• 02/09/2023

El loco que volaba

El loco que volaba

La historia desconocida del año en el que Javier Milei fue campeón en San Lorenzo

Javier Milei y el trofeo de campeón con la camiseta de San Lorenzo, cuando le ganaron a Huracán

Mucho antes de ser candidato a presidente de la Nación por Libertad Avanza y el más votado en las PASO, hubo otro Javier Milei. Un chico que soñaba con ser futbolista con los pantalones cortos y los guantes, y supo destacarse como arquero en las Inferiores de Chacarita Juniors. Pero su etapa como futbolista no se redujo a su paso por el Funebrero, sino que también lució el buzo de San Lorenzo de Almagro, siendo integrante de “La 70″, una categoría juvenil que competía en torneos paralelos a los de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Esta nota publicada en INFOBAE pinta ese momento.

A comienzos de 1986, el portero llegó al Ciclón con 15 años, se probó y quedó. “No hubo un arquero volador como él. Volaba y gritaba”, aseguraron varios excompañeros que lo vieron atajar en Ciudad Deportiva, donde se entrenaban, y entrenan, las inferiores azulgranas. Además, en el club de Boedo se ganó el mote de “El Loco del arco”.

Javier Milei con sus padres y su hermana

Con el tiempo, se asentó en las Inferiores azulgranas y formó parte de “La 70″. El 14 de junio de ese mismo año, San Lorenzo jugó la final contra Huracán en la cancha de Sacachispas. El equipo azulgrana ganó 4 a 1 con goles de Prodan en dos oportunidades, Silvero y Bramajo. En ese plantel también estaban Juan José CardinalGustavo TemponeOsvaldo OzzánGabriel ArenaRolo BagneraCristian García, (hermano de Fabián, ayudante de campo de Rubén Darío Insúa), y al que se sumaría también

«Se la jugaba en todas, era un loquito mal adentro del arco. Le podía salir bien o mal, pero sinceramente no tengo recuerdos de que se haya mandado una macana o hayamos perdido un partido por él«.

Los dos arqueros de la categoría 70 eran Juan Carlos Docabo, a la izquierda de la imagen, y Javier Milei, a la derecha

Juan Carlos Docabo, hoy entrenador de arqueros del plantel principal del equipo azulgrana, y quien también compitió por el puesto con el hoy político en Chacarita dice:

“Estoy en San Lorenzo desde los 9 años. Soy categoría 69 y él 70. Javier vino al club, pero nunca jugó en AFA sino en torneos paralelos. En esa época, nuestro director técnico, Osvaldo Diez, armó una liga para los que no jugaban seguido. Como venían muchos pibes a probarse, en lugar de desecharlos, los metían a jugar en ese torneo y ahí estuvo él”, cuenta Bagnera, un exjugador que integró el plantel de la Sexta División.

La categoría 70 que integró Milei la había armado Diez, que también era el coordinador técnico de las Inferiores azulgranas, con la idea integrar una liga con equipos menores que disputaban los torneos internos, donde se rescataban chicos que luego pasaban a representar a San Lorenzo en AFA.

De “Los Forzosos de Almagro”, así se llamaba el equipo, salieron muy pocos juveniles que llegaron en Primera porque en los 80 el conjunto de Boedo atravesaba un momento crítico, ya que la dirigencia comandada por Fernando Miele no apostaba a los de la cantera sino que prefería traer refuerzos de jerarquía. Por este motivo, fueron pocos los canteranos que llegaron a la Primera A.

El candidato a presidente llegó a San Lorenzo tras haberse probado en Chacarita. Entrenaba tres horas por día y el trabajo específico de arquero lo hacía con una valla de un metro y medio en el medio del arco para volar de palo a palo. Es decir, que trabajaba mucho para perfeccionar su estilo volador.

La categoría 70 de Chacarita Juniors durante un viaje a Neuquén

Al final, en Boedo no lo ficharon porque el equipo titular estaba integrado por juveniles que llevaban años en el club. En el tiempo que integró el plantel, nunca estuvo dentro de los líderes del vestuario. “De política no sabía nada”, arriesgó otro excompañero que prefirió mantenerse en el anonimato.

«A él lo traen para que forme parte del plantel entre los 13 y los 14 años, puede ser a los 12. Siempre al arco, exactamente igual como es en la vida era de arquero. Se tiraba para todos lados, no le importaba nada, era de esos tipos fuertes, grandote, medio loco, porque le decíamos ‘el Loco’. Buen arquero«, confesó Gabriel Bonomi, exjugador e integrante de la categoría ’70 del Funebrero, en diálogo con Infobae.

«Cuando atajaba, se convertía. Era ponerse la camiseta y hacer locuras adentro del arco, se tiraba de cabeza, cosas que decías ‘Este tipo está completamente loco».

