• 04/11/2023

La increíble vida de la campeona olímpica viva más longeva

La increíble vida de la campeona olímpica viva más longeva

LA HISTORIA DE AGNES KELETI, LEYENDA VIVA DEL DEPORTE

Hace dos años su vida fue tema de todos los medios. Ocurre que el 9 de enero Agnes Keleti había cumplido cien años, con lo que se transformaba –por lejos- en la campeona olímpica más longeva de la historia.

Pero la vida de Agnes va más allá de su centenario cumpleaños. La increíble historia de Keleti empezó hace mucho antes de su participación en los Juegos y su vida representa el triunfo del espíritu Olímpico a la hora de enfrentar la mayor de las adversidades.

 

En enero de este año cumplió 102 años, con la misma jovialidad de siempre.

Keleti, que nació el 9 de enero de 1921 en Budapest (Hungría) y brilló por primera vez cuando ganó los campeonatos nacionales de gimnasia con 16 años. Una hazaña que replicaría en nueve ocasiones antes de su retirada de la competición internacional en 1956.

Keleti, que es judía, tenía planeado competir en los Juegos de Tokio 1940 antes de que se cancelaran debido al estallido de la Segunda Guerra Mundial. A cambio, encontró su país natal bajo la ocupación nazi y fue forzada a asumir la identidad de chica cristiana para poder sobrevivir.

La atleta húngara en plena competencia.

«En Hungría, todos los judíos teníamos que vestir la estrella amarilla para nuestra identificación. Pero me negué», explicó en una entrevista. «Con papeles falsos, conseguí escaparme del país. Me quedé en un pueblo remoto, donde trabajé como sirvienta».

Keleti sobrevivió a la guerra, pero muchos miembros de su familia -entre ellos, su padre- no tuvieron la misma fortuna. En total, 550.000 judíos de Hungría fueron asesinados por el régimen nazi.

 

Agnes Keleti en 1958

Cuando finalizó la guerra, Keleti, con 27 años, quería participar en los Juegos de Londres 1948, pero una lesión de ligamentos diluyó sus posibilidades.

Con todo ello, Keleti tendría 31 años cuando finalmente lograra cumplir su debut Olímpico en Helsinki 1952.

La gimnasia es un deporte en el que la edad importa. Y, aunque hay excepciones que rompen la regla, como la de Oksana Chusovitina, que compitió en Río 2016 con 41 años, la media de edad de las gimnastas en los pasados Juegos era de 19 años. En Helsinki 1952, la media era de 23 años. Es decir, nueve años menos que los que tenía la húngara Keleti, que por fin estaba preparada para hacer su debut Olímpico.

Pero la edad no iba a ser un obstáculo para Keleti en su camino a la gloria.

No solo ganó cuatro medallas, sino que también logró el oro en la competición de suelo. Así escribió su nombre en los anales de la historia.

Cuatro años después, en Melbourne, la estrella de Keleti empezó a brillar fuertemente. En la competición en la que se enfrentaba a la legendaria gimnasta soviética Larisa Latynina, Keleti consiguió seis preseas, cuatro de las cuales eran de oro.

Su medallero no solo le convirtió en la gimnasta más exitosa en aquellos Juegos, sino también en la más condecorada atleta en aquella edición -en cualquier deporte-.

Tenía 35 años.

 

Melbourne fue el último baile de Keleti en los Juegos, ya que los conflictos en su país de origen llegaron a los Juegos, de manera más infame cuando se enfrentaron las selecciones soviética y húngara en un duro partido que acabaría siendo conocido como ‘sangre en el agua’.

Cuando se cerró el telón de la competición, Keleti decidió no regresar a su país de origen y recibió el asilo político en Australia, antes de emigrar a Israel en 1957.

Tras casarse en 1959 e iniciar una familia, empezó a trabajar como profesora de educación física en la Universidad de Tel Aviv y en el Instituto para los Deportes Wingate, en Netanya, mientras que también compartía su experiencia con el equipo nacional de gimnasia de Israel.

 

«Felicidades de todo corazón y los mejores deseos para tu cumpleaños. Tu historia es muy inspiradora». Estas fueron las palabras con las que el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, utilizó para felicitar el cumpleaños a Agnes Keleti, la cinco veces ganadora de la medalla de oro Olímpica en gimnasia.

En 2015, a la edad de 94 años, Keleti volvió a su país de nacimiento una vez, y comenzó a vivir en Budapest 59 años después de los Juegos de Melbourne.

Ahora tiene un motivo nuevo para celebrar, ya que ha cumplido 102 años y sigue llena de entusiasmo.

«Estos cien años me han sentado como 60», dijo hace dos años cuando en plena epidemia de COVID cumplió el siglo de vida.

Estas son las palabras exactas para una atleta que ha desafiado a la edad al convertirse en la campeona Olímpica en gimnasia más mayor y, ahora, en la campeona Olímpica viva más longeva.

Cuando se tomó esta fotografía, junto a su hijo Rafael, Agnes Keleti tenía 99 años. Y seguía haciendo gimnasia todos los días.

Keleti sigue haciendo ejercicio todos los días, come mucha fruta y chocolate y sigue las retransmisiones de gimnasia por internet sin gafas.

La veterana gimnasta es conocida por su particular sentido de humor, que conserva, y, al ser interrogada sobre el secreto de la larga vida, respondió que “hay que evitar mirarse en el espejo y así uno puede imaginarse la edad que quiera”.

Fuente: Olimpics.com, EFE, La Vanguardia, The Guardian, AMIA