• 12/05/2024

Nuestras zonas erógenas

Nuestras zonas erógenas

La piel cuenta con cerca de millón y medio de receptores sensitivos y gracias a esos sensores nuestro cuerpo tiene la capacidad para sentir placer y dolor.

El ser humano es un animal sexual. Pero, tal vez en la mayoría de los casos, no se detiene a investigar cuales son las zonas de su cuerpo aptas para proporcionar placer si se las estimula acertadamente.

Nuestra piel cuenta con cerca de millón y medio de receptores sensitivos y por eso se considera el órgano sensorial más grande del cuerpo humano. Podría decirse, que gracias a esos sensores la totalidad de nuestro cuerpo tiene la capacidad para sentir placer y dolor.

Pero, ¿responden igual a los estímulos todas las partes del cuerpo o existen diferencias? La respuesta a esta pregunta depende de la intención.

Las llamadas zonas erógenas son partes del cuerpo que pueden aportar placer erótico cuando se estimulan con ese fin. Eso sí, al igual que sucede con otros aspectos de la sexualidad, estas áreas y el placer que se recibe al estimularlas no es igual para todos. Hay personas que tienen sus zonas erógenas muy acotadas a sus genitales, y otras para las que cada centímetro de su piel es erógeno.

Los sexólogos diferencian entre zonas erógenas primarias y secundarias. Las primarias hacen referencia a los genitales externos y suelen conocerse como las zonas erógenas por excelencia. Esto es así, por un lado, porque es ahí donde concentran la mayoría de las terminaciones nerviosas tradicionalmente asociadas al placer sexual. Aunque, por otro lado, también suelen tener esa consideración debido a la sexualidad tradicional imperante durante muchos años, enfocada en los genitales y en la penetración.

>La zona erógena primaria de una mujer sería la vulva y, dentro de esta, habría que hacer una mención especial al clítoris: el único órgano humano que, según recuerda Navarro, está diseñado exclusivamente para el placer. Aunque sus 8.000 terminaciones nerviosas están detrás del disfrute sexual que aporta el clítoris, tampoco se pueden olvidar, tal como aconseja la experta de Diversual, otras zonas como los labios, el monte de Venus o la abertura vaginal.

>Respecto al hombre, las zonas erógenas primarias se concentrarían en el pene y en los testículos. Sin embargo, también cabría destacar la función del perineo, un punto anatómico en el que confluyen muchas terminaciones nerviosas que pueden proporcionar placer si se les presta atención.

>El resto del cuerpo es potencialmente una zona erógena secundaria. Cualquier punto de nuestra piel y órganos externos tiene la capacidad de provocarnos un estado de alta excitación. Eso sí, esta potencialidad requiere una estimulación adaptada a cada persona. Lo que para unos puede ser muy placentero, para otra persona puede no serlo e incluso resultar desagradable.

Escultura del artista colombiano Fernando Botero

Aunque a menudo se hace una diferenciación entre las zonas erógenas características en hombres o en mujeres, la realidad es que hay más zonas comunes que diferentes.

>En el caso de la mujer se suelen sentir como placenteras partes del cuerpo como los labios, el cuello, los pechos y los pezones.

>En los hombres, en el top de zonas erógenas estarían los labios, la cara interna de los muslos y el cuello.

Un tour por el cuerpo

Cualquier parte del cuerpo es susceptible de ganarse un puesto en nuestro mapa del placer. Lo que parece claro es que el mapa erógeno es individual y en cada persona está conformado por una serie de puntos y zonas que para él o ella son placenteras. Cualquier parte del cuerpo puede convertirse en una fuente de excitación, pero al igual que sucede con cualquier preferencia sexual, no todos disfrutamos de la misma forma.

En definitiva, intentar olvidar lo aprendido y deshacerse de prejuicios es la mejor premisa para descubrir nuevas zonas erógenas. Así, además de lanzarnos a tocar zonas poco exploradas, podemos introducir variaciones como el cambio de temperaturas, texturas e incluso incorporar vibraciones. Una técnica muy sencilla es hacer un tour completo por el cuerpo. Acariciarse recorriendo el cuerpo de arriba abajo. Empezar por la cabeza, tocando el cuero cabelludo, las orejas, los párpados y a continuación ir descendiendo por el cuello de forma progresiva, hasta llegar a los pies.

Una nota para cada zona

Una investigación realizada conjuntamente por neurólogos de las universidades de Gales y Bangor, junto con psicólogos de la Universidad de Johannesburgo muestra cuáles son las zonas que consideran erógenas los hombres y su puntuación.

Para obtener estos resultados, los autores del estudio realizaron un sondeo entre más de 800 hombres y mujeres, de diferente nacionalidad, edad y orientación sexual, de los que el 84% se declaró heterosexual. 

Y puesto que el orgasmo es una experiencia más mental que física que se origina en el cerebro, pero sobre todo cuando éste ‘deja de funcionar’ y pasa a centrarse y saborear con los cinco sentidos de manera automática. 

Es entonces, cuando no estamos pendientes de controlar nuestro cuerpo y nos dejamos ir cuando empezamos a descubrir lo que nos gusta, sin objetivos ni presiones impuestas.

Zonas erógenas masculinas

1.         El pene (9 sobre 10)

2.         Los labios (7 sobre 10)

3.         El escroto (6,5 sobre 10)

4.         La parte interna de los muslos (5,8 sobre 10)

5.         El cuello (5,6 sobre 10)

6.         Los pezones (4,8 sobre 10)

7.         El perineo (4,8 sobre 10)

8.         La nuca (4,5 sobre 10)

9.         Las orejas (4,3 sobre 10)

Zonas erógenas femeninas

En cuanto a las mujeres, sus áreas de placer son distintas en algunos casos, así como la valoración de las mismas.

1.         El clítoris (9,3 sobre 10)

2.         La vulva (8,4 sobre 10)

3.         Los labios de la boca (7,9 sobre 10)

4.         El cuello (7,5 sobre 10)

5.         Los pechos (7,3 sobre 10)

6.         Los pezones (7,3 sobre 10)

7.         La parte interna de los muslos (6,7 sobre 10)

8.         La nuca (6,2 sobre 10)

9.         Las orejas (5 sobre 10)