• 17/06/2023

Sin reformas, no hay posibilidades

Sin reformas, no hay posibilidades

POR MARCELO DELGADO

La economía y la medicina se parecen en sus métodos. Un buen diagnóstico y la terapéutica más adecuada, tienen alta probabilidad de curar la dolencia.

Argentina viene acumulando años de tratamientos en base a los síntomas, sin atender a las causas, y con paliativos de escasa eficacia, incluso para atender la urgencia. El resultado, ya es conocido por todos y las consecuencias dejan cicatrices, difíciles de sanar.

Las medicinas en general, suelen ser terror de los seres humanos, porque una jeringa, las cirugías, internaciones, estudios, suelen ser invasivos y no embarga la incertidumbre y el temor. Pero también somos conscientes, que sin tratamiento, no hay resultado.

Esta semana, celebramos que el índice de inflación, del mes de mayo pasado, no superó el 8% (fue 7.8%), y resulta un alivio, ver que el mayor flagelo de nuestra economía, retrocede algo en su acecho. Los índices de empleo, son similares a los de las mejores épocas que recordemos pero los salarios formales, no alcanzan para una vida digna. La brecha entre los que tienen alternativas, y los que serán pobres, ya no solo es la preparación o educación, sino que el futuro de las personas está vinculado a sus habilidades y competencias que no se entrenan en el sistema educativo formal.

Al mismo tiempo el mundo necesita de los productos argentos, pero nosotros no reaccionamos para ofrecerlos, venderlos y procurar la tecnología necesaria, para enfrentar nuevos desafíos.

El sistema, ya no resiste ajustes, adecuaciones, adaptaciones y mejoras. Se requieren verdaderas reformas. La economía, como el cuerpo humano, tiene una gran capacidad de recuperación, siempre que la terapéutica sea efectiva y adecuada. Por eso, ya no sólo se trata de bajar el déficit fiscal, o de reorientar el gasto público. Se necesitan reformas fundamentales, del sistema laboral, la política fiscal, el rol de las embajadas y agregados comerciales, el desarrollo de las empresas nacionales, fortalecimiento del mercado de capitales, seguridad jurídica, la educación en todos sus niveles y modalidades, la Justicia, como un poder republicano, la ley, como imperativo comunitario, y el rol que cada uno tenemos en la sociedad.

Esta agenda está ausente de la dirigencia política nacional. Por un lado, los libertarios, prometen romper con todas las estructuras existentes pero no explican cómo lo harán. Quemar el Banco Central, no es mala idea, pero ¿quién será el gerente del sistema financiero y los bancos?. Achicar el Estado es necesario, pero desentenderse de sus funciones fundamentales, es temerario. Por otro lado, “cambiemos” está más enfocado en ver quién se lleva el premio de la oportunidad, que aprovechar la ocasión de un nuevo rumbo. El Gobierno, con un presidente en retirada, está dividido entre los que quieren volver al pasado, o quieres van por una chance que se les escapó en el pasado. Pero las reformas necesarias para salir del pozo, están aún ausentes. Ya cerca de las primarias, ¿podremos ver las propuestas, o sólo nos vamos a referenciar a las caras bonitas?