• 16/09/2023

Esporo, el adolescente castrado que Nerón convirtió en su esposa

Esporo, el adolescente castrado que Nerón convirtió en su esposa

Cuenta la historia que, tras el deceso de su esposa, Popea Sabina, Nerón no podía olvidarla y su obsesión fue tal que se fijó en un esclavo llamado Esporo, quien era muy parecido a la difunta Popea.

Esporo fue un puer delicatus, es decir, un adolescente elegido por importantes personajes de la sociedad romana para ser esclavo, tomando en cuenta solo su belleza física.

Se cuenta que Nerón lo llamaba “mi Popeíta” e hizo todo lo posible para que el adolescente se convierta en su consorte.

Esporo se convirtió en la esposa oficial de Nerón y todas las personas tenían que referirse a su persona como “emperatriz”.

Lo cierto es que Nerón castró a Esporo y se casaron en Roma

¿Cómo sería posible un matrimonio entre personas del mismo sexo si estaba prohibido en Roma? Bueno, para Nerón nada era imposible. Ordenó que castraran a Esporo y lo obligó a vestirse como mujer. Y así pudo celebrar su boda con él.

Ante los ojos del mundo, Esporo se convirtió en la esposa oficial de Nerón y todas las personas tenían que referirse a su persona como “emperatriz”.

Esporo usaba las prendas más lujosas de la aristocracia y tenía un grupo de sirvientes a su disposición. No obstante, siguió siendo un esclavo para Nerón, quien hacía lo que deseara con él.

Muerte de Aulo Vitelio por soldados de Marco Antonio Primo, leales a Vespasiano.

Tras la muerte de Nerón, Esporo intentó continuar con la vida de lujos y elegancia que había llevado gracias a su belleza y su cercanía con el emperador.

Mientras el Imperio Romano era disputado por diversos actores, el joven buscó refugio en figuras estables. El primer hombre al que atrajo fue Cayo Ninfidio Sabino, un notable militar que había participado en la conspiración contra Nerón al persuadir a la Guardia Pretoriana de abandonar al gobernante. Durante meses, Sabino trató a Esporo como esposa llamándolo Poppaea. Por desgracia, la suerte del efebo terminó cuando su pareja fue asesinada por sus propios guardias mientras intentaba convertirse en emperador.

 

Supuesto busto de Popea Sabina realizado por un artista desconocido en el siglo I d.C. (Museo del Louvre).

Solo unos días después, Esporo se reencontró con Otón, perteneciente a una familia de origen etrusco que gozó de la gracia de Nerón. De hecho, Otón y el emperador habían sido amigos hasta que el último condenó al noble al exilio, otorgándole la gobernatura de Lusitania. En las primeras semanas del año 69, Otón organizó un golpe de estado que derrocó al autoproclamado emperador Galba y lo llevó a liderar el Imperio Romano. Para ese entonces, el flamante gobernante ya había convertido a Esporo en su esposo.

En abril del año 69, el Imperio se enfrentó a otra revuelta. Vitelio había sido proclamado emperador por las tropas de Germania y lucharía contra quienes impidieran su dominio en Roma. Otón y las tropas que le eran leales –desde la Guardia Pretoriana hasta la Legio VII Galbiana– decidieron enfrentarlos.

Superados en número por las fuerzas comandadas por Flavio Valente y Cecina Alieno, los soldados de Otón cayeron en Bedriacum, una pequeña ciudad romana cerca de Calvatone. Incapaz de mantener su poder, el gobernante acabó con su vida en el lugar. El triunfo de las tropas de Vitelio rápidamente llegó a Roma, donde ya se esperaba al nuevo emperador.

 

Esporo fue castrado para ‘sustituir’ a Sabrina Popea tras su muerte.

Al llegar al centro del Imperio, Vitelio lanzó una agresiva campaña de humillación pública contra todos los aliados y cercanos a Otón. Uno de los objetivos de su furia era Esporo, a quien había condenado a un espectáculo público donde tendría que recrear la Violación de Proserpina, frente a miles de personas reunidas para ver una batalla de gladiadores.

De acuerdo con el mito romano descrito en ‘La metamorfosis de Ovidio’, Proserpina –hija de Júpiter y Ceres– fue raptada y violada por un enviado del dios del inframundo, quien deseaba convertir a la joven en su reina.

Al notar su ausencia, su madre –la diosa de la agricultura– cayó en una terrible depresión que provocó que la tierra se secara, matando con ello a todas las cosechas. Su padre, al notar la tierra seca, bajó de los cielos y negoció con Plutón. Al final llegaron a un arreglo: Proserpina pasaría la mitad del año con su madre en la Tierra y la otra mitad en el Inframundo con Plutón. Desafortunadamente, el daño estaba hecho.

Durante meses, Sabino trató a Esporo como esposa llamándolo Poppaea. La suerte del efebo terminó cuando su pareja fue asesinado por sus propios guardias mientras intentaba convertirse en emperador.

Esporo entendió la humillación y las vejaciones a las que sería expuesto si aceptaba interpretar a Proserpina. Era un plan perfecto para acabar con él y todo lo que representaba: su imagen, su ánimo y, posiblemente, su vida. Así fue como el joven decidió evitar el escarnio. Cuando las nuevas fuerzas romanas fueron a buscarlo, Esporo ya había terminado con su vida.

El eterno efebo que había sido controlado por algunos de los hombres más poderosos de la historia había tenido un último acto de libertad consigo mismo.

Nerón prefirió que Epafrodito, su secretario, le hundiera un puñal en la garganta.