Por ahora, el nuevo mapa político del país no influye en San Juan

El desastre electoral de Juntos por el Cambio fue el detonante de un sinceramiento que se veía venir.

Hasta ahora, la alianza del radicalismo con el PRO se basaba en dos cuestiones fundamentales: la primera, los unía el kirchnerismo… o mejor dicho, el antikirchnerismo.

El segundo tema de unión fue que se necesitaban. El PRO tenía figuras electorales atractivas –Mauricio Macri, Rodríguez Larreta, Vidal, Bullrich- y el radicalismo aportaba estructura nacional. En cualquier pueblito del país hay un radical…

Más allá de eso, no estaban cómodos. El radicalismo creía que había sido ninguneado en la gestión de Mauricio Macri.  Para los macristas, ellos eran los dueños de los votos.

En el PRO, Rodríguez Larreta fue más abierto hacia el radicalismo, Macri impulsó más el “purismo”. Como el Jefe de la Ciudad de Buenos Aires apoyaba candidaturas por todo el país, todos optaron por seguir en el mismo barco.

En el transcurso de los diferentes comicios a lo largo y ancho del país, radicales y fuerzas provinciales lograron imponerse en varias provincias.

Y para sorpresa de todos, lo fuerte, lo seguro, que era la elección presidenciable, empezó a resquebrajarse al punto que, en medio de la campaña, no se sabía si Macri apoyaba más a su candidata o a los libertarios.

Como las derrotas apuran procesos, se cayeron muchas caretas y hubo un sinceramiento que hirió de muerte a Juntos por el Cambio.

En ese nuevo escenario, hay un PRO que responde totalmente a Macri. Son los que se sumaron a la propuesta de apoyar a Javier Milei. Están más a la derecha, son mucho más antiperonistas y, más allá de los excesos, toleran bastante bien a Javier Milei.

Hay otro PRO que perdió en las PASO, el del Jefe de la Ciudad de Buenos Aires y de María Eugenia Vidal. Son los que propusieron ampliar el frente, los que quisieron traer al cordobés Schiaretti y que siempre tendieron puentes con el radicalismo y con los líderes provinciales. Esos son los que le dijeron que no a Milei y que buscarán cerrar un acuerdo con radicales, corriéndose más al centro desde lo ideológico.

A su vez, hay un radicalismo que no está tan lejos de Sergio Massa. El gobernador jujeño Gerardo Morales sondeó la chance de apoyar al peronismo y se encontró con un radicalismo liderado con Alfredo Cornejo que le puso un fuerte límite.

Seguramente, si gana Javier Milei, Macri recibirá más apoyos, no sólo el de su primo Jorge Macri. Si gana Massa, radicales y las palomas del Pro pasarán a unirse en una propuesta más de centro, con 10 gobernadores.

En San Juan, al menos en una primera etapa, parece que ninguno de los socios sacará los pies del plato. Sergio Vallejos –que surgió con Milei- es el único que anunció el apoyo del libertario pero nunca lo consideraron como un socio de Juntos por el Cambio. Incluso el PRO San Juan, con Enzo Cornejo, decidió ser cauto y alinearse con lo que decida Marcelo Orrego.

-¿Te crees que los que vienen peleando toda la vida, van a abandonar el barco ahora? Orrego va a ser el referente y recién en las elecciones dentro de dos años puede haber alguna novedad– explicaba un radical con muchas campañas en el lomo.

Y más allá que Orrego busca seguir liderando una fuerza lo más fuerte posible porque en frente tendrá nada más y nada menos que el peronismo, hay un dato que no es menor. Sólo le quedaron dos diputadas nacionales. Susana Laciar con mandato hasta 2025 y Nancy Picón que asume el 10 de diciembre. Y como Laciar dejará su banca para asumir la intendencia de Capital, su reemplazante es la radical Alejandra Leonardo. No puede darse el lujo de perder un legislador más.

Otro motivo más para mantener unido el frente.