Precios “locos” o pícaros de ocasión

En la economía, cuando la inflación se hace crónica, una de las primeras víctimas, es la información. Se distorsionan los precios relativos, cuesta identificar cuando un producto es caro, o barato, se pierden las referencias, y también se multiplican las estrategias de especulación.

Este fenómeno, no sólo afecta a los consumidores, sino también, aquellas empresas, servicios y comercios, que son tomadores de precios (reciben listas de sus proveedores), les cuesta sortear la situación. Si elevan los precios para cubrirse, les cuesta vender. Si graban con un margen razonable, se pueden quedar sin capital de trabajo para reponer insumos y mercaderías. En el caso de los servicios, es más grave aún, porque no pueden acopiar, o stokear. (un hotel por ejemplo que no puede acumular días de habitaciones).

Pero la falta de información, también es una ocasión, que algunos pícaros suelen aprovechar con astucia y osadía.

Les comparto algunos tips, para detectar los riesgos de “pisar el palito”. Los abusos de precios, se dan generalmente, en elementos que se perciben escasos (¡quedan muy pocos, o tienen un cupo máximo por cliente.). En varias ocasiones, se limitan las ventas de productos como azúcar, café, aceite, carnes; entre otros; por lo que nuestra prioridad es conseguir el bien, y luego evaluar su costo. Otro indicador, es cuando se sobreactúa la oferta o el “precio bajo”, y el vendedor, lo exhibe por separado de los equivalentes o sustitutos, o es el único de esa clase. En otros casos, se dan abusos cuando la venta está asociada a un solo medio de pago, dando a entender, que es una oferta especial. También en otros casos, el engaño se produce cuando se habilita para la compra un solo canal, como es el caso de adquisiciones exclusivas por página web.

Cuando sospechamos que el valor es excesivo o abusivo, deberíamos buscar algunas referencias. Hoy, con un celular que tenga acceso a internet, rápidamente se pueden consultar los precios de productos similares en portales como: “precialo”, “donde promo”, “Mercado trak”, “Historial.com.ar”, o “barómetro”; entre otros.

La semana pasada, buscaba un café instantáneo (Nescafé Suave Dolca de 170 gramos), y en un centro comercial de Rivadavia, estaba en oferta a $7190. Me pareció excesivo. Busqué en el portal “preciosclaros.gob.ar”; y encontré un comercio en capital, que lo tenía en precio normal a $3.160. Una diferencia superior al 100%, parece abusivo y desproporcionado. Situaciones similares, se ven a diario, y en numerosas oportunidades, claudicamos por falta de tiempo, comodidad, o simplemente por el desconocimiento del verdadero valor de las cosas.

La inflación no solo nos corroe los bolsillos, sino que nos va impidiendo conocer el verdadero valor de las cosas, y abre puertas a los especuladores y pícaros. La tormenta tiene varios frentes, y tenemos que contar con herramientas de educación financiera, para cada desafío.