por vía oral que, si se administran dentro de las 72 horas desde la aparición de la erupción, son capaces de acortar el tiempo de progresión a la cicatrización de las lesiones (etapa de costra), disminuir el dolor agudo e influir sobre la intensidad y duración del dolor crónico. Si la consulta se realiza más allá de las 72 horas desde el comienzo de la erupción pero aún hay lesiones activas o nuevas, el tratamiento antiviral todavía puede ser beneficioso. Las cremas antivirales tienen mínima o nula absorción a través de la piel, por lo que solo ejercen un efecto local leve y no reemplazan al tratamiento oral. Es importante mantener desinfectadas las lesiones cutáneas para evitar la infección bacteriana secundaria».

El señor con los ojos vendados que aparece en esta fotografía de 1910 se llamaba Salvador Bustos Quiroga y era comisario municipal de Alto de Sierra. La joven de negro que toma nota es su hija, Elena Bustos Cardozo. Se desconoce quién es la señora que, de vestido blanco y sombrero, realiza una curación al comisario municipal. Por los dibujos que hace con tinta china en el brazo del enfermo, se trataría de un caso de “culebrilla”. (Imagen publicada en el libro “El San Juan que Ud. no conoció” de Juan Carlos Bataller – Foto proporcionada por Elida Cardozo Bustos)

Las curaciones caseras

Esto en lo que se refiere al tratamiento médico; sin embargo es muy sabido que quienes padecen de culebrilla, suelen buscar alivio en remedios caseros con los riesgos que esto puede implicar debido a complicaciones. Un trabajo de campo titulado » curanderos familiares» , realizado por el doctor Rubén Quijano y publicado en la web de la Sociedad Argentina de Medicina Antropológica, afirma que e l porcentaje que conoce, cree y cura estas enfermedades (refiriéndose al mal de ojo, empacho y culebrilla) mediante remedios caseros es muy alto, «más del 90%, contándose en la misma proporción con un curador o curandero en el seno familiar, esto es independiente del nivel de instrucción».

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Se eligió estos trastornos, explica el autor, » por varios motivos: son reconocidas por todos los actores sociales y figura en el imaginario colectivo que éstas son «enfermedades» en cuyo tratamiento es común que los médicos no intervengan o, si intervienen, lo hacen como intermediarios». El método de curación, explica es por medio de la oración; al mismo tiempo se pasa «alguna preparación con colorante pura o diluida, por lo general tinta china, a veces con una pluma de ave. También un viejo método era pasar un sapo, este último si bien fue mencionado, al parecer se considera propio de zonas rurales. También se pasa por la culebrilla una medalla religiosa (La Medalla Milagrosa) de oro mientras se reza la oración». Es una creencia bastante arraigada en nuestro país. Y aunque cada quien tiene su propias convicciones, lo grave es que, en muchos casos, se obvia la consulta médica.

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Respecto a la prevención, la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos aprobó en Junio de 2006, una vacuna contra el Herpes Zoster, para pacientes mayores de 60 años; luego de un seguimiento de 35.000 adultos durante 5 años con resultados muy alentadores: en los adultos vacunados se redujeron los casos de culebrilla en un 51% y los de neuralgia en un 66%. Es más, el dolor y las molestias fueron claramente menos intensos (un 61%) cuando se produjo la enfermedad en pacientes inmunizados con el nuevo compuesto. Los resultados fueron publicados en ‘The New England Journal of Medicine’ . Actualmente, la vacuna no se comercializa en el país, informó a Clarín.com su fabricante.

Fuente: Clarín 

¿Es contagiosa la culebrilla?

La culebrilla no es contagiosa, pero alguien con culebrilla puede contagiar la varicela. Si nunca ha tenido varicela ni se ha puesto la vacuna contra la varicela, trate de mantenerse alejado de alguien que tenga culebrilla.

Si usted tiene culebrilla, trate de evitar acercarse a quienes no hayan tenido varicela o no se hayan puesto la vacuna contra la varicela, o cualquier persona que pueda tener un sistema inmunitario débil. Es raro tener culebrilla más de una vez, pero puede ocurrir.

¿Cuáles son los síntomas de la culebrilla?

Los primeros signos de culebrilla incluyen ardor o dolor punzante y hormigueo o picazón. En general, se presenta a un lado del cuerpo o la cara. El dolor puede ser de leve a severo.Entre uno a 14 días después, tendrá una erupción. Esta consiste en ampollas que generalmente duran entre siete y 10 días. El sarpullido suele presentarse en una sola banda alrededor del lado izquierdo o derecho del cuerpo. En otros casos, la erupción ocurre en un lado de la cara. En raras ocasiones, usualmente en personas con sistemas inmunitarios debilitados, la erupción puede estar más extendida y parecerse a una erupción de varicela.

Algunas personas también pueden presentar otros síntomas, como:

  • Fiebre
  • Dolor de cabeza
  • Escalofríos
  • Dolor abdominal

¿Cuáles son las complicaciones del herpes zóster?

La culebrilla puede causar complicaciones, como:

  • Neuralgia posherpética: Es la complicación más común de la culebrilla. Causa dolor intenso en las áreas donde tuvo la erupción de culebrilla. En general, mejora en unas pocas semanas o meses. Pero algunas personas pueden tener dolor por neuralgia posherpética durante muchos años y puede interferir con la vida diaria
  • Si la culebrilla afecta su ojo puede tener pérdida de la visión. Puede ser temporal o permanente
  • Problemas de audición o equilibrio: Son posibles si tiene culebrilla dentro o cerca de su oído. También puede tener debilidad de los músculos en ese lado de la cara. Estos problemas pueden ser temporales o permanentes

En muy raras ocasiones, la culebrilla también puede causar neumonía, inflamación del cerebro (encefalitis) o la muerte.