• 14/10/2023

Un escenario más pesimista se impone

Un escenario más pesimista se impone

POR JUAN CARLOS BATALLER PLANA

Los debates pasaron, fueron una buena oportunidad para ver algunas discusiones, fue un formato ágil, aunque no hay mucho más que agregar. Seguro que fueron pocos los indecisos a los que el debate les ayudó a tomar una decisión sobre a quién votar el próximo 22 de octubre.

La política argentina se olvidó de los contenidos. Vale más un grito o una denuncia que un proyecto. Rinde más una burla o un meme que un equipo de trabajo.

Se vienen momentos duros para el país, gane quien gane.

Con una jubilación mínima de 87 dólares –al cambio informal- y un salario mínimo de 130 dólares, es imposible mantener la tranquilidad de la población.

Ya no podemos compararnos con América Latina, mucho menos con Europa.

Nuestros vecinos Uruguay y Chile tienen salarios mínimos de 550 dólares. Y son países muchos más chicos. Bolivia es de 325 dólares, Brasil con gran pobreza es de 281 dólares. Otra vez, sólo le ganamos a Venezuela.

Y se está hablando de una nueva devaluación tras las elecciones que directamente podría significar un salario mínimo inferior a 100 dólares, más acorde a un país pobre de África que una Nación tan rica como Argentina.

En materia de seguridad, el avance del narcotráfico va copando las principales provincias del país.

En materia de inversiones, hace años que Argentina dejó de ser un lugar atractivo para quienes buscan traer sus dólares. Incluso dejó de ser atractivo para los propios argentinos que prefieren que se devalúe el dinero en sus colchones antes de encarar proyectos productivos.

A este escenario tan complejo se suma un final muy parejo entre tres fuerzas políticas. Y sin dudas, si la crisis estalla en los próximos diez días, pone en carrera a participantes que están más relegados. Por lo que al menos hay fuerzas a las que no les disgustaría que todo explote ahora.

Como contrapartida, un Gobierno Nacional repartiendo lo que no tiene, haciéndose adelantar pagos por exportaciones que tendrían que llegar en 2024 y sin ahorrar nada, manteniendo y aumentando los altos niveles de déficits.

Lo que muchas veces no tienen en cuenta quienes deciden es que en el medio hay personas de carne y hueso, a los que el sistema los va expulsando cada día, en cada momento.

Y todo va siendo una gran olla a presión, con un final que todos temen, pero pocos hacen algo para evitarlo…