GRUPOS DE ALTO RIESGO: PROTEGERNOS LOS FEOS

Una característica humana: cuando vemos a una persona atractiva le atribuimos otros rasgos positivos, los tenga o no, por lo que no es sorprendente que la apariencia física tenga un profundo efecto en el potencial de conseguir pareja o la perspectiva de obtener los mejores empleos.

Las consecuencias en el área de la salud han sido olímpicamente ignoradas: nivel de atractivo físico y calidad/precisión de la atención recibida. ¿Es necesaria más investigación en este tema? Uno que opina que sí durante el trabajo en su tesis doctoral agregó una investigación en 172 estudiantes o empleados en enfermería, 94 mujeres y 78 varones, 27 años de edad promedio abarcando desde 18 y hasta 62 años.

Psicología experimental: Richard Shane Westfall

Título de psicólogo de la Universidad Texas Tech en 2011, master en la Universidad de Nevada en Las Vegas (donde se doctoró en 2018) de la que es actualmente profesor adjunto.

Se presentaron distintas fotografías (del rostro y hasta los hombros sin joyería ni gafas) y se les informó que el objetivo era evaluar la influencia de su entrenamiento en distintas zonas geográficas en la práctica. Estaban acompañadas de una descripción clínica escrita de pacientes ficticios con dolor crónico. Seis variantes con distintos niveles de atractivo físico repartidas al azar.

Cada participante leyó solo un caso uno de tres niveles de atractivo: alto, intermedio o bajo (para no hablar de fealdad) de una base de datos que ya se ha utilizado en investigaciones anteriores.

Favorecidos los lindos

La lista de medidas que tomarían, los casos que requerirían avisar a otro profesional de la salud del área médica o psicológica, la cantidad de tiempo que dedicarían y el deseo de ayudarlos o grado de molestia que les ocasionarían estuvieron claramente relacionadas con el nivel de atractivo físico. Se suma a otros estudios con médicos de distintas especialidades y resultados idénticos.

Como te ven… te tratan

La activación automática de estos estereotipos es muy difícil de prevenir, peor aun cuando los individuos no saben que los afectan estos sesgos.

Conclusión resumida del investigador: “… muchas decisiones del sistema de salud se basan también en factores frívolos como la apariencia física. Esto ayuda a dejar claro que la mitología norteamericana de la meritocracia es solamente una ilusión y que muchos factores que determinan nuestra evolución clínica se deciden 9 meses antes de que nacemos”.