• 25/11/2023

MIGUEL NAJDORF: El ajedrecista de la memoria prodigiosa

MIGUEL NAJDORF: El ajedrecista de la memoria prodigiosa

POR JUAN CARLOS BATALLER

Esta nota integra su libro
“Historias escritas con 2 dedos”

Miguel Najdorf con el autor de esta nota en Merano, Italia

La historia comenzó cuando desde Clarín me pidieron que viajara con el fotógrafo Roberto Pera a Merano para cubrir el mundial de ajedrez, ayudando en la tarea  a Miguel Najdorf,  el gran ajedrecista que había sido contratado por el diario.

Aunque yo no tuviera la mínima idea del ajedrez, pasar un par de días junto a Najdorf era para mí una verdadera fiesta.

Don Miguel era una verdadera leyenda viviente, además de un hombre muy pintoresco con el que uno podía pasarse el día entero escuchando las mil anécdotas que contaba con gran gracia.

Miguel tenía en ese entonces 71 años. Había nacido en Polonia en el seno de una familia judía, el 15 de abril de 1910. Sintetizaba en su persona los avances y horrores del siglo XX. Baste decir que su radicación en la Argentina  se originó en la crueldad de la Segunda Guerra Mundial.

Y si bien nació en Polonia, en Buenos Aires se hizo argentino como el que más. Aquí se volvió a casar, tuvo dos hijas (Mirta y Liliana) y se convirtió en un entrañable personaje admirado y querido por los argentinos.

 

Jugando partidas simultáneas en Málaga.

“Mi memoria es muy selectiva. Si vos me prestas mil dólares, yo me olvido en el acto”, -decía guiñando un ojo- “En realidad, yo puedo olvidarme de un apellido, de una cara pero no olvido una partida”.

Najdorf aprendió a jugar al ajedrez a los 14 años. Seis años después, en 1930 ya era Maestro Internacional.

En el año 1936 jugó sus primeras Olimpíadas de ajedrez en Múnich, con la selección polaca de ajedrez. Polonia cosechó un gran éxito al conquistar la Medalla de Plata. Najdorf obtuvo la medalla de oro en su tablero, algo que le llenó de orgullo por su condición de judío, teniendo en cuenta el país donde se celebró la olimpiada.

En 1939, el inicio de la Segunda Guerra Mundial lo sorprendió en Buenos Aires, ciudad en la que se desarrollaba la Olimpíada de ajedrez de 1939, en la que representaba a Polonia.

Siendo judío  aunque seguía oficialmente llamándose  Mojsze (Moises) Mendel Najdorf decidió que su nombre público sería Miguel, en lugar de  MieczysławNajdorf y adoptó la nacionalidad argentina.

A pesar de que no fue un jugador de ajedrez de tiempo completo —por muchos años se desempeñó en el negocio de pólizas de seguros— Najdorf fue uno de los mejores jugadores del mundo en los años cuarenta y cincuenta, y destacó en la modalidad de partidas simultáneas de ajedrez a ciegas.

En octubre de 1943 estableció el primer récord mundial de partidas simultáneas a ciegas en la ciudad de Rosario, en la sede del Círculo de Obreros, jugando contra 40 tableros derrotando a 36 y perdiendo sólo tres.

El  25 de enero de 1947 en San Pablo, Brasil, y ante representantes internacionales Najdorf superó su propio récord al enfrentarse a 45 tableros (ganó 39, hizo tablas en 4 y perdió sólo con 2) y 83 participantes que eran relevados a medida que se cansaban. La exhibición de simultáneas a ciegas comenzó el 25 de enero a las 21 y finalizó al día siguiente a las 19.40.

Esta demostración da a entender que poseía una memoria realmente prodigiosa. En concreto, si se analiza la exhibición,  debe tenerse en cuenta que para Najdorf significó retener 1.440 posiciones, 2.880 escaques y cerca de 1.800 jugadas.

 

Najdorf y Genia su primer mujer

Según el periodista Carlos C. Ilardo, autor de la más completa nota sobre la vida de Najdorf, cuando ese día de enero “en una sala de la Galería Prestes Maia, en pleno centro del corazón de San Pablo (Brasil), el maestro polaco, ya por entonces ciudadano argentino, Miguel Najdorf, de 36 años, desafió a 45 rivales en una exhibición simultánea a ciega esperaba que la noticia le permitiera encontrar el destino de alguno de sus 300 familiares, entre ellos sus padres (Gdalik y Raisa), sus hermanos (Jozek, Salek y Merik), esposa (Genia) e hija (Lusha), que habían sido arrancados del gueto de Varsovia y trasladados al horror de Auschwitz. Soñaba con una señal de vida”.

