Economía en transición

Los primeros años del siglo XXI dieron evidencias de un modelo económico global en crisis y procurando nuevos modos de producción, distribución y consumo. Una verdadera y tediosa transición de un modelo capitalista puro a sistemas que incluyen otros desafíos, que no solo requieren rentabilidad del capital, sino también el concepto de sostenibilidad social y ambiental. También está en franca evolución la relación entre el capital y el trabajo. Los modos tradicionales de desempeño laboral van cediendo a sistemas flexibles, desregulados e híbridos (parte presencial y digital).

La pandemia aceleró muchos de los procesos emergentes que tenían que lidiar con la rigidez de las regulaciones laborales, la legislación empresarial, las conductas de consumidores, entre otras herencias de los modelos tradicionales. Así se pusieron en evidencia algunas tendencias que han llegado para quedarse:

1. Las compras en portales de internet y las entregas a domicilio.
2. El trabajo desde el hogar o remoto a cualquier punto del mundo.
3. Jornada laboral flexible y adaptada.
4. La proliferación de las billeteras digitales.
5. Preferencia por segundas marcas, productos alternativos, referenciados en redes.
6. Crecimiento de los alquileres temporarios, sobre las compras. No solo en inmuebles, sino también en movilidades, máquinas, oficinas, instrumental industrial, entre otros.
7. Modelos asociativos circunstanciales, trabajo compartido (co working).
8. Calidad de vida, como objetivo central, desplazando al desarrollo económico o profesional.
9. Mayor conciencia ambiental y social, de los impactos de la actividad productiva y el consumo.

Estas tendencias entre muchas otras, marcan un modelo económico emergente, de carácter global, aunque con características locales, que pretende ser la evolución al sistema capitalista tradicional.

Pero la transición plantea desafíos, con altos costos sociales y millones de excluidos. El impacto tecnológico es la primera causa de la brecha. Pero también el sistema educativo tiene un gran desafío para evolucionar de un sistema basado en el conocimiento a un modelo que desarrolle habilidades y competencias. La crisis de la protección sanitaria y previsional es otro factor que tiene alto impacto en la calidad de vida de las personas que han pasado la mitad de su expectativa de vida.

Quedan pocas dudas sobre las bondades del nuevo sistema que trata de emerger pero la transición de modelos dejará altísimos costos en exclusión del mercado laboral, empresarial y de desarrollo personal. Si nos seguimos preparando con las viejas herramientas el costo será aún mayor. Nuevos modelos, nuevas herramientas.