• 03/12/2022

El recato

El recato

Por Eduardo Quattropani. Fiscal General de la Corte de Justicia de San Juan

►Tengo para mí que, quienes ejercemos cargos públicos de cierta jerarquía, debemos ser rigurosamente cautos, cuidadosos, extremadamente prudentes en nuestras conductas públicas y hasta en las privadas y, ni que decir, en la administración, cuidado y uso de la cosa pública.

►Diría que no nos está permitido ser motivo de escándalo ni, mucho menos, tener conductas escandalosas.

►Los primeros testigos de esas conductas rigurosas debe ser el personal que nos rodea y que reviste en las más bajas categoría, ellos deben ser propaladores de la existencia de una conducta ética, republicana, ajustado al reclamo social.

►Es que, debe ser una de las más tristes descalificaciones, el murmurar permanente respecto a conductas abusivas de un funcionario pues ello significara que transmite miedo pero jamás autoridad y, sabido es, sin ella todo se viene abajo como un castillo de arena en cualquier momento.

►Otra verdad sabida es que quien transmite MIEDO para abajo por lo general es temeroso con los pares.

►Recato, prudencia, humildad, temor al escándalo, son virtudes imprescindible en las personas públicas, sin ellas el ridículo y el escandalo están a la vuelta de la esquina., creo.

►La sociedad hoy no tolera actitudes, conductas monárquicas, lo que no significa, en modo alguno, romper las líneas jerárquicas, sino por el contrario, constituye, simplemente, ejercer autoridad en democracia, entre seres humanos que desempeñan funcionen distintas, todas dignas.