• 26/11/2022

El poder de las palabras en leyendas: “Leyenda del algarrobo”

El poder de las palabras en leyendas:        “Leyenda del algarrobo”

POR AÍDA ELISA GONZÁLEZ

Directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y
Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ.
Miembro de la Academia Argentina de Letras

Cuentan las antiguas voces yacampis que en suelo vallisto vivía el cacique Copanga, al frente de un pueblo próspero, trabajador y feliz.

Con el trabajo llegó la prosperidad y la población aumentó, por lo que los yacampis debieron buscar nuevos campos de cacerías para alimentar a los pueblos con carne de quirquincho, avestruces, y guanacos, que bajaban a las agüitas que formaban las lluvias y así entraron en los dominios del cacique Tamanaco, que se ubicaban en el actual suelo jachallero y, por lo tanto pertenecían a las tribus de los capayanes.

Herido en su orgullo Tamanaco ordenó a sus guerreros invadir las chozas de Copanga, quienes marcharon hacia el Este cruzando los llanos de Mogna y la Sierra de Valle Fértil, atacando a los yacampis al amanecer.

Copanga al ver la sangre que corría subió a una loma y desde allí exigió el alto de la lucha. El rival accedió al pedido y así nació la paz. La gente de Copanga le regaló a Tamanaco parte de la cacería lograda. A la noche Copanga soñó que se le aparecía la Pachamama, la cual lo premiaba por sus méritos, regalándole unas pequeñas semillas negras y a la vez le decía: – Siémbralas Copanga que obtendrás un árbol de hermosa madera, muy dura y útil para hacer las cosas que necesitas.

A la mañana siguiente Copanga despertó y encontró en un recipiente de arcilla cocida las prometidas semillas: las sembró y en poco tiempo nació el árbol soñado.

Así nació el algarrobo, al que los yacampis consideraron un regalo de la Pachamama, y le pusieron de nombre “algarrobo”, que significa “alma de la madre”. Desde entonces los vallistas llaman al algarrobo “el árbol”, señalando su excelencia”.