Por qué le dan tanta importancia a Schiaretti

La tensión entre halcones y palomas en Juntos por el Cambio ya venía aumentando en proporción al acercamiento dela fecha límite para presentar alianzas primero -14 de junio- y candidaturas -24 de junio- que determinarán quiénes estarán en la grilla de competencia en las PASO.

Están tan peleados entre ellos, tan distanciados que muchos ven crujir los cimientos de una fuerza electoral que la fueron haciendo con la paciencia de un orfebre.

Esa pelea no es caprichosa, es por el poder. Ven al peronismo con una debilidad inédita y creen los principales dirigentes que, quien gane en la interna, será quien presida el país.

Horacio Rodríguez Larreta venía construyendo un escenario nacional de apoyos, basados en abrir el juego a las diferentes provincias, a ayudar desde la Ciudad de Buenos Aires con estructura, mostrando diálogo. Y esa estrategia le estaba dando resultados.

Enfrente, Patricia Bullrich también tendía redes con dirigentes de todo el país a través de la presidencia del Pro, con un discurso mucho más duro, más sectario.

En los últimos meses, con la presencia de Javier Milei en la conversación nacional, Patricia Bullrich fue la primera en percibir que el discurso radicalizado empezaba a tener más seguidores que el mensaje conciliatorio. Y tras querer llegar a acuerdos con el radicalismo, también se dio cuenta que no le sumaba. La limitaba en su mensaje de derecha más extrema y terminaba trayendo más problemas que votos.

En poco tiempo, la estructura que había armado el Jefe de la Ciudad de Buenos Aires, empezaba a desmoronarse. Entre esa importante porción de electorado muy antiperonista, que odia a CFK y menosprecia al presidente Alberto Fernández, Larreta empezó a perder en un mano a mano con Patricia. Lo acusaban de tibio, que no había aprendido de los errores de Macri al creer que el gradualismo era lo indicado. Para ese sector de la población, quieren que se eliminen todos los planes sociales, que se les corte todo poder a los gremios, que haya mano dura contra delincuencia y corrupción, que se hagan los ajustes necesarios, aunque parte del país la pase muy mal.

La salida que encontró Larreta ante ese panorama fue ampliar los posibles votantes. Y de ahí que busca ampliar quienes voten a Juntos por el Cambio. Por eso es que no quiere perder a Martín Losteau en la Ciudad de Buenos Aires, aún a riesgo que el PRO deje de tener su principal bastión. Y sigue tratando de sumar a los radicales y Lilita Carrió. Pero no le alcanza, necesita sumar más. Por eso cree que ese peronismo del centro, que tampoco quiere al kirchnerismo, puede sumarle los votos necesarios para ganarle a Patricia… y Mauricio Macri.

Más allá que la provincia de Córdoba aporta un interesante caudal electoral tanto en las PASO como en las generales, lo cierto es que en una interna tan peleada entre Horacio y Patricia que, los votos peronistas, pueden terminar de inclinar la balanza.