• 23/09/2023

Justicia en democracia

Justicia en democracia

POR EDUARDO QUATTROPANI

Resulta ser un dato de la realidad el que el Poder Judicial no goza de, como mínimo, la simpatía de la sociedad.

Esa situación, a mi entender, no responde a una causa única, sino, y por el contrario, reconoce la naturaleza de multicausal, en su gran mayoría, autoprovocadas, sin perjuicio de la existencia de otras ajenas a su responsabilidad.

Creo que si debiera señalar en un concepto la que considero causal determinante, diría que la es una muy extraña creencia de particularidad -por llamarla de alguna manera- que prima entre aquellos que ejercen cargos y funciones que de alguna manera representan al Poder Judicial.

Que ello así porque aun cuando, comparativamente, tienen régimen laboral privilegiado,  sienten que dejan la vida en la función, porque, aun cuando ejercen cargos de muchísima responsabilidad, sienten que no deben rendir cuentas ni dar explicaciones a la sociedad.

Que ello así porque esperan recibir un trato superior a sus vecinos, pero, y además, sus tiempos no tienen puntos de contacto con los de la gente ni con los intereses que les son confiados.

Que ello así porque, demasiados, terminan -o empiezan- creyendo que la sociedad les debe una explicación por los cargos que se les otorgó, aun cuando los hayan buscado de todos los modos posibles.

Demasiada de esa gente en la justicia pierde el sentido de la realidad y actúan como fugitivos de ella.

Todos esos vicios parecen invitar a que, también demasiados, se autoperciban los mejores políticos, los mejores comerciantes, industriales, profesionales, padres y demás, y por ende, integrantes del «Poder de los mejores.»

Realidad que se corregirá con actos positivos y no con discursos ni palabras sin respaldo fáctico.