• 10/12/2022

Historias de las que poco habla la historia

Historias de las que poco habla la historia

Mal que les pese a los admiradores de próceres inmaculados, subidos a una estatua y ejemplos de vida en todos los campos, los próceres argentinos fueron hombres de carne y hueso que amaron, odiaron, tuvieron hijos y supieron de excesos. Nada de eso les impidió servir a la patria y ser protagonistas de una inmensa obra. Acá la historia amorosa de otro prócer.

Los hijos de Urquiza

RECONOCIÓ A 23 PERO DICEN QUE TUVO MÁS DE 100

Es un caso único en la historia política. Justo José de Urquiza fue varias veces gobernador de la provincia de Entre Ríos, líder del Partido Federal y presidente de la Confederación Argentina entre 1854 y 1860. Pero para los amantes de la historia menuda, el caudillo entrerriano es la imagen del padre prolífico.

En el imaginario popular, el caudillo entrerriano Justo José de Urquiza (quien en realidad, al nacer en 1801 fue bautizado con el nombre de José Justo de Urquiza) ha ostentado un lugar en el podio de los romances. El primer presidente constitucional de la Argentina, siempre ha sido considerado uno de los hombres prolíficos de nuestra historia.
Por supuesto que lo fue, pero muchas veces se magnificaron sus virtudes amatorias. Suele decirse que tuvo cincuenta, cien hijos. (hay versiones que señalan que tuvo entre 105 y 114 hijos en toda su vida). ¿Será así? Tal vez ni él lo supiera. Pero hay una prole específica que puede identificarse con certeza. Nos referimos a los veintitrés hijos que tuvo y reconoció. La mejor explicación detallada es la del historiador Daniel Balmaceda, quien en su libro “Historias Insólitas de la Historia Argentina” lo explica así:
A la edad de 18 años, en 1820, una relación furtiva de Justo con Encarnación Díaz los convirtió en padres de Concepción, un nombre más que premonitorio si se analiza su nutrida descendencia. ¿Dónde vivía Concepción? En Concepción del Uruguay.

Foto del retrato a lápiz de Dolores Costa de Urquiza que se encuentra en el Palacio San José, Entre Ríos.

Tres años más tarde, Urquiza conoció a Segunda Calvento, quien pertenecía a lo más exquisito de las familias de Entre Ríos. Segunda dio a luz a Pedro Teófilo Urquiza Calvento el 18 de septiembre de 1823. Justo y Segunda no formalizaron la relación mediante el matrimonio, pero eso no les impidió darle hermanos a Teo. Diógenes nació el 18 de diciembre de 1825. Waldino, el 30 de enero de 1827. José, el cuarto de los Urquiza Calvento, llegó en 1829. Su padre lo llamaba Pepe.
La relación con aquella segunda novia llamada Segunda culminó en algún momento y Justo encontró un nuevo amor. Cruz López Jordán (20 años) era su cuñada y a la vez, imadrina de Waldino! El fruto de los amores entre Cruz y Justo fue Ana Dolores Ercilia, sexta en la lista de hijos, quien nació el 11 de mayo de 1835.

Suele decirse que tuvo cincuenta, cien hijos. (hay versiones que señalan que tuvo entre 105 y 114 hijos en toda su vida). ¿Será así? Tal vez ni él lo supiera.

En los meses de 1839, el donjuán fue asiduo participante de las tertulias de doña Pascuala Ferreira de Sambrana, en Concepción del Uruguay. La festejada hija de Pascuala —y potencial madre de criaturas Urquiza— se llamaba Doraliza.
No duró mucho la relación porque el galán pasó a cortejar a una hermana menor de Doraliza, Juanita. El 27 de febrero de 1840 Doraliza se convirtió en tía de Carmelo, el séptimo Urquiza. En 1842 Dolariza volvió a ser tía, esta vez de una pequeña llamada Juana, quien pronto tendría compañía.

