• 21/10/2023

Cambió mi día

Cambió mi día

POR GUSTAVO RUCKSCHLOSS

Estaba regando y lavando la vereda cuando, entre los papeles y hojas, vi algo que me llamó la atención y paré de echar agua.

Al acercarme, vi que era algo como un juguetito de plástico, bien colorido. Supuse que sería de algún vecinito que lo hubiera tirado y no pudo rescatarlo. 

Al terminar vi a uno de los chicos y le pregunté si aquello era de alguno de ellos, y me dijo que no. Luego, mientras enrollaba la manguera, puse el juguete sobre el capot de mi auto para no pisarlo y seguí guardando cosas.   

Abrí el portón y saque el auto hasta la vereda y cerré todo. Arranqué pensando en todo lo que tenía que hacer  en esa mañana  cargada. Iba ensimismado pensando en cómo organizarme. Estaba parado, esperando que el semáforo kilométrico me diera paso, cuando vi que un muchacho desde arriba de una camioneta enorme me miraba y parecía querer decirme algo. Bajé, entonces, el vidrio de su lado. Cuando, de repente, abrió su puerta y bajándose rápidamente se acercó al capot de mi auto y recogió el juguetito que sin darme cuenta, yo paseaba por el pueblo.

Me lo tiró por la ventanilla y subiéndose justo cuando nos daban el paso, me dijo: «yo también soy padre y me olvido de todo» y se despidió alegremente.

Aparte de asumir cuán despistado soy, vi que hay personas vitales, que son bien aprendidas, solidarias y que le meten mano a las cosas.  Si, además, son jóvenes y bien educadas, ¡¡ Qué lindo!

Tranquilicé mi día y me alegró mucho el buen ejemplo y la buena onda.