• 10/12/2022

La mediocridad

La mediocridad

Por Eduardo Quattropani

Fiscal General de la Corte de Justicia de San Juan

Mientras veía la ceremonia inaugural del mundial y valoraba el impacto del mismo en el mundo y por ende el enorme poder de la FIFA, no pude evitar acordarme que mientras Julio Grondona era el segundo en importancia en esa entidad. Acá con mentalidad aldeana nos ocupábamos de atacarlo porque un árbitro cobraba un penal para su arsenal de sarandí o para mejor lo catalogábamos de mafioso porque su anillo decía «todo pasa».

Hoy no ocupamos ni el cargo de telefonista, pero nos dimos el gusto de demonizar al distinto al que llego. Mediocridad en estado puro.
Ni en los mejores sueños imaginábamos un Papa argentino. Hoy nos damos el gusto de tirar «a la parrilla mediática de la politiquería local» a Francisco, y solo nos falta decir ¡Que va a ser buen papa si es argentino!».
A Reutemann lo etiquetamos como «perdedor» y hoy no tenemos ni a uno corriendo en monopatín, pero nos ocupamos de desvalorizarlo.
Argentina ha salido 2 veces campeona mundial de futbol, y 2 veces subcampeona, condición que pueden exhibir solo unos cuantos países en el mundo (pongamos Brasil, Alemania, Italia), pero no nos cansamos de repetir que somos perdedores, fracasados, pechito frio.
Messi había ganado todo en su carrera pero no con la Selección (porque nuestra picardía criolla nos hace decir que el segundo es el primer perdedor). Entonces era aburrido, no cantaba el himno y hacia convocar a sus amiguitos, luego de ganar una copa américa es divertido, líder y tararea la canción patria, toda una definición de nosotros mismos.

Hay muchísimos ejemplos más como país y como provincia en el sentido que si, se alcanza proyección internacional o nacional, hay que desconocerlo o ningunearlo o si fuese posible atacarlo en su propia tierra, nada que asome la cabeza hay que dejarlo crecer parece ser la consigna.
La teoría de la ligustrina, la mediocridad como cultura, desgraciadamente está instalada entre nosotros, hasta nuestros próceres pueden dar testimonio de ello.
Invito a pensar cuantas provincias tienen la cantidad e importancia de próceres o gente de importancia en la historia patria, comprobarán que muy pocas, pero nosotros o las olvidamos o las desvalorizamos o las cuestionamos, somos unos geniales.
Creo, las nuevas generaciones vienen con otro chip, que así sea.