• 28/10/2023

Los 77 años de la “actriz más roja”

Los 77 años de la “actriz más roja”

Hace poco le preguntaron qué quería hacer cuando se retirara y no contestó con el típico “cuidar a mis nietos”, sino que aseguró que quiere dirigir películas porno porque “la mayor parte de la pornografía es brutal y no es agradable desde el punto de vista femenino. Así que cuando ya no quiera actuar, eso es lo que deseo hacer”.

Con 77 años la actriz sigue dando cátedra de vida.

Susan Saandon en Cannes 2017

La bautizaron Susan Abigail Tomalin pero el mundo la conocería como Susan Sarandon y por sus posturas comprometidas sería considerada “la actriz más roja de Hollywood”.

Cuentan sus historiadores que como buenos creyentes los Tomalin inscribieron a sus hijos en escuelas católicas. Entre imágenes religiosas, creencias y rezos, Susan comenzó a mostrar un temperamento vivaz, de esos que formulan preguntas de sentido común pero que el otro percibe agresivas o incómodas. El día que en una clase de catequesis escuchó que nadie estaba verdaderamente casado si no pasaba por la Iglesia, levantó su vocecita para preguntar: “¿María y José nunca estuvieron casados?”. Lejos de responder su duda, las religiosas llamaron escandalizadas a sus padres para asegurarles que su hija de ocho años padecía “sobreabundancia de pecado original”.

Nació en octubre de 1946 en una familia de clase trabajadora en Queens (Nueva York), pero creció en Edison (Nueva Jersey). Su padre era un ejecutivo publicitario y productor de televisión. De su madre le llegan sus raíces italianas, que comparte con un total de nueve hermanos y hermanas. Ella es la mayor.

Aunque en catequesis Susan podría haber aprendido que -como dice el dicho- todo aquel que se mete a redentor termina crucificado, decidió que era importante construir un paraíso no tanto en el cielo sino en la tierra. En el secundario solía escaparse de la escuela para participar en las marchas contra la guerra de Vietnam y a favor de los derechos civiles. Su actitud escandalizaba a las religiosas, pero sobre todo a sus padres, convencidos militantes republicanos.

 

Al terminar el secundario se anotó en la Universidad Católica para estudiar Arte Dramático. No eligió esa institución por religiosa sino porque fue la primera que la aceptó y la que le permitía irse de su casa. Para pagarla trabajó como moza, peluquera y limpió departamentos. Al recibirse en una agencia de modelos la contrataron como “belleza exótica”; luego de protagonizar un comercial de medias la eligieron como modelo principal de la Agencia Ford.

En las aulas se enamoró de su compañero Chris Sarandon, se casaron en 1968. Al tiempo, Chris se presentó a una prueba para la película Joe, ciudadano americano. Susan lo acompañó como esposa, con cierto renombre como modelo había decidido no trabajar de actriz. Pero el destino decidió cambiar su destino: a su marido lo rechazaron y ella quedó. Años después diría que “cuando me presenté a esa prueba y quedé no pensé que aquel pequeño paso iba a ser una puerta que se cerraba sobre mis sueños de independencia y anonimato”.

Al finalizar la década se divorció de Chris pero conservó dos cosas: un muy buen recuerdo y el apellido de su ex: Sarandon.

Al finalizar la década del 70, Susan se divorció de Chris. De su matrimonio conservó dos cosas, un muy buen recuerdo y el apellido de su ex: Sarandon

El primer año de la década del 80 su papel de Sally en la película Atlantic City le traería la primera de sus cuatro nominaciones al Oscar. En 1983 filmó El ansia, junto a David Bowie y Catherine Deneuve. Allí protagonizó una escena lésbica con la actriz francesa que causó tanto revuelo que recibió cartas amenazantes por “atentar contra la moral”. Años después recordaría, pícara, que para rodar la toma le sugirieron beber unas copas, pero se negó porque “no hace falta estar borracha para querer acostarse con la Deneuve”.

«El ansia» de 1983, junto a David Bowie y Catherine Deneuve

Susan suele repetir que uno de sus dones es que “cuando algo se cruza en mi camino de manera inesperada, me doy cuenta y cambio mi dirección. La vida tiene más imaginación que yo misma”. Así no dudó en viajar a Nicaragua para ayudar al gobierno sandinista aunque la CIA le abrió un legajo. Al volver, un médico le aseguró que por su endometriosis no podría tener hijos, pero en una relación fortuita con el director Franco Amurri y con 37 años, quedó embarazada. “Fue ganarse la lotería”, reveló. Aunque muchos le aseguraron que el embarazo sería el final de su carrera, siguió adelante y llegó al mundo Eva

La actriz con su primogénita, la también actriz Eva Amurri

Con su belleza distinta y su inteligencia letal, mantuvo romances con Sean Penn, David Bowie y Christopher Walken. “Adoro la ironía. Es el único requisito que le pido a un hombre para estar conmigo. Si no la tiene, no tiene ninguna opción”, dice, de sus gustos.

