• 25/11/2023

La economía le ganó a la política

La economía le ganó a la política

POR MARCELO DELGADO

El voto bolsillo, se impuso a todas las especulaciones. Las promesas de mejoras, el cuidado de las conquistas sociales, los subsidios, las políticas públicas en educación, las empresas del estado, la contención a los sectores vulnerables, entre otras garantías de la política, fueron arrasadas por la angustia económica de algo más de la mitad de los argentinos.

La necesidad tiene cara de hereje. La inflación crónica, se fagocitó al gobierno del presidente Macri, y luego el de Fernández. La gente se inclinó por una tercera opción, desconocida, pero contundente en el diagnóstico, y determinante en las propuestas. La motosierra, dolarización y liberalización; trazaron el camino del ganador.

El 10 de diciembre próximo, comienza una nueva etapa en la vida democrática argentina. La particularidad en esta oportunidad, será que el romance tendrá poca paciencia. Los tiempos de tolerancia serán exiguos, y el presidente Milei, deberá generar un verdadero “Shock”, de medidas simultáneas, y estructuradas en un “Plan”, que le permita poner en Caja el “gasto público”, para llevar el déficit a cero, resolver la deuda interna (el monto de las Leliq, es superior a la deuda con el FMI), renegociar la deuda externa, unificar el mercado cambiario (sin vaciar al Central de Reservas), anclar la moneda (dolarizar o una nueva convertibilidad como paso intermedio). Hasta acá, es más o menos lo que el candidato ganador ha ofrecido y prometido. Sin embargo, para sostener la transición, tendrá otros desafíos, que el mercado no va a resolver. El nuevo esquema, sin lugar a dudas, encarecerá el costo de vida, y particularmente las necesidades más básicas, que afectarán a los sectores vulnerables, trabajadores informales, asalariados en general, y particularmente a los cinco millones de jubilados. El mayor costo del transporte, energía, medicamentos, alimentos, y servicios; será un bumerán, si no se recuperan al mismo tiempo los ingresos de las familias. Los precios relativos en la economía Argentina, tienen fuertes distorsiones, donde dos litros de gaseosa, son más caras que un litro y medio de aceita, o leche. Las cubiertas de los vehículos, tienen un costo que duplica en dólares, el valor vigente en otros países. Los medicamentos, han incrementado su valor, un 50% más, que el costo medio de vida. El combustible, cuesta la mitad que su valor en otros países. Los precios en general, están completamente distorsionados, entre regulaciones, monopolios, y cargas fiscales entre otros.

Así las cosas, la apuesta del nuevo gobierno, como la moneda, tiene dos caras. Por un lado, los ajustes necesarios, urgentes y prometidos. La otra, es como transitar el paso de un modelo neokeinesiano de veinte años, a una economía liberal, abierta, competitiva. Los beneficios del sistema propuesto, pueden demorar de 12 a 18 meses en llegar, en el mejor de los casos. Es un tiempo demasiado largo, para una cirugía sin contenciones. De tal modo, si la economía no logra resolver las expectativas sociales, será la política, que tome revancha, y nuevamente marque la agenda de los argentinos.