- 12/08/2023
Tema espinoso


POR GUSTAVO RUCKSCHLOSS
Soy un amante de las plantas y tengo algunas preferidas… y otras no tanto. Después de años de luchar, el clima me convenció de que aquí se dan mejor algunas que otras.
Fui aprendiendo que algún malvón, considerado común y casi hasta ordinario, vivirá feliz y contento si le damos un poco de cariño. Nos retribuirá con flores todo el año y soportará fríos y calores sanjuaninos.
No son orquídeas, son las plantas sencillas que a su modo nos regalan colores posibles. Como aprendizaje también vi que no me terminan de conformar los cactus.
Esos que están tan de moda porque soportan cualquier trato y no protestan. Desde hace tiempo, los que tenía los fui unificando en una maceta, donde fueron medrando, pese a mi indiferencia.
Tan bien les fue que la maceta colapsó ante el crecimiento de tales erizos. Además, como estaban ubicados a la orilla de la pasada diaria, era común que más de uno se pinchara con ellos al pasar.
Es decir, que postulaban para indeseables. Decidí, entonces, deshacerme de ella con una nutrida cantidad de cactus saludables.
Tengo una vecina, también gustosa de las plantas y tiene flores por todos lados. A ella le ofrecí el macetón descalabrado lleno de cactus, suponiendo que en su jardín les daría cabida.
Me agradeció el ofrecimiento que diplomáticamente declinó, aduciendo que «la vida nos sorprende constantemente con pinchos y espinas de todo tipo, que no podemos evitar.
Estos que sí puedo eludir, los rechazo. Me gustan las flores y sus perfumes. La alegría y la suavidad. Los colores y los pajaritos que atraen» y me preguntó «¿usted ha visto alguna vez un picaflor acercarse a un cactus?, además, los cactus florecen de noche y a mí me gusta vivir de día, a pleno sol». Concluyó.
Una vez más, aprendí una lección de vida.