• 16/12/2023

De los oficios en palabras (Segunda parte)

De los oficios en palabras (Segunda parte)

POR AÍDA ELISA GONZÁLEZ

“Los oficios forman parte indispensable de la cotidianidad de cada pueblo”.

Del gran abanico del léxico de los oficios, hemos tomado una pequeña muestra:

Abastero

Baldero

Bolichero

Botellero

Brevero

Balsero

Bolsero

Cambista

Campañisto

Compositor

Canjeador

Carneador

Carpero

Catitero

Celador

Cuidador

Changador

Fogonero

Horquetero

Jarillero

Llavero

Majadero

Minguero

Monturero

Pastero

Picador

Pastorero

Pecherero

Pilquinero

Recorredor

Tejendera

Telera

Tenedor

Tomero

Trasladista

Trenzador

Pirquinero

Puntero

La sufijación en el léxico de los oficios

La sufijación de mayor frecuencia recae en –ero y le sigue –dor, y finalmente –isto/a.

Observamos que las terminaciones de las palabras que nominan oficios, no son unívocas.  El sufijo –ero comparte su lugar con numerosos gentilicios cuyanos (jachallero, angaquero, albardonero, caucetero, para San Juan; tomero, volcanero, para San Luis; chepero, playero para La Rioja; lagunero para Mendoza.

Asimismo, el sufijo –isto/a, si bien también comparte con los gentilicios, lo hace en menor medida: vallista, tudcunisto, para San Juan; tomisto, volcanista para San Luis; rodeísto, tulumayista para Mendoza; vinchinisto, jagüelisto para La Rioja.

Conclusiones

Cambia el léxico? Cambian los oficios? O cambia el léxico y los oficios continúan? Por ejemplo: cocinero/a ahora chef; costurera/modista ahora diseñadora; peluquero ahora estilista o coiffer

Algunas voces cambian, otras, no. Y/o se agregan nuevos oficios.

Para reflexionar:

¿Por qué los oficios toman prestados esta sufijación de los gentilicios y no las otras en –ano-, en –eño, en –ense, en –ino?

Hemos podido reconocer la existencia de constantes sufijales que se reflejan en la mayor o menor densidad de uso y tendencias hacia algunos sufijos que carecen para nosotros de una explicación congruente. Las hipótesis pueden ser varias. Desde un gusto por los sufijos de los movimientos inmigratorios hispanos, o como un fenómeno derivado de las lenguas aborígenes de sustrato.

La marca identitaria de los oficios es un hecho colectivo, anónimo. No se descarta que cualquier persona pueda proponer una terminología, y si esta pega, pues ese será el nombre del oficio. Tal es el caso de ‘manualista’ que nace a raíz de la molestia de los artesanos, ya que en las ferias de artesanías se encuentra tanto manualidades (labores, tejidos, etc.) como objetos elaborados por herreros, teleros, etc.

Asimismo, a través de programas radiales (Radio 10) hemos registrado la actividad u oficio de ‘feriante’ que pensamos que alude al trabajo de la feria hortícola.

Con el Corpus acabado, seguramente nos encontraremos con un abanico mayor de posibilidades derivacionales (o no) tanto morfológicas como fonéticas. Las alternativas podrán ser múltiples, ya que el usuario, por su creatividad y motivaciones, es espontáneo y se encuentra libre para la gestación morfológica ocasional por asociación con otras estructuras mentales. Es aquí que podríamos realizar una clasificación semántica en oficios callejeros,  y entraríamos en un debate de tipo sociológico donde en la provincia de San Juan se debate actualmente el oficio artesano versus manualistas.