• 21/07/2024

Los guerreros de terracota

Los guerreros de terracota

Cómo se descubrió en China uno de los mayores hallazgos arqueológicos de la historia

Hace cincuenta años, Zhao Kangmin un agricultor local convertido en curador de museo en la provincia central china de Shaanxi, recibió una orden de investigar una información que indicaba que unos campesinos tras excavar un metro en busca de agua se toparon con tierra roja y dura. Debajo, habían encontrado cabezas de cerámica de tamaño real y varias puntas de flecha de bronce.

Fragmentos de guerreros de terracota en el interior de una de las zanjas donde se hallaron.

Zhao sabía que en el pasado se habían enterrado figuras en el área cercana a la ciudad de Xian, no lejos de la tumba del primer emperador de China, Qin Shi Huang. Una década antes, él mismo había descubierto a tres ballesteros arrodillados. Pero nunca había tenido la certeza de que databan de la época del emperador, quien unificó la nación de China por primera vez bajo la corta dinastía Qin (221-206 a.C).

Zhao Kangmin fue el primer arqueólogo en identificar los fragmentos de terracota, descubiertos por agricultores que cavaron un pozo en 1974

Los campesinos habían tropezado con uno de los mayores hallazgos arqueológicos del siglo XX: un ejército de unos 8.000 soldados de terracota, diseñado a escala industrial 2.200 años antes para defender al emperador en el más allá. Era un ejército fantasma completo, con caballos y carros, escondido bajo tierra y nunca visto por los vivos. Las reliquias fueron recogidas y llevadas al museo en camiones. Zhao comenzó a armar laboriosamente los fragmentos. Algunos, dijo más tarde, tenían el tamaño de una uña. Después de tres días de trabajo, dos imponentes guerreros de terracota estaban frente a él, cada uno de 1,78 metros de altura.

 

Luego de ensamblar las piezas, cada soldado se equipaba con un arma real: arcos, lanzas, espadas, etc., aunque tras la caída de la dinastía Qin los campesinos saquearon la tumba y robaron muchas de ellas.

Las autoridades en Pekín decidieron excavar el lugar y en los siguientes meses fueron descubiertos más de 500 guerreros. A medida que continuaba el trabajo, la extraordinaria escala de lo que el primer emperador —un hombre despiadado que derrotó a seis estados para unir a China bajo un sistema imperial que continuó hasta 1912— fue quedando claro.

Había ordenado crear un proyecto subterráneo, que en total cubre 56 km cuadrados, poco después de ascender al trono a la edad de 13 años. Los miles de guerreros fueron colocados en formación de batalla, listos para defender a su emperador de lo que pudiera esperarle en el más allá. Fue un trabajo detallado, con decenas de diferentes tipos de cabezas, y había 100 carros y decenas de miles de armas de bronce.

 

Las figuras son a tamaño natural: miden 1,80 metros de altura y están equipados con armaduras fabricadas también con terracota.

En 1975, un año después de que comenzara la excavación, se decidió abrir un museo en el lugar. Y mientras continuaban las excavaciones, durante los años siguientes, se corría la voz sobre la magnitud del hallazgo. La tumba del emperador Qin Shi Huang continúa sellada. Podría haber miles de artefactos preciosos dentro. Pero el riesgo de abrirla y causar un daño irreparable a lo que haya dentro ha frenado al gobierno chino hasta el momento. Hoy en día, los Guerreros de Terracota son ampliamente reconocidos como un tesoro nacional de China.

Uno de los guerreros de terracota, en la ciudad de Xi’an, donde reciben millones de visitantes cada año.

Trabajaron 700 mil obreros en la construcción

Según las memorias históricas del antiguo historiador Sima Qian, las obras de construcción del Mausoleo de Qin Shi Huang comenzaron poco después de que el emperador de trece años de edad, Qin Shi Huang, subiera al trono en el año 221 a. C., autoproclamándose primer emperador de China.

Qin Shihuang di en un retrato del siglo XIX, una copia de un retrato chino original de 1609.

A este emperador se le atribuye también la construcción de la primera versión de la Gran Muralla China, de la reunificación de los reinos combatientes en la Dinastía Qin, y de otros avances administrativos, económicos, militares y tecnológicos en la región, pero también fue conocido por su tiranía, la quema de libros y la persecución de intelectuales.

Sima Qian también escribió que el primer emperador fue enterrado en un túmulo, con maquetas de palacios, pabellones y oficinas, así como con finas vasijas, piedras preciosas y otras rarezas valiosas.

