• 10/12/2022

De palabras en apellidos.Clasificación (1ra. Parte)

De palabras en apellidos.Clasificación (1ra. Parte)

Por Aída Elisa González

Directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y
Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ.
Miembro de la Academia Argentina de Letras

De acuerdo a su origen pueden identificarse cinco categorías:

a- patronímicos.
b- toponímicos o solariegos.
c- gentilicios.
d- personales o descriptivos.
e- traducidos y transliterados.

a- Patronímicos: Fueron los primeros apellidos que aparecieron y se difundieron alrededor de los siglos X y XI. Se formaron a partir del nombre del padre, puesto en modo genitivo, y en romance adoptaron por lo general las terminaciones az, ez, iz y oz.

Así, el genitivo latino de Rodericus (Rodrigo), que era Roderici, devino Rodríguez, y de manera semejante aparecieron Martínez, Ramírez, Ruiz y Muñoz, hijos de Martín, Ramiro, Ruy y Munio, respectivamente, y así tantos otros.

En algunos casos el patronímico se mantiene igual al nombre del que procede, tal el caso de García, Arias, Alfonso, Alonso, Duarte, Ramón, Miguel, Beltrán u Ochoa, mientras en otros admite más de una forma, como García y Garcés, Martín y Martínez, Muñoz y Muñiz, Sáenz, Sainz y Sánchez, Díaz, Diez y Diéguez, Yáñez e Ibáñez, Peláez y Páez (de Payo, forma abreviada de Pelayo) o Rodríguez y Ruiz (de Ruy, forma abreviada de Rodrigo).

b- Toponímicos o solariegos: Poco después aparecieron los apellidos toponímicos o solariegos, es decir, tomados del nombre de un lugar. Al comienzo fueron adoptados por los grandes magnates, que añadían a su nombre el de un señorío, de una casa solariega o de un lugar cuyo gobierno ejercían. Más tarde se generalizó el uso del topónimo del lugar de nacimiento o procedencia, lo que permitía distinguir a Juan de Ávila de Juan de Toledo y de Juan de Cáceres, a través de la mención del lugar del que procedía cada uno de ellos.