• 04/11/2023

La verdad se devalúa más que el peso argentino

La verdad se devalúa más que el peso argentino

POR JUAN CARLOS BATALLER PLANA

En 15 días, los argentinos deberemos elegir quién será el presidente de la Nación por los próximos cuatro años. Tras meses de campaña, escenarios cambiantes, alianzas y traiciones, sorpresas y decepciones, llegamos al momento en que la moneda está en el aire y todos tratamos de ver si saldrá cara o ceca.

Lo más llamativo, tras las elecciones generales del pasado 22 de octubre, es que hay una serie de declaraciones contradictorias entre sí, en las que al menos una de las partes miente, o al menos no dice la verdad.

En la búsqueda de quienes no votaron por Sergio Massa ni por Javier Milei, parece ser que todo está permitido.

Y si bien ya es un problema importante que un dirigente político pueda faltar a la verdad, es más grave aún que sus seguidores estén dispuestos a creer ciegamente, aunque se vea que hay una mentira flagrante.

A tal punto está devaluada la verdad que se aplaude la frase de Carlos Saul Menem, tras ganar las elecciones: “Si yo decía lo que iba a hacer, no me votaba nadie».

Y se llega a contradecir un teorema del folklore político, el enunciado en 1986 por el radical Raúl Baglini, que afirmaba: “el grado de responsabilidad de las propuestas de un partido o dirigente político es directamente proporcional a sus posibilidades de acceder al poder”.

En esta segunda vuelta, pasa todo lo contrario. Están dispuesto a prometer lo que sea. Por ejemplo, hay una anécdota: «Dejá de juntar dólares; juntá votos», cuentan que le dijo el presidente de Brasil, Luiz Inácio «Lula» da Silva, al ministro de Economía de la Argentina y candidato a Presidente Sergio Massa, que le había ido mal tras las PASO. Y el consejo fue bastante efectivo…

En esta campaña, entonces, el valor de la verdad es relativo.

Un ejemplo es el papel del kirchnerismo.

O están con Massa o no están. Más allá que, por cuestiones electorales, los principales referentes de La Cámpora se borraran y dejaran que todo el peso lo llevara el candidato, tendrían que decir explícitamente si van a ser parte o no del futuro gobierno, si es que ganan.

Otra cuestión que queda en la nebulosa es saber cuándo Mauricio Macri le sacó el apoyo a Patricia Bullrich, para jugar sus fichas a Javier Milei. Y relacionado con esta jugada, si el radicalismo jugó en contra de Juntos para el Cambio el 22 de octubre o si ahora, más allá de dar libertad de acción, están juntando votos para el peronismo.

Todavía quedan dos semanas de campaña, falta el debate entre los dos candidatos. ¿Seguirán sin mostrar sus verdaderas cartas?