• 25/11/2023

Por fin se termina

Por fin se termina

POR GUSTAVO RUCKSCHLOSS

Decía mi abuelita, aunque el catecismo indique lo contrario, siempre se miente, más o menos en ocasiones. Ella resaltaba tres circunstancias que favorecen la mentira por encima de otras: las guerras, los noviazgos y las elecciones.

Siempre se ha empleado la mentira como una de las armas más eficientes en las guerras, como lamentablemente vemos en la inadmisible guerra de Ucrania. Ambos bandos mienten, cada uno a su manera, usando innumerables formas y medios para exaltar a unos y menospreciar a otros. Amenazas y distorsiones cada día más elaboradas; siempre mienten. La única parte buena es cuando llega la paz.

En la etapa del noviazgo, ambos intentan mostrar lo mejor de sí mismos para conquistar al otro. Se exaltan virtudes y bellezas mientras se minimizan errores y defectos. Nadie es más encantador que ella ni más atractivo que él. Siguen así porque el otro ve lo que le muestran, le dicen o incluso le ocultan, aunque sea con buena intención. Es cuando ambos se ilusionan con lo que esperan y creen todo lo que imaginan. La parte buena es cuando logran unir sus vidas en común.

Cuando llega el momento de elegir cargos políticos mediante elecciones, comienzan las llamadas campañas preelectorales. Durante este tiempo, los aspirantes nos bombardean constantemente con mentiras sobre sus virtudes y capacidades para lograr lo que necesitamos, asegurando que ellos serán la solución. Nunca muestran humildad, siempre se presentan como los mejores y los otros como los peores. Además, las mentiras se magnifican por el «asesoramiento» de sociólogos, publicistas y expertos en decirle al votante lo que suponen que es más creíble. La única parte buena de las campañas electorales es que finalmente terminan.