Con Eta la entrerriana que fue su segunda esposa y con quien formó su nueva familia en Argentina

Y agrega llardo,

“Aunque la proeza fue comentada en los principales diarios y radios de la época, el silencio cómplice del paso de los años le labró su rostro de impotencia y desesperación; Najdorf comprendió el desenlace de su familia y depositó su energía en el trabajo y el ajedrez. Cuando el corazón se hizo cicatriz construyó un nuevo hogar en la Argentina”.

La primera esposa se llamaba Genia y con ella tuvo a su hija Lusha. Ambas murieron en Auschwitz. Luego en la Argentina se casó con Adela con quien tuvo a Mirta y Liliana, que le dieron cinco nietos. Cuando Adela falleció formó pareja con Rita con quien vivió hasta 1996.

 

Pero la historia no termina allí. En Bahía Blanca, jugó (no a ciegas), contra 222 tableros  (venció a 202, hizo tablas con 12 y perdió sólo 8).

Batió su propio récord de simultáneas en 1950, jugando contra 250 tableros perdiendo en sólo diez.

En 1950, cuando la FIDE creó el sistema de títulos oficiales, fue uno de los jugadores a los que se reconoció con la categoría de Gran Maestro Internacional. Ese mismo año disputó el Torneo de Candidatos al título mundial, quedando en quinto lugar. Tres años después, en el Torneo de Candidatos de Zurich 1953 quedó sexto. Ganó importantes torneos como los de Mar del Plata (1961) y La Habana (1962 y 1964) y participó en varias Olimpíadas de Ajedrez representando a Argentina, consiguiendo como mejor resultado el segundo puesto en Helsinki (1952). A pesar de su edad avanzada participó en el encuentro de 1970 “URSS versus Resto del Mundo”, consiguiendo un empate con el ex campeón mundial Mijaíl Tal.

Ese año de 1980 cuando compartimos dos días en Merano, Miguel obtuvo el Premio Kónex de Platino como el más importante ajedrecista de la historia en Argentina.

Lo que no muchos saben es que Najdorf hablaba ocho idiomas, que fue un exitoso hombre de negocios, que debe ser uno de los argentinos que más viajes realizó, por el ajedrez, y que a su pasión por este juego le sumaba otra pasión no menor, su amor incondicional por Newell,Old Boys  el club rosarino sobre el que preguntaba a cada argentino que encontraba en algún lugar del mundo.

—Cuando me quedé a vivir en la Argentina comencé a enseñar ajedrez mientras vivía en una piecita debajo de una de las tribunas del viejo estadio de Newell,  del Parque de la Independencia. Por eso seré leproso hasta el último día de mi vida.

Najdorf tuvo tres compañeras. La primera esposa se llamaba Genia y con ella tuvo a su hija Lusha. Ambas murieron en Auschwitz. Luego en la Argentina se casó con Adela  con quien tuvo a Mirta y Liliana, que le dieron cinco nietos. Cuando Adela falleció formó pareja con Rita con quien vivió hasta 1996.

De aquellos días en Merano queda como recuerdo las charlas con Miguel.

En especial una en el Darling caffe, frente al rio Passer, cuando contaba con su vozarrón y locuacidad – me hacía recordar en su forma de hablar  a un constructor sanjuanino, Franco Paolini— la historia de la emperatriz Sissi.

Najdorf jugó con los grandes de todas las épocas por ejemplo con el ruso Anatoly Karpov

Por aquellos años todo el mundo hablaba de Romy Schneider, la actriz que había hecho mundialmente conocida a Sissi a través de la película.

Y se hablaba de Romy porque en esos días, el hijo mayor de la actriz David, había muerto trágicamente a la edad de 14 años: trepando las rejas de su casa, resbaló y quedó atravesado por una de ellas, lo que le perforó los intestinos. La actriz jamás se recuperaría de este golpe y moriría alcoholizada con 43 años.

En Bahía Blanca, jugó contra 222 tableros  (venció a 202, hizo tablas con 12 y perdió sólo 8) y en 1950, jugó contra 250 tableros perdiendo en sólo diez.

