• 09/09/2023

Los Tripolone. Sicilianos devotos, artistas y emprendedores

Los Tripolone. Sicilianos devotos, artistas y emprendedores

Los Tripolone son conocidos en la provincia por su trabajo en diferentes ámbitos. Esta nota no cuenta la historia de todos los integrantes sino que cuenta la llegada del primer Tripolone a la provincia.

El primero en llegar a la provincia fue el siciliano Antonio Tripolone, que fue fundador de varios templos evangélicos. Algunos de sus hijos tuvieron talento para la música, entre ellos Elías Tripolone, creador de Francis Park. Entre los nietos del inmigrante hay varios profesionales de la salud, como Moisés, Juan Antonio, Abel y bisnietos como Ana Paula Tripolone y otros nietos que se dedicaron a la acción social, como Daniel Tripolone.

Los padres de Antonio Tripolone, Antonino Tripolone y Catalina de Tripolone.

El único sobreviviente

El primer Tripolone que se instaló en San Juan fue Antonio Tripolone, que fue pastor y fundador de varios templos evangélicos. Pero, antes de llegar a la provincia, tuvo que sobrevivir a varias situaciones, a lo largo de los años. Hijo de Antonio y Catalina de Tripolone, su historia comienza a fines del siglo XIX, en Sicilia, Italia, donde vivía junto a su esposa, Concepción Di Pascuale.

Entre 1895 y 1896 el siciliano tuvo que pelear en la primera guerra que Italia libró contra Etiopía. Estando en esa región, el pelotón, del cual Antonio formaba parte, bebió agua de un lago que estaba envenenado.Todos murieron, excepto él y otro compañero, pero este último fue asesinado poco después. La noticia de la defunción de los soldados llegó hasta Italia y con ellos también dieron por muerto a Tripolone. Cuando el soldado regresó a su casa, su mujer no podía creer lo que veía, pensó que era un fantasma.

El inmigrante siciliano Antonio Tripolone.

De Sicilia a Mendoza y la conversión

Después de haber sobrevivido a las peores imágenes de la guerra, Antonio Tripolone decidió migrar hacia Argentina. Llegó en 1907 y dos años después trajo a Concepción y se instalaron en Mendoza, donde él trabajó como agricultor. Allí ocurrió algo que cambió su vida y que marcó el destino de su descendencia. Él no creía en Dios, probablemente quedó descreído después de haber visto la tragedia en Etiopía. Sin embargo, conoció a un hombre de apellido Mengrino, que le habló de Jesús y lo animó a asumir una tarea de gran responsabilidad, la del pastoreo en la iglesia Unión de las Asambleas de Dios.Si bien trabajó dentro de esa religión, sus descendientes recuerdan que lo que a él más le importaba era transmitir la vida de Jesús.

Después de estar en Mendoza vivió un tiempo en Tucumán y recién ahí llegó a San Juan, por un llamado divino supo que lo necesitaban en esta provincia y aquí se instaló de manera definitiva. El hombre creó sedes de la iglesia en San Juan, Mendoza, Tucumán y Córdoba y tuvo siete hijos, que siguieron trabajando con su legado, Manuel, Francisco, Antonio, Daniel, Juan, Florentina y Elías.

El siciliano falleció en 1944. Poco después del terremoto tuvo un problema con una ernia, tras hacer gran esfuerzo en trabajos de asistencia. No pudo ser atendido en San Juan porque los médicos estaban desbordados por la cantidad de pacientes, fue trasladado a Mendoza y allá murió.

Antonio Tripolone (hijo) con su esposa Modesta.
Francisco Tripolone junto a su mujer Encarnación Santiago.
Juan Tripolone e Isabel.
Daniel Tripolone y Emma.

El talento por la música

En las iglesias cristianas la música ocupa un lugar fundamental y muchos de los que se ocupan de ejecutarla en este ámbito son autodidactas, así sucedió con los hermanos Tripolone. Entre ellos Francisco, Daniel y Elías tocaban varios instrumentos. Francisco incluso tuvo la academia Tripolone, donde primero enseñó dactilografía y contabilidad y más tarde incluyó clases de piano, acordeón y guitarra. Además algunos de los hermanos se dedicaron al oficio de peluquero, como Manuel, que además fue predicador; Daniel y Juan, que también era relojero.

Elías, el más joven de todos, ha sido un gran artista y modelo para la familia, por su energía y alegría. Tocaba la guitarra, el violín, el arpa y fue dueño del parque de diversiones Francis Park, con el que viajó por todo el país y Latinoamérica. El parque comenzó en el fondo de su casa. Ahí, armó la primera calesita con tablas de madera y fabricó muñecos para premiar a quienes ganaran en el tiro al blanco. Después pasó a ocupar un terreno baldío, fue adquiriendo diferentes juegos y comenzó a girar por diferentes lugares.

Elías, fue dueño del parque de diversiones Francis Park

El Tripolone que trabajó con Favaloro

Francisco Tripolone se casó con Encarnación Santiago y tuvieron tres hijos: Esther, Moisés, médico clínico, y Juan Antonio, médico cardiólogo. Éste último, luego de terminar su carrera de grado, realizó su residencia en la Fundación Favaloro, entre fines de los setenta y principios de los ochenta y llegó a ser jefe de residentes. Allí el profesional tuvo la oportunidad de trabajar junto a René Favaloro.

En enero de 1983, durante unas vacaciones en San Juan, Juan se reencontró con una chica que conocía de la infancia, de la iglesia, Celia Mabel Aguirre, nueve años menor que él. Se habían visto siendo más chicos pero ahora ella tenía 22 y el casi treinta y uno. Decidieron casarse y él dejó la fundación en Buenos Aires para quedarse definitivamente en San Juan. Acá tuvieron a sus tres hijos: Ana Paula Tripolone, médica cardióloga; Juan Marcos Tripolone, especialista en redes informáticas,  y Gerardo Tripolone, abogado e investigador del CONICET.

Juan Antonio Tripolone, médico cardiólogo.