• 23/09/2023

El 11 de diciembre  ¿Cambia la historia?

El 11 de diciembre  ¿Cambia la historia?

POR MARCELO DELGADO

Sin lugar a dudas el próximo 11 de diciembre, Argentina tendrá un nuevo gobierno. Un hito más en la historia democrática de nuestro país. Es probable también que quien asuma la presidencia, convoque al Congreso a sesionar en forma extraordinaria, para darle impulso a su plan de gobierno.

Sin embargo, y más allá de la impronta de la próxima gestión, los problemas estructurales de nuestro país, como la inflación, pobreza, desinversión, déficit educativo, trabajo informal, asimetrías regionales, entre una decena de desafíos históricos, aún pendientes de encaminar. Aún con las decisiones más correctas, adecuadas y certeras, los resultados se verán en el mediano a largo plazo.

También es histórico que la población y las instituciones apoyan los primeros pasos de un gobierno que debut, y eso genera un mejor clima social. El paso más duro es el reto electoral, de medio término. Las legislativas son lápida o pedestal, para el futuro de la gestión.

Por ello, durante los próximos dos años al menos podrán cambiar las políticas, los rumbos, las reglas; pero la realidad todavía será muy parecida a la de los últimos 40 años de democracia.

Al mismo tiempo, previo a cualquier proceso electoral, los actores económicos se paralizan. No toman decisiones más allá de una semana y esperan señales para definir conductas de mediano a largo plazo. En ningún destino del planeta ocurre una “parálisis por análisis” de esta magnitud. La excesiva dependencia de la economía respecto de la política hace a nuestro sistema mucho más endeble y vulnerable.

Brasil, Chile o Paraguay, países muy cercanos se ven afectados por las políticas públicas, pero sus agentes económicos, planifican a mediano y largo plazo, con mayores grados de libertad. Aún más generan las condiciones y establecen los acuerdos mínimos (de pisos) y de ese modo, poder sostener las empresas, y acompañar los desafíos de las políticas públicas.

La verdad es que los procesos sistemáticos de cambio llevan muchos años para producir modificaciones culturales y estructurales, sostenibles en el tiempo. Hay personas, que en situación de liderazgo los pueden impulsar, pero es la sociedad en su conjunto la que decide si toma ese rumbo. Por ello, una comunidad cuando madura, es prudente, pero no se paraliza frente al futuro sino que gestiona y promueve los cambios que realmente necesita. Procura que quienes los gobiernen, cuiden lo bueno y proyecten lo nuevo.

El próximo 11 de diciembre tenemos la esperanza de que Argentina asuma los desafíos y recorra los caminos que la lleven a desarrollar su potencial como país y comunidad. Pero los cambios profundos, en el mejor de los casos, llevará algunos años. ¿Tiene sentido la parálisis por análisis, o será tiempo y oportunidades perdidas?