• 28/10/2023

¿Volver a crecer o retorno a los 90?

¿Volver a crecer o retorno a los 90?

POR MARCELO DELGADO

En 1984, a solo un año del retorno del gobierno democrático, Domingo F. Cavallo, flamante doctorado en economía de Harvard, escribía un libro que marcaría su futuro profesional: “Volver a crecer”. En su prólogo afirmaba: “Argentina, no ha logrado durante los últimos 54 años hacer funcionar de manera estable y predecible sus instituciones políticas y ha vivido la destrucción de sus instituciones económicas fundamentales, al extremo de llegar a conformar un sistema económico en el que conviven un socialismo sin plan y un capitalismo sin mercado.” 

Después de 40 años ininterrumpidos de estabilidad constitucional, en materia de economía, parece que no han cambiado mucho las cosas. Debilidad de la estructura de los actores económicos, ausencia de un sistema financiero, un mercado de capitales al servicio de la especulación, cargas fiscales, agobiantes, leyes laborales y sistemas de trabajo añejos, regulaciones burocráticas, mercado cambiario intervenido, constituyen algunas características del sistema, que sumadas a la inflación estructural, se han transformado en una trampa de pobreza.

Las elecciones presidenciales, desde el retorno democrático,  han estado marcadas por la economía. Esta última no solo estará presente el tema, sino que quienes dirimen la contienda, están signados por las ciencias económicas. Uno es el Ministro actual de economía y el otro, especialista en la materia. Los temas que en otras agendas, estaban destinadas a los especialistas y técnicos, hoy se discuten en los cafés y programas de chimentos. Dolarización, convertibilidad, leliq, siga, swap, tasas de referencia, blue; son algunos conceptos que se incorporan a nuestras conversaciones cotidianas.

En 1995 el Ministro de economía del convulsionado gobierno de Collor de Melo, Fernando Henrique Cardozo, asume la presidencia de Brasil, y a los pocos días de asumir, se reúne con su ex colega argentino, Cavallo (Ministro de Carlos Menem), y le sugiere que el peso y el real, (ambos con esquemas de convertibilidad), deberían “flotar»  en función de una canasta de monedas, a fin de recuperar competitividad, sin afectar el ancla inflacionaria, que de los sistemas convertibles. Cuando el presidente Menem, que recién lograba su reelección y que la paridad del peso con el dólar, le había permitido domar la inflación,  recibió esta sugerencia, comenzó a preparar la salida, de su ministro estrella. No sería fácil, porque podría verse afectado también él. Comenzó con el tema de IBM – Banco Nación, y terminó un año después con una salida violenta del equipo económico, y la profundización del retraso cambiario, la salida de divisas para financiar las importaciones, el endeudamiento externo y el deterioro progresivo de la industria nacional y las economías regionales.

En 2003, Cardozo terminaba su mandato, y le pasaba la banda presidencial a Lula Da Silva, con una economía saneada, reservas líquidas record, tasas de inflación de un dígito y un sistema productivo competitivo a nivel global. En Argentina, asumía Nestor Kirchner, después de una salida abrupta de la convertibilidad, una industria desvastada y la sociedad desesperanzada. Se perdieron 8 valiosos años, para volver al equilibrio fiscal, los superávit comerciales, y un rumbo económico. Argentina volvió a crecer. Pero la falta de coraje para tomar medidas correctivas en tiempos buenos, como pasó en los 90, nuevamente se despertó la inflación, se retrasó el tipo de cambio, dilapidaron las reservas, y creció la pobreza. Llega la hora de seleccionar los caminos que colectivamente debemos recorrer: Volver a crecer, o el retorno al pasado.