• 20/05/2023

La mujer en las fuerzas armadas

La mujer en las fuerzas armadas

Desde aquella incipiente “Escuela de Enfermería del Hospital Militar Central”, creada para capacitar a enfermeras civiles, pasando por la “Escuela de Cuerpo Profesional Femenino”, cuna de las primeras oficiales y suboficiales de Sanidad y del Sistema de Cómputo de Datos, la mujer ha transitado el camino de la profesión militar cumpliendo roles cada vez más cercanos a la primera línea del frente.

En 1995, el servicio militar voluntario dio un nuevo impulso a los pasos recorridos, pues la incorporación de mujeres soldados derivó en la necesidad de formar a personal femenino de oficiales y suboficiales de las armas y especialidades. Fue así que, para el año 2000, ya revistaban en las filas del Ejército oficiales y suboficiales mujeres de Artillería, Ingenieros y Comunicaciones, y de las especialidades de Intendencia y de Arsenales. Finalmente, en 2012, la mujer accedió a las armas de Infantería y Caballería.

Esta evolución, en sintonía con las transformaciones sociales, representa un paulatino progreso hasta la actualidad. Cada uno de los avances trajo aparejados cambios estructurales y adaptaciones que alcanzaron la formación, la infraestructura, y hasta las costumbres, discursos y pautas culturales.

Hoy en día, las mujeres pueden ocupar todos los espacios de trabajo en las organizaciones del Ejército con la idoneidad como única condición.

Además del personal civil femenino, las Fuerzas Armadas cuentan hoy con mujeres en todas las armas, tropas técnicas, especialidades y servicios. Hay paracaidistas, buzos, montañeses, montaraces y aviadoras de Ejército. Como resultado de una apuesta constante a la capacitación, y corolario de un indudable profesionalismo, en el año 2035, las mujeres habrán alcanzado las jerarquías más altas dentro del Ejército Argentino.

Las mujeres en las grandes guerras

Todas las principales naciones participantes en la Segunda Guerra Mundial reclutaron mujeres y la mayoría sirvió como enfermeras, tareas administrativas o de apoyo. Más de 500.000 mujeres tenían papeles de combate en unidades antiaéreas en Alemania y Reino Unido, así como unidades de primera línea en la Unión Soviética.

Oficiales de la Armada de la India

La India

En 1942 el Ejército Nacional Indio estableció el regimiento Lakshmibai, exclusivo de mujeres y el primero de su tipo en Asia. Se estima que sirvieron más de 1.000 soldados.

La reina Isabel II del Reino Unido sirviendo en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial.

Reino Unido

En 1938 los británicos establecieron servicios uniformados para mujeres; la princesa Isabel II del Reino Unido fue mecánica del ejército. A finales de 1941 enviaron a la mayoría a fábricas y otras al Servicio Territorial Auxiliar (ATS) del ejército, aunque recibieron solo dos tercios del salario masculino.

Las mujeres del Comando Antiaéreo, unas 56.000 en 1943, destacaron por el manejo de cañones contra la Luftwaffe y los misiles Fieseler Fi 103.​ La hija del primer ministro Winston Churchill estaba allí, dijo que cualquiera que salvara 40.000 hombres había obtenido el equivalente a una victoria y que matar al enemigo se consideraba demasiado masculino.​ La primera caída del Comando ocurrió en abril de 1942.

Alemania

El Tercer Reich tuvo funciones similares para mujeres. Las SS–Helferinnen habían recibido alto entrenamiento militar y sirvieron en unidades auxiliares del Heer, la Kriegsmarine y la Luftwaffe.​.

En 1944 aproximadamente 500.000 eran auxiliares uniformadas voluntarias de la Wehrmacht y 400.000 enfermeras servían.​ Para 1945 las mujeres alemanas ocupaban el 85% de los puestos administrativos, comunicaciones, contables y fábricas.

Segunda mujer en ganar la Cruz de Hierro, la enfermera Elfriede Wnuk.

Casi 30 enfermeras fueron condecoradas con la Cruz de Hierro por su heroísmo bajo fuego.​ Las «enfermeras marrones» se vieron obligadas a mirar hacia otro lado mientras sus pacientes incapacitados eran asesinados por criminales de guerra, ya que cientos de mujeres trabajaron en los campos de concentración y la mayoría en Ravensbrück.