Ana Dolores Ercilia de Urquiza y Lopez Jordan (1835-1899) sexta hija de Urquiza

Cándida nació el mismo año que Juana, pero su madre fue la atractiva riojana Tránsito Mercado y Pazos. (Hacemos un paréntesis para contar que en medio de estos nacimientos, se casaba la primogénita Concepción Urquiza Díaz. Aquel producto de su pecado de juventud ya tenía edad para formar familia. Pero al padre de Concepción no había quién lo llevara a un altar.) El 22 de marzo de 1846 lanzó su primer llanto Clodomira del Tránsito Urquiza, hija de Tránsito Mercado, la atractiva riojana.

Ese mismo año, en septiembre, María Romero dio a luz a Norberta Urquiza. Pocas semanas después llegó Medarda Urquiza, hija del picaflor entrerriano y Cándida Cardoso. Las tres nacidas el mismo año, pero lejos de ser trillizas, eran más bien urquillizas.

La reina de Gualeguaychú era Dolores Costa, pero el general, quien tenía cinco hijos más grandes que ella, la llamaba Dolor-cita. Para Sarmiento, la señorita Costa era “la sultana favorita” del entrerriano.

Hasta aquí, la primera mitad de la descendencia del entrerriano. Conviene recapitular. Justo José de Urquiza tuvo entre 1820 y 1846 siete “novias” y doce hijos extramatrimoniales: Concepción, Teófilo, Diógenes, Waldino, José, Ana, Carmelo, Juana, Cándida, Clodomira, Norberta y Medarda.
Pocas semanas después del histórico Pronunciamiento del 10 de mayo de 1851, en el que cuestionaba el poder de Rosas, Urquiza, quien por entonces tenía 49 años, asistió en Gualeguaychú a una de las tantas fiestas de las que participaba —Justo José era fanático del baile— y quedó embobado ante una joven de 21 años y mirada cautivante. La reina de Gualeguaychú era Dolores Costa, pero el general, quien tenía cinco hijos más grandes que ella, la llamaba Dolor-cita. Para Sarmiento, la señorita Costa era “la sultana favorita” del entrerriano.

Dolores actuó como Primera Dama de Palermo —donde Urquiza se instaló al vencer a Rosas—, aunque no lo hizo con exclusividad, ya que tuvo que aguantarse a una ex en su casa. Nos referimos a Cruz López Jordán, madre de Anita y madrina de Waldino. Tal vez esta rareza de contar con una doble compañía le haya servido a Justo José para paliar la herida psicológica que habría recibido cuando fue “cruelmente engañado” en su juventud.

Dolores Justa de Urquiza Costa nació el 30 de abril de 1853. Falleció el 11 de enero de 1940

La decimotercera descendiente, Dolores Urquiza Costa, nació el día previo a que se sancionara la Constitución del año 53. Lola tuvo varios hermanos: Justa (nació en 1854), Justo (nació 1856 y nos ocuparemos de él en el párrafo siguiente), Cayetano (1858), Flora (1859), Juan José (1861), Micaela (1862) y Teresa (1864). En total, ocho hermanos con la misma madre, la gualeguaychense Dolores Costa, con quien convivía en el espléndido palacio San José de Concepción del Uruguay. Pero no se había casado. Por fin lo hizo en 1865, en la capilla que existe junto a la casa, cuya principal curiosidad son los numerosos símbolos masones que contiene.

Una vez que Justo y Dolores fueron marido y mujer, nacieron Cipriano (1866), Carmelito (1868) y, por último, la benjamina Cándida (1870). Estos once hijos que tuvo con Dolores más los otros doce de distintas relaciones fueron reconocidos en forma legal.

Si hubo más, nunca alcanzaron el grado de estos veintitrés. Muchos de los hijos extramatrimoniales de Urquiza vivieron en el palacio San José, con su padre, Dolores Costa y los descendientes del matrimonio.

Familia de Luis María Campos y Justa Urquiza. De izquierda a derecha. De pie: Amalia Campos Urquiza, Blanca Campos Urquiza, General Luis Maria Campos, Justa Campos Urquiza, Celina Campos Urquiza y Jorge Campos Urquiza. Sentados: Haydee Campos Urquiza, Lucrecia Campos Urquiza, María Cristina Campos Urquiza, Dolores Campos Urquiza (medio sentada), Luis María Campos Urquiza, Sra. Justa Urquiza de Campos, Adolfo Campos Urquiza.