Lo que pocas veces se dijo es que Romy Schneider nació durante la ocupación de la Alemania Nazi en Austria y que poseía también la ciudadanía francesa. Pero ella nunca solicitó la ciudadanía austriaca, lo que le correspondería por nacimiento y prefirió mantener  la nacionalidad alemana de su madre, Magda Schneider. ¿Por qué? Aparentemente porque su padre había colaborado con el nazismo.

Pero no nos apartemos del tema, la verdadera Sissi era la emperatriz austriaca Isabel de Baviera. Su vida estuvo íntimamente ligada a Merano, una pequeña localidad  tirolesa. Ocurre que ella creyó en 1870 que esta localidad reunía las condiciones para mejorar el estado de salud de su hija María Valeria.

Su esperanza se cumplió y tuvo como consecuencia que la emperatriz realizara hasta el año 1889 otras cuatro visitas a Merano y que gran parte de la nobleza y personalidades europeas visitaran el lugar que se convirtió a finales del siglo XIX en uno de los destinos turísticos más populares del continente.

Como una especie de homenaje a la emperatriz austriaca, Merano mandó construir el “camino de Sissi”, que pasa por estaciones que tuvieron algo que ver con las estadías de Isabel.

Najdorf contaba con mucha gracia sus encuentros con personalidades del mundo. Gracias al ajedrez fue invitado por varias personalidades de la política y jugó partidas, entre otros, con el líder soviético Nikita Krushev, el primer ministro británico Winston Churchill, el líder revolucionario cubano Fidel Castro, el mariscal Tito de Yugoslavia, el presidente Juan Domingo Perón y hasta con  Ernesto Che Guevara.

Najdorf junto a Ernesto “Che” Guevara, en La Habana.


—¿Imagino que les habrá dejado ganar?

—Yo les proponía tablas. De esa forma nadie perdía.

—¿Y ellos aceptaban?

—Fidel aceptó las tablas rápidamente. En cambio el Che no aceptó.

—¿Y qué pasó?

—No tuve más remedio que ganarle— decía mientras lanzaba una carcajada que se sentía en todo el café.

¿Cómo hacía Najdorf para retener en su cabeza las jugadas de 45 tableros en forma simultánea?

—Mi memoria es my selectiva. Si vos me prestas mil dólares, yo me olvido en el acto—, decía guiñando un ojo. En realidad, yo puedo olvidarme de un apellido, de una cara pero no olvido una partida. Lo importante es recordar las posiciones. Por supuesto  me hacían mil variantes para marearme y hacerme perder. Pero pocos lo lograron.

El  25 de enero de 1947 en San Pablo, Brasil Najdorf enfrentó a 45 tableros (ganó 39, hizo tablas en 4 y perdió sólo con 2) y 83 participantes que eran relevados a medida que se cansaban. La exhibición de simultáneas a ciegas comenzó el 25 de enero a las 21 y finalizó al día siguiente a las 19.40.

El periodismo me brindó la posibilidad de charlar con personajes de la talla de Najdorf, de Enzo Ferrari, de Mario Moreno, Cantinflas, del cardenal Samoré,  Estas charlas con Miguel Najdorf en Merano, era otra de las que justificaba ampliamente haber dejado mi carrera de ingeniería para dedicarme al periodismo. Cerramos entonces la nota con un pequeño diálogo con  Miguel:

—¿Cómo hizo para sobreponerse a la pérdida de todos sus seres queridos?

Después de la guerra volví a Polonia donde constaté que había perdido a toda mi familia. Nadie sobrevivió en los campos de concentración nazis; ni mi mujer, ni mi pequeña de tres años, ni mi padre, ni mi madre. También murieron mis cuatro hermanos, mis tíos y mis primos. No me quedó ningún pariente. Si yo hubiera vuelto en lugar de quedarme en la Argentina, también hubiera muerto. Pero la vida te da revanchas y consuelos. Yo empecé en la Argentina con lo puesto y logré hacerme una posición. Por eso soy argentino y hasta cambié mi nombre. El dolor de la tragedia y de la derrota te tiene que ayudar a afrontar la vida, como en una partida, con llorar y lamentarse no se resuelve nada.El viernes 4 de julio de 1997, a los 87 años, Miguel Najdorf, el patriarca del ajedrez argentino, el jugador respetado en todo el mundo, murió en Málaga, España, en el marco de uno de sus infinitos viajes por el mundo.