Guerra de Vietnam

Aunque existen relativamente pocos datos oficiales sobre las veteranas de la Guerra de Vietnam, la Fundación Conmemorativa de las Mujeres de Vietnam estima que aproximadamente 11.000 mujeres estadounidenses sirvieron. Casi el 90 % fueron enfermeras y el resto otros puestos: controladoras del tráfico aéreo, empleadas militares, médicas y oficiales de inteligencia.

Una piloto de la Fuerza Aérea norteamericana, durante la Guerra del Golfo

Guerra del Golfo

En 1991 unas 40.000 militares estadounidenses fueron desplegadas durante las operaciones de la Guerra del Golfo; sin embargo, ninguna mujer sirvió en combate. Una política promulgada en 1994 prohibió a las mujeres ser asignadas a unidades de combate por debajo del nivel de brigada.

Cómo se aborda en América Latina el acoso y el abuso sexual

A las situaciones de violencia propias del enfrentamiento bélico se deben agregar aquellas inseguridades asociadas al entorno cercano (violencia de género, violaciones, mercantilización de los cuerpos con diversos fines), que en este caso tergiversan los valores que son pilares de la institución militar, como la obediencia y la lealtad, sin mencionar otros como el «respeto» y el «honor», y que subsumen a mujeres, e incluso a varones, dentro de las Fuerzas Armadas.

Actualmente encontramos que el hostigamiento, el abuso y el acoso sexual dentro de los ejércitos latinoamericanos es abordado con diferentes grados de compromiso y mediante respuestas diversas, siendo uno de los principales inconvenientes la dificultad para radicar denuncias y la designación de los fueros que abordan las causas. En la región aún no existen mecanismos de transparencia referidos al relevamiento y la sistematización de los casos, como tampoco una protección adecuada para quienes los denuncian con el fin de evitar represalias dentro del ámbito laboral.

En cada país, y de acuerdo con la jurisprudencia, las causas pueden ser tratadas en el fuero militar o civil. Existen diversas voces que cuestionan la imparcialidad necesaria dentro de la justicia penal militar; de allí la necesidad de mantenerlas fuera del orden militar, incluso si posteriormente las sanciones se adecuan a los cánones de la disciplina militar.

De acuerdo con las jurisdicciones establecidas por los países de la región para tratar los delitos de acoso y abuso sexual, es posible identificar tres situaciones: el uso exclusivo del fuero civil (Argentina); los sistemas de naturaleza mixta (Brasil, Bolivia, Chile, Ecuador, El Salvador, Honduras, México, Paraguay, Uruguay y Venezuela); y finalmente, aquellos que establecen que deben ser juzgados solo en tribunales militares, por tratarse de delitos penales cometidos por miembros de las Fuerzas Armadas o cometidos en el marco de las instalaciones o jurisdicción militar, sea en el país o en el extranjero (son los casos de Colombia, Nicaragua, Perú y República Dominicana).

En Argentina, uno de los países más avanzados en la región en materia de equidad de género dentro de las Fuerzas Armadas, existen 21 oficinas de género en la institución militar, creadas en el marco de la Resolución 1238/09 de 2009, con la finalidad de facilitar el acceso y la confidencialidad necesaria para quienes realizan las denuncias.

Estas oficinas se complementan con 11 equipos interdisciplinarios de violencia intrafamiliar. Algo similar se busca implementar en Chile desde mayo de 2018. Por otra parte, y en la búsqueda de mejorar la situación de las mujeres en la región, se incorporaron a los programas de educación dentro de las instituciones militares cursos y talleres referidos a derechos humanos, diversidad sexual, violencia y equidad de género. Este enfoque se vio favorecido por la numerosa participación de países de la región en misiones de paz cuando la Resolución 1325 ya se encontraba vigente.

Se eliminó la prohibición de casarse o divorciarse

Como consecuencia de esta concienciación sobre la integración de las mujeres en el ámbito militar, en diversos países se modificó la legislación sobre cuestiones de ámbito privado del personal militar. En este punto, se avanzó en la eliminación de las prohibiciones de matrimonios entre personal de distintas fuerzas o de diferente categorías; la eliminación de la solicitud de permiso a las autoridades para contraer matrimonio; la posibilidad de separarse legalmente o divorciarse; la habilitación para solicitar y extender beneficios sociales a hijos legalmente a cargo (sean hijos extramatrimoniales o de madres o padres solteros); inclusive se incorporaron regulaciones sobre lactancia y maternidad, entre otros aspectos. Se trata de avances profundos y graduales vinculados, en todo caso, a cambios en materia cultural y social en cada país.