La cámara se construyó sobre una base con la forma del territorio conocido, usando mercurio para simular los ríos y océanos, y bajo un techo donde se reprodujo la cúpula celestial.

Un inmenso ejército que permaneció más de 2000 años bajo tierra en el espectacular mausoleo del primer unificador y emperador de China, Qin Shi Huan

Para esta construcción se reclutaron 700 000 obreros entre el año 246 a. C. y el 209 a. C., cuando se interrumpió la obra por las revueltas campesinas un año después de la muerte del emperador.8​Sin embargo en el relato de Sima

La primera fosa tiene una extensión de 230 metros de largo por 62 metros de ancho y contiene unas 6000 figuras de guerreros y caballos,16​ algunos de ellos aún por desenterrar. En esta fosa las figuras están dispuestas en una formación de batalla orientada al este, con una primera triple línea compuesta de 204 arqueros y ballesteros mirando al frente, seguida de treinta columnas de a cuatro formada por soldados de infantería intercalados en intervalos regulares con 35 carros de madera tirados por cuatro caballos, y acompañando todo el conjunto a cada costado y a la retaguardia con dos líneas laterales de soldados mirando a sus respectivos flancos. Esta primera fosa fue cubierta por un hangar que cubre toda la excavación y el recinto denominado museo de guerreros y caballos de terracota, que se concluyó en 1979.

La primera fosa tiene una extensión de 230 metros de largo por 62 metros de ancho y contiene unas 6000 figuras de guerreros y caballos,16 algunos de ellos aún por desenterrar. Hay 35 carros de madera tirados por cuatro caballos.

La segunda fosa está compuesta por otro grupo de 1400 soldados, muchos de ellos sin restaurar, con una formación más compleja y con mayor variedad de tropas, incluyendo, además de arqueros, carros y soldados de infantería, también lanceros, soldados de caballería y dos comandantes. Junto con la nueva variedad de soldados, también aparecieron otras figuras no militares, como hombres fuertes, acróbatas, bailarines y músicos, así como otras esculturas de bronce de cisnes, patos y grullas.

Guerreros de terracota en pie, en la Fosa número 2 de Xi’an.

En la tercera fosa se encontraron 86 figuras, casi todos oficiales, aunque también son visibles las figuras de cuatro caballos. Es conocida como «la fosa de los generales», pues se cree que representa al Estado Mayor del ejército, aunque sin embargo no apareció la estatua del comandante en jefe.

Existe una cuarta fosa, aunque está vacía porque probablemente quedó sin terminar.

Cada una de estas figuras tiene rasgos y características diferentes: bigotes, peinados, jóvenes, viejos, rasgos de etnias distintas.

Un trabajo increíble

Las figuras son a tamaño natural: miden 1,80 metros de altura y están equipados con armaduras fabricadas también con terracota. Los uniformes reflejan también los rangos militares a los que pertenecen. Las estatuas fueron fabricadas en piezas separadas, utilizando por ejemplo diez moldes distintos para las cabezas, las cuales se perfilaban produciendo los detalles de cada una con arcilla para que cada rostro fuera distinto. Así, cada una de estas figuras tiene rasgos y características diferentes: bigotes, peinados, jóvenes, viejos, rasgos de etnias distintas.

En la tercera fosa se encontraron 86 figuras, casi todos oficiales, aunque también son visibles las figuras de cuatro caballos. Es conocida como «la fosa de los generales», pues se cree que representa al Estado Mayor del ejército, aunque sin embargo no apareció la estatua del comandante en jefe.

Luego de ensamblar las piezas, cada soldado se equipaba con un arma real: arcos, lanzas, espadas, etc., aunque tras la caída de la dinastía Qin los campesinos saquearon la tumba y robaron muchas de ellas. Las armas que se conservaron contienen trazas de cromo causadas por la contaminación procedente del esmalte aplicado a las figuras y a los componentes de madera hoy desaparecidos, así como la particularidad de la tierra en donde estaban enterradas, que contiene altos niveles de mercurio. Este proceso de cromado natural permitió que las armas se conservasen durante dos mil años. En la excavación se encontraron miles de puntas de flecha, junto con docenas de espadas, lanzas, ballestas y otras armas de bronce.

Finalmente, las figuras estaban adornadas con esmaltes y pinturas de diferentes colores. Pero esta pintura se aplicaba sobre una base de laca, que al desenterrase las piezas se oxidaba y se desconchaba perdiéndose con ella la pintura. Ahora, las piezas de color se trasladan a un laboratorio instalado en el propio yacimiento para preservar los colores gracias a técnicas modernas.