Políticas de Estado

Cuando el lunes próximo pasado se daba inicio a la vigencia integral del sistema acusatorio, decía que era la consumación de una política de Estado ya que lo que había tenido inicio bajo una administración de un signo político, encontraba continuidad en otra de distinto signo.

Decía, también, que ello se exteriorizaba en la unanimidad con el que se aprobaron las leyes que sirvieron de base, de sustento.

He tenido el privilegio de vivir, hace años, igual experiencia en el orden nacional, con el proyecto de instalación de laboratorios forenses en todas las provincias del país, proyecto que reconociera origen durante el gobierno de Cristina Fernández y continuara inalterable durante el periodo en que gobernó Mauricio Macri.

En ese proyecto, articulamos con idéntica finalidad con ministros de Justicia tales como Aníbal Fernández, Julio Alak y Germán Garavano. El secreto fue simplemente solo poner como objetivo el mejorar el servicio de justicia y seguridad.

El proyecto de laboratorios forenses tenía como fin democratizar la prueba científica en cabeza de los ministerios públicos fiscales, en aquella época solo en poder de las fuerzas de seguridad.

Está claro que hay algunos que todavía no lo entienden y creen que a los laboratorios los trajeron cigüeñas caritativas, desvirtuando, en los hechos, esa política de Estado.

En algunos aspectos pasa algo semejante con el acusatorio.

Está claro, también, en la historia de la humanidad siempre existieron los que atrasaron el futuro, aun las políticas de Estado. El tiempo se encarga de ellos y la historia les reserva un lugar muy despreciable.