El porcentaje de mujeres en las Fuerzas Armadas latinoamericanas

El porcentaje más alto de mujeres en las Fuerzas Armadas, según el Informe de Resdal de 2016, lo encontramos en República Dominicana, con 21,76%, seguido por Venezuela con 21% –allí las mujeres tienen acceso a los cargos más altos–, Uruguay con 18,92%, y Argentina con 17,17%.

Por otra parte, resulta curioso el caso de Bolivia, donde si bien el promedio es uno de los más bajos de la región (1,94%), una mujer, Gina Reque Terán, llegó al cargo de jefa del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.

Gina Reque Terán, llegó al cargo de jefa del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Bolivianas

Cabe destacar el bajo porcentaje de mujeres en Brasil: solo un 5%. Por lo general, las especialidades en las que se impedía o se impide el ingreso son aquellas relativas al enfrentamiento directo en combate: infantería, caballería blindada, artillería, submarinismo, pilotaje de combate y operaciones especiales, entre otras, aunque varían de un país a otro.

Acoso y agresión sexual

Un informe de 2009 llegó a la conclusión de que las militares tenían tres veces más probabilidades de ser violadas que las civiles y que las soldados en Irak tenían más probabilidades de ser atacadas por otro soldado que por un insurgente. En 1988 la primera encuesta militar sobre acoso sexual en los Estados Unidos encontró que el 64% de las mujeres militares habían sido sometidas a alguna forma. Las más afectadas fueron las nativas americanas, seguidas de las hispanas y las afroestadounidenses.

La senadora estadounidense Martha McSally, quien fue la primera mujer piloto de combate en su país, dijo durante una reunión del Senado sobre agresión sexual en el ejército; que fue violada por un oficial superior de la Fuerza Aérea. Dijo que nunca lo denunció porque mucha gente no confiaba en el sistema, se culpaba a sí misma, estaba avergonzada y confundida, pensaba que era fuerte pero se sentía impotente.

La senadora republicana que fue violada por un oficial de alto rango en la Fuerza Aérea

La senadora republicana por el estado de Arizona, Martha McSally, reveló en 2019 durante una emotiva audiencia en el Senado sobre abusos sexuales en las Fuerzas Armadas que había sido violada por un oficial de alto rango de la Fuerza Aérea.

McSally, la primera mujer en pilotear un caza de combate en los Estados Unidos, dijo a los legisladores que fue «atacada y violada por un oficial de rango superior».

«También soy una sobreviviente de abuso sexual en el Ejército, pero a diferencia de muchas valientes sobrevivientes, no denuncié haber sido agredida sexualmente», dijo McSally durante su declaración.

La senadora explicó que en su momento no denunció porque «no confiaba en el sistema».

«Me culpé a mí misma. Me sentí avergonzada y confundida. Pensé que era fuerte pero me sentía impotente. Los perpetradores abusaron de su posición de poder de manera profunda», aseguró.

La senadora no reveló quién fue el atacante: «Me quedé en silencio durante muchos años, pero más adelante en mi carrera, mientras los militares lidiaban con los escándalos y sus respuestas eran totalmente inadecuadas, sentí la necesidad de que algunas personas supieran que yo también era una sobreviviente», señaló mientras se le quebraba la voz.

«Me horrorizó la forma en que se manejó mi intento de compartir en general mis experiencias. Después de 18 años de servicio casi me alejo de la Fuerza Aérea por mi desesperación. Como muchas víctimas, sentí que el sistema me estaba violando una y otra vez».

McSally sirvió en la Fuerza Aérea durante 26 años y voló la mayor parte del tiempo un caza A-10

Tras explicar ese episodio, McSally defendió que los comandantes del Ejército «no deben ser eliminados de la responsabilidad de la toma de decisiones de prevenir, detectar y procesar el asalto sexual militar».

En enero, otra senadora republicana, Joni Ernst, hizo público que ella también fue violada durante sus años de estudiante en la Universidad Estatal de Iowa.

Después de conocer ambos testimonios, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, aseguró que la bancada que lidera «está abierta» para cualquier recomendación de las senadoras para legislar en este campo.

En enero, el Pentágono publicó su informe sobre agresiones sexuales en las academias de servicio militar, en la que se reveló un aumento de casi el 50% de contactos sexuales no deseados en la Academia Militar de los Estados Unidos, la Academia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y la Academia Naval de los Estados Unidos.

Fuentes: Ministerio de Defensa, Nueva Sociedad, Wikipedia, El País de Madrid, Infobae.