El PRO juega a todo o nada

En las próximas elecciones, el PRO se juega mucho más que una candidatura presidencial.

Hasta ahora, en Juntos por el Cambio, había una sociedad en la cual la Unión Cívica Radical aportaba estructura y el PRO, detentaba el poder. Con un Mauricio Macri indiscutido, el radicalismo tuvo un papel desteñido y secundario en buena parte de los últimos años, en la política argentina.

En todo este tiempo, el radicalismo empezó un proceso silencioso y constante de rearmarse en las provincias. Y los resultados fueron muy buenos. A tal punto que consiguieron el triunfo en seis provincias. Y pasaron a ser principales opositores en otras tantas.

Del otro lado, el PRO no pudo armar fuera de la Ciudad de Buenos Aires. Y en octubre dependerá de cómo sea el resultado, su futuro político.

Si gana Patricia Bullrich, tendrán de nuevo cuatro años para armarse nuevamente como una gran estructura nacional. Afirman que aprendieron de los errores, principalmente en la política partidaria de centralizar las decisiones y no dar autonomía a los dirigentes nacionales. No será fácil para la exministra de Seguridad. La aparición de Javier Milei hizo que buscaran votos en el mismo sector y el economista viene hasta ahora ganándola pulseada. A eso se suma que las heridas producidas en la interna con Horacio Rodríguez Larreta son mucho más profundas tras unas PASO en la que rompieron códigos de la política. Y puede perder algún porcentaje de votantes del Jefe de la Ciudad de Buenos Aires. A esto se suma el tibio apoyo de Mauricio Macri en las últimas semanas

El objetivo, entrar en la segunda vuelta. Si lo logra, pasaría a ser gran favorita porque podría captar gran parte de votos peronistas si enfrenta a Milei y muchos votos de La Libertad Avanza si el rival es Sergio Massa. Lo difícil será llegar a ese tan codiciado 35% de los votos, número muy difícil de conseguir, pero no imposible.

El PRO puede dar el batacazo. De Marchi podría ser la gran sorpresa este fin de semana y ganarle al radical Alfredo Cornejo la gobernación de Mendoza. Grindetti podría ser el tapado –repitiendo lo de María Eugenia Vidal en 2015- y recuperar la provincia de Buenos Aires. Y Jorge Macri es el gran favorito para mantener en las huestes la Ciudad de Buenos Aires. Si se les da todo, serán el gran poder.

Al mismo tiempo, el PRO puede quedarse sin nada. Bullrich podría quedar afuera de la segunda vuelta. Mendoza y Buenos Aires son dos desafíos muy complejos. Y en los últimos días, hay encuestas que muestran que Leandro Santoro viene creciendo en la Ciudad de Buenos Aires. El candidato peronista es de origen radical y tiene el apoyo de gran parte de la estructura de Martín Losteau, que perdió por poco la interna con el primo de Mauricio.

Si pierden en todos lados, tienen serios riesgos de desaparecer como fuerza competitiva. Hay muchos radicales esperando que se dé vuelta la hoja y que Juntos para el Cambio se transforme en UCR y aliados…