De hecho, Eduardo Grecco, uno de los entrenadores del economista durante su carrera futbolística, elogió su rendimiento bajo los tres palos: «Yo lo habré dirigido seis meses. Esa categoría era una de las mejores que se recuerda en la historia de las inferiores de Chacarita, la ’70».

El relato siguió: «Tengo los mejores recuerdos suyos, nadie puede decir nada malo de Javier Milei porque fue intachable. Tiene el pelo todo revuelto como antes, pasa que antes era más rubio. Lo vi con todo el pelo castaño oscuro, pero era rubio. Era como el sol su cabeza. La melena la sigue teniendo, le cambió el color».

Javier Milei, pelo rubio y uniforme de arquero, durante un partido con la categoría 70 de Chacarita;
a su derecha, Walter Basile

En aquellos años, el plantel tenía el arco bien cubierto con Milei y Juan Carlos Docabo, jugador que tiempo después debutó profesionalmente en San Lorenzo y pasó por otros históricos clubes de la élite del fútbol argentino, como VélezEstudiantes de La Plata o Banfield.

«Se entrenaba a la par. Si había que tirarse al barro, se tiraba al barro. Una vez fuimos a jugar un partido de baby, nos llevó Cacho Alejos, que era como el padre de él porque lo trajo y lo apadrinó. Fuimos a jugar a un club que no recuerdo y el Loco se atajó todo», recordó Bonomi.

«Era un loquito adentro del arco» 

Otro de los compañeros que revivió su experiencia en el campo de juego con Milei fue Eduardo Perico Pérez, quien soltó: «Se la jugaba en todas, era un loquito mal adentro del arco. Le podía salir bien o mal, pero sinceramente no tengo recuerdos de que se haya mandado una macana o hayamos perdido un partido por él«.

«Cuando atajaba, se convertía. Era ponerse la camiseta y hacer locuras adentro del arco, se tiraba de cabeza, cosas que decías ‘Este tipo está completamente loco», detalló Pérez.

Por su parte, Bagnera revela lo que le contó un excompañero suyo sobre la personalidad de Milei. “Arena (también portero) me contó que Milei era un loco que saltaba de acá para allá, que andaba de un lado hacia el otro y que era un egocéntrico como es ahora”.

 “Estuvo atajando un año, más no”.

“Yo lo veía (Milei) los sábados cuando iba al predio de Inferiores como hincha, ya que no trabajaba en el club porque me fui en 1986 con la llegada de Miele. Volví a trabajar en el 2001 con Rafael Savino como presidente”, recuerda Juan Carlos Ferrari, histórico dirigente de la cantera azulgrana, quien además, agregó: “Javier tenía 15 años cuando arribó a San Lorenzo. No llegó a fichar. Estuvo un año nomás porque no jugaba de titular. Era el arquero suplente, se cansó y volvió a Chacarita”, asegura.

«Nadie puede decir nada malo de Javier Milei porque fue intachable. Tiene el pelo todo revuelto como antes, pasa que antes era más rubio. Era como el sol su cabeza. La melena la sigue teniendo, le cambió el color».

Según la información publicada por el Museo Jacobo Urso, el candidato presidencial integró el plantel que se coronó campeón ganándole al Globo por 4 a 1, y el sitio publicó una foto en la que está levantando la copa junto a varios de sus excompañeros “La 70″ de San Lorenzo recuperó el rastro del hoy economista y aspirante a la presidencia hace poco tiempo. “Con los chicos de la clase 70 tenemos un grupo de WhatsApp. Estamos enganchados, pero él (Milei) no lo integra. Uno de los muchachos le iba a decir que se sume. La foto que circula es verdad. Pero recuerdo que no estuvo mucho tiempo con nosotros”, confirma Bagnera.

Milei no llegó a ser profesional de este deporte más allá de que su papá quiso que se dedicara al fútbol. Fanático de los esquemas tácticos, disfruta del juego italiano que define como “el fútbol-ciencia”, su entrenador favorito es Favio Capello por su obsesión por este deporte, a quien definió como un DT que estudia hasta los árbitros.

El diputado continúo su carrera en Chacarita, donde llegó a desarrollar algunos entrenamientos con el equipo principal del conjunto de San Martín.

Durante la hiperinflación de 1989 tuvo que decidir entre estudiar o jugar al fútbol, que le demandaba seis horas de entrenamientos, y fue entonces cuando se sacó los guantes, y se abocó a formarse en la Universidad de Belgrano para recibirse de Economista.

Hoy, con 52 años aspira a ser presidente de la Nación y hace mucho tiempo dejó atrás el sueño que se truncó de adolescente de ser aquero profesional y vivir del fútbol, como lo hizo su máximo ídolo debajo de los tres palos, Ubaldo Matildo Fillol, de quien conserva una réplica del buzo de la selección argentina que usó en 1978.

Así lo imaginó Olé. Una fractura en el maxilar truncó los sueños de seguir siendo arquero