• 05/08/2023

Una larga transición

Una larga transición

POR JUAN CARLOS BATALLER PLANA

Hay transiciones que son sencillas. El paso de la gestión de José Luis Gioja a la de Sergio Uñac, más allá del cambio de gran parte del Gabinete, no fue traumática. Muchos de los funcionarios de segundo orden continuaban y no se resintió la administración pública.

El problema es una transición con cambio de color político. Y si entre las elecciones y la fecha de asunción hay mucho tiempo, todo empeora.

El problema no es en las cabezas. Sergio Uñac tiene buen diálogo con Marcelo Orrego, ya se reunieron y más allá de algunas diferencias que seguro tendrán, en lo grueso va a ser un traspaso de mando tranquilo. Hay ministerios donde hay bastante orden, en la Cámara de Diputados ya tuvieron su primer “cara a cara” Roberto Gattoni y Fabián Martín.

La cuestión pasa por algunos ministerios. Hay funcionarios que ya bajaron persiana. Se olvidaron que deben gestionar hasta el próximo 10 de diciembre y mucha gente depende de ellos. Incluso, hay casos que están desactivando las cosas buenas que habían hecho, como para dejar piedras en el camino de la nueva gestión.

En Casa de Gobierno aseguran que la bajada de línea fue clara: se gestiona hasta el 10 de diciembre y dejen las cuentas en orden. La cuestión es que hay áreas que se han gastado más de lo que tenían que gestionar. Y se empiezan a sumar cuentas sin pagar. Donde más se nota es Turismo, con su agencia que tiene varias cuentas pendientes y será difícil que queden al día cuando terminen gestión. Pero no son los únicos.

No es fácil administrar. Lo que se decide hoy, quizás repercute a mediano plazo. Y lo que se deja de hacer, va a terminar afectando. Por ejemplo, si se cae el servicio público de ambulancia, no se puede poner una nueva empresa de un día para otro. Si se paraliza una obra pública, la empresa despedirá a sus empleados y para que vuelva a retomarse la obra, no sólo es volver a tener presupuesto, son meses que queda todo paralizado.

A esto se suma una crisis económica sin precedentes, con un Gobierno Nacional que no se compromete en tiempo y forma con envíos de fondos y un proceso electoral a nivel país, con gran virulencia.

Incluso, para poner más condimentos al tema, el Gobierno está discutiendo una suba salarial para los empleados públicos que será acorde a los índices de inflación. El problema es que la recaudación es menor que los aumentos de los gastos. Y por más que se vea justo cuánto se va a aumentar, la manta cada día está más corta.

Quedan cuatro meses difíciles y a eso se suma que los primeros meses de una nueva gestión es mucho más lenta, más burocrática. Habrá funcionarios nuevos que se fijarán más veces antes de aprobar cualquier expediente. Hasta que le tomen la mano a la gestión, pasará un tiempo. Se vienen épocas de ajuste de cinturones para quienes de una u otra forma dependen del Estado…