El domingo próximo, mañana, estamos convocados a emitir el voto para elegir a quienes, por el término de 4 años, ejercerán los cargos, la función de Gobernador/a y Vicegobernador/a de nuestra Provincia. Como se sabe, el 14 de mayo pasado ya elegimos Diputados, Intendentes y Concejales, historia ya conocida.
El de mañana, se supone, debería ser un proceso rápido, sencillo, sin demasiadas complicaciones, por lo menos, comparado con el de mayo. Es que al votarse sólo una categoría desaparece ese ejército de fiscales de cada lista y, por ende, se simplifica el funcionamiento de las mesas. También, por ese motivo, el votante se encontrará con una sola sección de aquella boleta de sufragio y sólo 10 candidatos; boletas de sufragio que, además, por sus colores y fotos son fácilmente diferenciables.
Queda claro, el escrutinio de mesa (contar votos) será o debería ser extremadamente sencillo, al igual que el llenado de la documentación, es decir, actas, certificados y telegramas. El escrutinio provisorio que hace el Correo y que, reitero por enésima vez no tiene validez legal alguna, debería ser también rápido y bastante certero, es decir, todo está predispuesto para que haya un acto comicial tranquilo, en paz, donde cada uno de nosotros pueda expresarse en libertad.
Siempre aparece un problema, eso seguro; siempre aparece un desubicado que intenta complicar las cosas, seguro también; que el Tribunal Electoral tiene todas las herramientas para solucionar esas cuestiones, no hay duda alguna. El domingo se vota en paz o se vota en paz. No hay otra opción.
Creo que debemos repetirlo hasta el cansancio, la inmensa mayoría de los dirigentes, candidatos, militantes y ciudadanos en general, observan una conducta ejemplar, democrática, racional. El tema está en que no nos tiemble el pulso en impedir que los “traviesos” arruinen la fiesta de la democracia.
