• 04/11/2023

Economía en pausa, sociedad en llamas

Economía en pausa, sociedad en llamas

POR MARCELO DELGADO

En el campo, es común escuchar las sugerencias de baqueanos, cuando se pone oscuro: “Hay que desensillar hasta que aclare”. En verdad, es un sano consejo, porque la noche es para pausar y descansar.

Es natural que cuando hay procesos electorales los actores económicos, decidan pausar actividades, inversiones y decisiones de mediano plazo, unos meses hasta tener un panorama más claro y así poder retomar el rumbo. El 2023 un año con elecciones presidenciales, y en las provincias a gobernadores no fue la excepción. Sin embargo, la incertidumbre y los vaivenes de la política y la falta de claridad en las propuestas han puesto a toda la dirigencia empresarial y económica en especial “alerta”. Especulación y protección al extremo, marcaron gran parte de los pulsos electorales. Antes de las Paso, fuerte dolarización de las carteras, y ajustes de precios. Luego mini devaluación y nuevamente casi como echando nafta al fuego en las generales, otra escalada cambiaria y de precios. Se cubrían los grandes actores, y también el que tenía medio peso, que lo transformaba en alguna mercadería, para evitar que te lo robe la inflación. Todos tratando de escapar y salvarse, provocando aún más incertidumbre.

El ajustado triunfo electoral del Ministro de Economía, Sergio Massa, trajo cierta calma y los mercados retrocedieron posiciones, pero los precios no aflojaron los anteriores ajustes. El acuerdo del segundo, Javier Milei, con una parte dura de Juntos por el Cambio, representados por el ex presidente Mauricio Mari,abre nuevamente un compás de espera, y renueva las incertidumbres. El mercado sabe que hasta el mismo 19 de noviembre puede haber sorpresas, propuestas disruptivas y acuerdos inesperados. Pero en ningún caso grandes certezas. Será la primera vez, desde el regreso de la democracia, en que se resuelva la elección presidencial, con un “ballotage”, según la reforma constitucional de 1994. El próximo mandatario, tendrá un poder acotado y deberá tejer alianzas en el Congreso, y con los distintos sectores del poder. La paciencia de los electores, parece minada, en un año con variadas visitas a las urnas, y drásticos cambios de rumbos.

La noche ha sido larga y aún no aclara. Tal vez, podamos ver los primeros destellos luminosos, en el último debate, el próximo 11 de noviembre, donde los actores principales tienen una última oportunidad, de comenzar a ofrecer certezas, coherencia y consistencia en sus propuestas.

Los cambios de gestión siempre generan expectativas, esperanzas o resignaciones. Pero en realidad, los problemas crónicos que nos aquejan desde hace décadas no se resolverán de un plumazo, ni en unos meses. Por ello, esta parálisis para la toma de decisiones, no sólo afecta al conjunto de la economía sino a los propios actores, que esperan nuevas reglas. En el mundo la economía sigue su ritmo, a pesar de los vaivenes políticos, guerras y conflictos. Argentina, necesita recuperar un ritmo institucional que pueda superar la parálisis que sufre cada dos años cuando tenemos elecciones. ¿Será posible esta vez?