- 20/06/2024
El gas de la risa

El Ministerio del Interior de España ha asegurado que se trata de la mayor aprehensión de óxido nitroso en Europa, un gas que estaba lejos de ser destinado a usos medicinales. Esta semana se incautaba en Málaga 21.000 litros del conocido como «gas de la risa» vuelve a poner el foco en una potente droga que nada tiene de cómica.
Una droga que llega a España desde el viejo continente bajo una falsa percepción de seguridad tanto es así que en su momento llegó incluso a consumirse en directo en la sección de ciencia de El Hormiguero para mostrar sus «divertidos» efectos.

El gas de la risa es la forma de llamar coloquialmente en la calle a un gas incoloro, casi inodoro y de sabor dulce cuyo nombre real es óxido nitroso. Un elemento utilizado como fármaco en medicina desde hace unos doscientos años por sus propiedades anestésicas y analgésicas, pero que ha acabado siendo utilizado como droga especialmente por el público más joven.
Este gas se emplea en quirófanos y clínicas de todo el país, y es que basta una búsqueda en internet para encontrar decenas de centros dentales donde se ofrece a los pacientes como forma de llevar mejor determinados tratamientos que pueden ser largos o especialmente dolorosos. También se emplea en el quirófano en determinadas cirugías como mantenimiento de la anestesia.

El óxido nitroso es muy fácil de adquirir a través de casi cualquier canal comercial, ya que este gas se emplea en repostería como propulsor en los dispensadores de nata por sus propiedades para emulsionarla. Esto hace que sea sencillo adquirir, de una forma totalmente legal, cajas con pequeñas botellas de este gas por un precio que no supera el euro por cada cápsula.

Cuando alguien inhala óxido nitroso de un globo en una fiesta desconoce por completo la cantidad de gas que se respira, esto sumado a que no lo está haciendo en un entorno controlado donde se vigilen sus constantes vitales y a que generalmente se ha ingerido alcohol previamente, hacen que su consumo sea potencialmente mortal.
El «gas de la risa» es hoy la droga favorita de los jóvenes entre 16 y 24 años, especialmente en países como Reino Unido, Bélgica y Holanda. Su fácil acceso a ella, el precio tan económico y la percepción de que se trata de algo seguro están detrás de su elevado consumo.
Al consumirse por vía respiratoria, la droga llega al cerebro en algo menos de un minuto. Quien la consume sentirá sensación de bienestar, una gran relajación, alteración de la percepción, mareo… algo similar a una borrachera instantánea ya que se trata de un depresor del sistema nervioso central. Sus efectos durarán normalmente entre 15 y 45 minutos, dependiendo sobre todo de la cantidad inhalada y de la concentración de gas en el globo.

Un gas descubierto en 1799
En abril de 1799, un audaz y curioso científicodecidió hacer un experimento para descubrir los efectos de los gases en el cuerpo humano… su cuerpo humano.
Con dos asistentes observándolo, se puso una máscara de seda en la cara y con una boquilla de madera metódicamente se dispuso a inhalar cuatro cuartos imperiales (4,5 litros, aproximadamente) de hidrocarbonato.
Tras el tercer cuarto, colapsó, y -según escribió más tarde en su diario- «parecía que me hundía en la aniquilación y que apenas tenía fuerzas para quitarme la boquilla de mis labios abiertos».
Consiguió tambalearse hasta su jardín, donde volvió a caerse con dolor en el pecho. Uno de sus dos asistentes le dio oxígeno y le ayudó a meterse en la cama, donde vomitó entre «intensos dolores».
Posteriormente, sufrió náuseas y pérdida de memoria.
No sorprende. ‘Hidrocarbonato’ era el nombre que se le daba al monóxido de carbono en el siglo XVIII.

El joven de apenas 20 años tuvo suerte de haber salido vivo de esta experiencia. Pero, aun así, una semana después ya estaba otra vez en el laboratorio con la máscara puesta, listo para inhalar gases para ver cómo reaccionaba su cuerpo.
Gracias a esa serie de experimentos increíblemente peligrosos que Davy se aplicó a sí mismo, conocemos hoy los efectos del monóxido de di nitrógeno, mejor conocido como el gas hilarante o gas de la risa.
El contraste con la reacción que le había producido el hidrocarbonato no podía haber sido mayor.
«Este gas me subió el pulso, me hizo bailar por el laboratorio como un loco y ha mantenido mi ánimo resplandeciente desde entonces», le escribió a un amigo.
Cuando estaba haciendo esos experimentos Davy apenas había cumplido los 20 años.

En esa época, había mucho interés en los gases recién descubiertos. La idea de que el aire tuviera varios componentes era muy reciente.
El químico francés Antoine Lavoiser y el inglés Joseph Priestly habían descubierto el oxígeno en 1778, el año en el que nació Davy.
Thomas Beddoes, un doctor de Bristol estaba convencido de que algunos de estos gases guardaban el secreto para curar enfermedades, sobre todo, la tuberculosis.
Tras inhalar cuatro cuartos de monóxido de di nitrógeno, Davy dijo haber sentido un hormigueo muy placentero, en especial, en su pecho y extremidades.
«Los objetos a mi alrededor se volvieron resplandecientes y mi oído más agudo».
El gas de la risa fue usado como anestésico hasta 1844 para una operación dental pero sí siguió usándose como una droga recreativa en «fiestas del gas de la risa» entre las clases altas.

Daños sobre la salud
Cuando alguien inhala óxido nitroso de un globo en una fiesta desconoce por completo la cantidad de gas que se respira, esto sumado a que no lo está haciendo en un entorno controlado donde se vigilen sus constantes vitales y a que generalmente se ha ingerido alcohol previamente, hacen que su consumo sea potencialmente mortal.
Los daños sobre la salud van desde las alucinaciones hasta la parada cardiaca, pasando por asfixia, amnesia, desorientación, problemas neurológicos por daño medular, desmayos, arritmias, convulsiones… En Reino Unido esta droga se ha llevado la vida de una veintena de jóvenes en los últimos años.
Su uso intensivo puede provocar una deficiencia de vitaminas que causa daños en los nervios de la médula espinal. El equipo del Royal London Hospital señala que los médicos deben estar alertas, ya que ellos están viendo alrededor de un caso nuevo casi todas las semanas.
Los daños sobre la salud van desde las alucinaciones hasta la parada cardiaca, pasando por asfixia, amnesia, desorientación, problemas neurológicos por daño medular, desmayos, arritmias, convulsiones… En Reino Unido esta droga se ha llevado la vida de una veintena de jóvenes en los últimos años.
Estos pacientes llegan al hospital con síntomas vinculados a daños en los nervios: no pueden caminar, se caen o experimentan un cosquilleo o pérdida de sensibilidad en los pies y las manos.
Otros sufren problemas en la vejiga o los intestinos o incontinencia. Un detalle importante es que pocos pacientes mencionan que utilizaron óxido nitroso.
“Estamos viendo gente joven: adolescentes y personas de unos 20 años”, señala Alastair Noyce, neurólogo de la Universidad Queen Mary, en Londres. “Lo que sorprende ahora es la severidad (de los casos). Hemos visto este aumento en aproximadamente los últimos 12 meses”.