• 14/04/2024

En secreto

En secreto

POR GUSTAVO RUCKSCHLOSS

Todos tenemos nuestros secretitos, todos, todos, desde que somos chicos hasta que morimos. Todos escondemos algo y que, según la edad y circunstancias, no revelamos a pocos o a nadie. Algunos hasta el final de la vida, en cambio otros son inocuos y solo tienen valor para quienes lo cargan. Otros son horrorosos y carcomen la conciencia hasta que obligan a confesarlos alguna vez para descargar culpas y algunos  más duros, van a la horca con él. Hay secretos que son buenos y solidarios (para salvar a alguien) y otros perversos como para condenar a inocentes injustamente. Los hay desde no lavarse los dientes antes de acostarse, hasta envenenar a la suegra.  También están los de las trampas amorosas hasta los de los espías profesionales que sin su uso serían (ambos) cadáveres.  La moral nos obliga a revelarlos y los califica de incorrectos, pero la mayor culpa que tienen es la de oponerse a nuestra curiosidad, y es lo que más nos molesta en definitiva… Es el entretenimiento preferido de los investigadores, escritores, periodistas y comadres, ya sea para crearlos, difamarlos o usarlos como materia prima.  Además, los nuestros siempre son justificables y los ajenos están muy mal, por más que tengan razón. Además, hay categorías porque no es lo mismo el robo de un caramelo que cargar con un genocidio.

Todo esto es pura especulación mía; entonces, por favor, manténgalo en secreto.-