Un nuevo orden monetario, o más de lo mismo

Las elecciones primarias del pasado 2 de julio, no sólo sorprendieron a propios y extraños, sino que establecieron la agenda de los tres candidatos más votados.

El león Milei encabezó la compulsa y su caballito de batalla, fue “dolarizar la economía”. Por otra parte, la dura Patricia, prefirió proponer un sistema “bi monetario”, quitando el cepo inmediatamente asuma como presidente. Y el ministro Sergio, el más moderado, ha propuesto avanzar en un sistema, donde en el mediano plazo, confluyan los distintos tipos de cambio, para llagar a la unificación del mercado cambiario. Un aterrizaje suave.

En todos los casos, las agendas incluyen un nuevo orden “monetario”, con un solo tipo de cambio o moneda, sin cepos, y cotizaciones reguladas por el mercado.

Sin embargo, a medida que se acerca el 22 de octubre, las propuestas comienzan a mostrar variantes. Cuando los candidatos y sus equipos tienen que explicar el “como” llevarán adelante las reformas monetarias, entonces aparecen las variantes, que van corriendo los límites y las expectativas de los cambios.

En el caso de Milei con el triunfo en las Paso en los bolsillos, comenzó a moderar su proyecto dolarizador afirmando que será en etapas, que podrían demorar al menos 18 meses. Tampoco ha sido muy claro, en como conseguiría, los 10.000 millones de dólares para la masa monetaria primaria, ni los 30.000 que están en letras del tesoro, en pesos, que debería cambiar. Incluso, alguno de sus asesores, afirmo, que tal vez le lleve todo su periodo de gobierno, completar la soñada dolarización.

Para Bullrich, el desafío será armonizar el discurso, con quien sería su futuro Ministro estrella, el ex presidente del Banco Nación, y actual economista jefe de la Fundación Mediterránea, Carlos Melconian; quien de entrada, en sus primeras declaraciones, dejó claro, que para eliminar el Cepo, se requieren 12 medidas de fondo, que permitan sostener esta decisión y sea eficaz para la economía. Por lo que será muy poco probable, generar cambios sustanciales en la política monetaria, el primer día, como afirmó su jefa.

Para Massa, la situación es más compleja, porque hoy tiene la lapicera de Ministro, y le cuesta mantener a flote el bote. Tiene que explicar y convencer, porqué sería diferente, cuando tenga la suma del poder. Es cierto que hace un año, recibió algo más que una papa caliente, tanto en lo económico como lo político. Pero, como candidato, el desafío es encender una llama de esperanza, aunque por ahora, sólo recibiría las adhesiones, de quienes temen los “saltos al vacío” de los otros rivales.

Un nuevo orden monetario, no resuelve todos los problemas de la argentina, pero es necesario para revertir el deterioro perpetuo de la moneda. ¿Será posible a partir del 10 de diciembre o veremos más de lo mismo?