• 01/09/2024

De nombres y/o apellidos indígenas de lenguas ya extinguidas (Sexta parte)

De nombres y/o apellidos indígenas de lenguas ya extinguidas (Sexta parte)

POR AÍDA ELISA GONZÁLEZ

Para el 29 de septiembre se celebraba la Fiesta de San Arcangel y eran diez días de fiesta. Nos comentó: “El sacerdote venía de Mendoza en avión solo para esa fecha. Entonces se aprovechaba y se celebraban los bautismos, casamientos, de todo”.

Nos relató también que viajaban más a San Luis y San Juan porque era más fácil, ya que Mendoza les quedaba más lejos.” En el pueblo había tres caciques que eran dueños de todo: GUAQUINCHAY, TALQUENCA y JOFRÉ, “pero no eran todos de la misma raza”.” Los caciques no eran sanjuaninos, eran mendocinos. Guaquinchay era uno de los caciques, “el que yo conocía se llamaba Juan Guaquinchay y la esposa Aurora Cabrera, y tenía una pinta de india, andaba en chancleta (a nosotros mi mamá no nos dejaba andar en chancletas). Era petisita, flaquita pero muy guapa.”. Los “Jofreses” criaban ovejas, el negro Jofré era petiso”. Su abuelo era morocho, grandote y tenía aspecto de indígena. Entendía mucho de caballos de carrera y cuidaba y curaba a todos los animales, “Era como un brujo y no había estudiado”. Los padres de su abuela habían sido españoles, “mi bisabuela había sido rubia, muy bonita , yo me acuerdo”. Los campos nunca se vendieron “como eran antes, no había escritura”. Siempre ratificó que ella no escuchó hablar en huarpe “porque había mucha gente “renovada”. “A poco de estar conversando, uno se daba cuenta”.

Amada Talquenca nos contó que quería venirse a San Juan, porque cuando niña siempre venían a Caucete, Villa Independencia a la casa de sus tíos para las cosechas y los carnavales.” Sus abuelos venían a trabajar a los Yanzones en Caucete para cosechar. Pasaban dos o tres meses. Les daban un lugar para quedarse y Alesio Talquenca, hermano de su madre Barbarita cuidaba los caballos, era peticero de Polo. En Pozo de los Algarrobos estaban Los Maurín que eran muy amigos de su abuelo. A Caucete traían las maderas, el carbón y el trigo. Al Molino (no se acuerda dónde estaba) el abuelo traía el trigo, lo molían y le daba la primera harina y también el afrecho para los chanchos. Viajaban en los carros, “que eran como carretelas, pero mejores y tiradas de mulas”.