Rescatar la figura del Juez

Desgraciadamente, según mi personal apreciación, hace ya un largo tiempo se viene desvalorizando la figura del Juez, y ello es malo, muy malo, para el sistema y para nuestra organización política institucional.

Múltiples causas concurren a ello. Algunas de base, tal sería el modo de selección o reclutamiento, otras, sus desempeños en algunos casos, y otras, creo yo, más importantes, originadas en cuestiones externas a los propios magistrados.

No cabe duda razonable alguna de que, en especial en el orden nacional, la grieta se lleva puesta  toda posibilidad de análisis objetivo de las actuaciones judiciales, juzgándose todo bajo el prisma de los intereses subalternos de las partes.

Tampoco es dudoso que, en esa justicia nacional, los jueces jueguen más a la Política que al Derecho, apareciendo en los medios con declaraciones más propias de una campaña política que de quienes deben mantener una posición de objetividad frente al análisis de los hechos.

Que, en ámbitos provinciales, hay otro factor que hay que comenzar a mirar con mucha atención, tal cual es la aparición de oficinas judiciales y supuestos asesores de los Colegios de Jueces que, so pretexto de alivianar el trabajo administrativo de los Jueces, avanzan peligrosamente sobre la autonomía de estos, poniendo en duda, finalmente, quiénes son los que resuelven los conflictos entre las partes.

Debe quedar claro, los jueces no están para recibir instrucciones de nadie. Los ciudadanos tienen el derecho a que su conflicto lo resuelvan los magistrados y no el aparato administrativo que los rodea, los Jueces tienen derecho a ser respetados en su función y jerarquía, caso contrario, se está desnaturalizando el concepto de Poder Judicial.

Sobre este último punto profundizaremos en el futuro.