• 02/09/2023

“No me va a gustar…”

“No me va a gustar…”

Por Juan Carlos Bataller

Se acerca el 11 de septiembre y ya imaginamos los discursos escolares dedicados al “soberbio hijo del ande… ande… ande”

Y antes que ese día llegue y se reproduzcan almibarados discursos o las habituales diatribas de los eternos majaderos cargados de ideología, me permito reproducir una carta.

La escribió una mujer doce años después de la muerte de su amado.

Dicen que era noviembre de 1900. Esa mujer, hija del padre del Código Civil y secreta amante de uno de los cerebros más brillantes que dio este país, había quedado inmensamente sola y rica. Y se fue a vivir a Paris.

Habian muerto sus padres y su hermana y tras compartir algunos días con Sarmiento en Paraguay, Aurelia parte a Europa.Y doce años después de la muerte del gran sanjuanino se entera de que, en los parques de Palermo, van a erigir un monumento a Sarmiento encargado al más célebre escultor de Europa, Auguste Rodín. 

Ese frio mes de noviembre ella, ya una mujer de 64 años, protagonista y testigo de gran parte de la historia del siglo XIX, escribe una carta. Y en ella dice palabras que cualquier hombre, lindo o feo, rico o pobre, daría lo más valioso de él para que una mujer le escriba así.

“Me alegra que lo recuerden, pero a mí no me va gustar ver su figura tiesa convertida en bronce. Porque ese hombre fue mi hombre. Yo lo abracé y lo besé. Apoyé mi cabeza sobre su pecho y él la sostuvo con sus manos grandes y fuertes. Compartí sus incertidumbres y sus angustias. Lo vi dudar y alegrarse. Tuvimos miedo y muchas veces lloramos juntos. Y ahora quedará hecho estatua en medio de esos árboles de los que tanto me habló y que yo misma lo vi plantar.

Dentro de algunos años, cuando yo no esté, él permanecerá allí, quieto helado.

De vez en cuando, le llevarán flores y leerán discursos en su pedestal.

Pero nadie podrá recordar el calor de sus brazos, la intensidad de su mirada, la ternura de sus palabras. No, no quiero verlo convertido en bronce…”.

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En estos días de incertidumbre nacional es bueno volver al Sarmiento hombre.

Es indispensable que bajemos a los próceres de las estatuas para advertir de una buena vez que hombres de carne y hueso hicieron y deshicieron a este país.

No es de la altura de una estatua ni de los discursos que se construye una Nación. Pero tampoco alcanza toda la sabiduría que guardaba ese sanjuanino inmenso.

Se me ocurre que hará falta un tremendo esfuerzo colectivo.  Y alguien que nos diga a todos: “Me alegra que lo recuerden, pero a mí no me va gustar ver su figura tiesa convertida en bronce”.

Monumento de Sarmiento en los parques de Palermo realizado por Auguste Rodín.