- 09/09/2023
Primera noche
POR GUSTAVO RUCKSCHLOSS
Mi abuelita decía que es fácil acostumbrarse a lo lindo, a lo nuevo, lo bueno y difícil acostumbrarse a lo demás. Estoy cuestionando ese refrán porque yo dormía prudentemente bien hasta que por imperio de las circunstancias, debí cambiar el colchón. El nuevo es firme, casi duro, indeformable y no se hunde, lindo y bien presentado. Todo eso suena y se ve muy bien….hasta que me acosté. Pareciera que con el tiempo me debo haber adaptado al viejo y él a mí. El asunto es que la primera noche sobre el nuevo, amanecí como si hubiera ido a la guerra y la hubiera perdido. No me quedó coyuntura sin maltratar. Ni el Malbec de la cena alcanzó para un rato de bien dormir. Maldije toda la noche a todo lo nuevo que en este mundo nos hace burla a los mayores, hoy hasta el colchón.
El vendedor me dijo que pasados unos días ya me iba a acostumbrar y se amoldaría a mí. Ingenuo de mí, que le creí. Entre lo mucho que pensé mientras no dormía, vi que aquello era como el matrimonio: siempre ganará el más duro, el más firme. Pensé en mi carnet del PAMI y supe quién ganaría esta puja desigual.
Tendré que aumentar la dosis de Malbec y, si no alcanza, tendré que recuperar el colchón viejo o irme a dormir con el linyera que se lo llevó.