Con Tim Robbins protagonizaron uno de esos amores que justifican y desbaratan la vida. Era 1988 y la convocaron para filmar La bella y el campeón. Su galán era Kevin Costner, el galanazo del momento, pero cuando Susan vio a Robbins sintió que ese hombre, 12 años más joven y 16 centímetros más alto, era una buena invitación a pensar la vida de a dos. Él se sintió atraído por ese torbellino de mujer que al escuchar su formación actoral en talleres universitarios le respondió sin sarcasmo: “Tanto esfuerzo para un trabajo tan fácil, que no es cirugía cerebral y puede ser llevado a cabo por un niño”.

Susan con Tim Robbins, el hombre de su vida.

Apostaron a la convivencia sin papeles y nunca se unieron legalmente. “No me casaré porque me da demasiado miedo darlo por hecho o que él me dé por hecho, tal vez será una buena excusa para hacer una fiesta cuando tenga 80 años”, declaró Sarandon alguna vez. Al año de vivir juntos, en 1989 nació su primogénito, Jack Henry, y tres años después, Miles. Nunca contrataron niñeras e inscribieron a sus hijos en un colegio de Manhattan al que eligieron no por el prestigio sino porque a la noche sus aulas se convertían en dormitorios para indigentes.

En 1987 protagonizó junto a Jack Nicholson, Cher y Michelle Pfeiffer, “Las brujas de Eastwick” del director George Miller

La pareja amuralló su vida privada, pero no sus opiniones políticas. El matrimonio alzó su voz contra la guerra del Golfo, el sexismo, el maltrato a los refugiados, la corrupción de los políticos, la guerra de Irak, el descuido del planeta y la censura de la información. Fueron los primeros en defender la causa LGQTB cuando todavía era algo que se percibía como amoral.

En 1993, al entregar el Oscar al mejor montaje, lejos de sonreír para las cámaras pidieron que cerrasen un campamento para enfermos de sida en Guantánamo. Sus palabras duraron apenas 23 segundos. El aplauso que los apoyó fue seguido por la furia del director y productor Gilbert Cates, que decidió eliminarlos de la lista de invitados de la gala siguiente. Susan y Tim, lejos de aceptar su castigo en silencio, escribieron una carta en Los Angeles Times. “Pensamos que el silencio frente a la crueldad es lo inadecuado”, declaraban. “Nuestro llamamiento fue una mínima fracción de tiempo en la duración del espectáculo. ¿Cómo no se va a tolerar que se dé información cuando se toleran tantos anuncios publicitarios?”.

 

En 1991 protagnizó uno de sus grandes éxitos: “Thelma y Louise” junto a Geena Davis, quien sería otra de sus mejores amigas. En la foto, en Cannes 2015

Antes de ese castigo, en 1991 Sarandon protagonizó uno de los éxitos más grandes de su carrera: Thelma y Louise, de Ridley Scott. Como en todas las filmaciones se hizo íntima amiga de su compañera de elenco. “Susan es grande, es fuerte, es maravillosa. Yo suelo reprocharle: ‘¿Cuándo podré ser como tú?’”, afirmaba Geena Davis. A pesar de que es 21 años menor también es muy amiga de Julia Roberts, tanto que se encargó de organizar el cumpleaños sorpresa para los 31 de la protagonista de Mujer bonita. Y Julia fue una de lo 50 invitados a la fiesta de los 50 de Susan, que Robbins le organizó a su esposa, y consistió en una semana entera en las Bahamas.

Susan Sarandon junto a Julia Roberts, una de sus grandes amigas.

En 1995, Robbins escribió y dirigió Dead man walking, donde Sarandon encarnó a la hermana Helen Prejean, consejera de un homicida condenado a muerte. Sin una gota de maquillaje, con un vestuario austero, la actriz entregó tal actuación que Hollywood levantó el veto y la premió con el Oscar a mejor actriz. Susan agradeció, se mostró emocionada y hasta contenta. Sin embargo, en una entrevista dejó en claro qué lugar ocupa en su vida. Conserva la estatuilla en un estante… en el baño de su casa.

Con Sean Penn, uno de los actores con los que mantuvo un romance, luego de la película “Pena de Muerte” dirigida por el marido de Susan, Tim Robbins.

Criticados y admirados, a ellos nada parecía importarles. Se tenían a ellos y a sus ideales. Pero en 2009, los actores se separaron. Lo anunció su publicista con un escueto comunicado. “La actriz Susan Sarandon y su compañero durante 23 años, el actor Tim Robbins, han anunciado que se separaron durante el verano”, y cerró con un contundente: “No se harán más comentarios”.

Estuvo en pareja también con el cantante David Bowie, quien la llamó una semana antes de su fallecimiento

El divorcio si bien sorprendió a la Sarandon, no la dejó llorando por los rincones. Se puso de novia con Jonathan Bricklin, un muchacho de 33. Ella reconoció a People que había una relación, aunque aceptó que no le gustaba la palabra romance: “El noviazgo es una palabra tan estúpida. Se puede decir… que estamos colaborando juntos en muchas áreas diferentes”. Rompieron luego de cinco años juntos. Hace poco declaró que está “totalmente disponible” e incluso abierta a tener una relación con una mujer, porque su orientación sexual “está curiosa para quien quiera intentarlo”.

Susan con su novio Jonathan Bricklin

Fuentes: Infobae y La Nación